PROTESTAS CIVILES

Los inmolados tibetanos, los “indignados/terroristas” de China

Las repetidas inmolaciones demuestran la persistencia de las tensiones entre tibetanos y chinos, lugar propicio para que USA siga clavando una cuña geopolítica y comercial.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). En lo que va del año, ya son 9 los monjes tibetanos que se han inmolado. Cinco sólo en este mes. Según declaró este miércoles (19/10) Amnistía Internacional, la situación representa una clarea exhibición del nivel de desesperación de esta etnia por la represión del Gobierno chino.

"Se trata de la novena inmolación en meses recientes por parte de miembros de la etnia tibetana e indica un nuevo nivel de desesperación por parte de los tibetanos contra la represión del Gobierno chino de su libertad cultural y religiosa", señaló Sam Zafiri, responsable para Asia Pacífico de AI, en un comunicado.

El último religioso tibetano en quemarse a lo bonzo fue la monja Tenzin Wangmo, de 20 años de edad. Wangmo falleció este lunes (17/10) cerca del monasterio de Kirti, en la prefectura de Ngaba (provincia suroccidental de Sichuan), donde se han producido todos los episodios. Mientras ardía pidió libertad religiosa y el regreso del Dalai Lama, señaló Free Tibet.

De las 9 inmolaciones, 5 han terminado en fallecimiento, según grupos de tibetanos en el exilio como Free Tibet, que asegura que se trata de actos en protesta por la represión religiosa y para reclamar el regreso del Dalái Lama, el líder espiritual tibetano exiliado en la India desde 1959.

Por su parte, el Gobierno chino calificó este martes (18/10) a las inmolaciones como "inmorales" y sugirió que estaban siendo promovidas por el movimiento tibetano en el exilio, en palabras del portavoz de la cancillería Liu Weimin.

Y este miércoles (19/10) profundizó su denuncia "al grupo del Dalai Lama" de alentar a los monjes tibetanos a inmolarse con fuego, considerando que eso equivale a "la violencia y el terrorismo disfrazado".

"Las actividades separatistas que cuestan vidas humanas son violencia y terrorismo disfrazado", declaró el portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, mientras el gobierno tibetano en el exilio elogiaba el " coraje" de los 9 tibetanos que se inmolaron en Sichuan (sudoeste) en los últimos meses.

El presidente del Parlamento del Tíbet en el exilio, Penpa Tsering, responsabilizó a China de estos "actos de desesperación" y no descartó que prosigan en el futuro.

"No es nada planeado desde fuera. Son iniciativas individuales de tibetanos que se sienten totalmente frustrados por los acontecimientos y por las políticas del Gobierno chino", dijo Tsering en Nueva Delhi.

"Por lo tanto, rendimos homenaje a su coraje y somos solidarios con su espíritu indomable", agregó.

El jefe espiritual de los tibetanos, el Dalai Lama, que se acaba de retirar de la vida política, anunció que iniciaba una huelga de hambre de un día.

Según AI, las autoridades chinas deberían permitir a los tibetanos practicar con libertad su religión y su cultura en lugar de recurrir a castigos ejemplares que sólo pueden "profundizar más el resentimiento" entre etnias.

Desde que en marzo pasado se produjo la primera inmolación, la del monje Phuntsog, de 21 años, se han reavivado las tensiones étnicas en torno al emblemático monasterio de Kirti, asediado por numerosos efectivos de seguridad según testigos presenciales.

Fuerzas de seguridad chinas dispararon además a dos tibetanos en una protesta, según Free Tibet. No se tienen informaciones sobre la suerte de las víctimas, destacó DPA.

El nuevo líder político del exilio tibetano, el jefe de gobierno Lobsang Sangay, vio en lo ocurrido señales de "la profunda amargura y desesperación" de los tibetanos.

Las autoridades locales chinas ven en cambio la serie de autoinmolaciones como "acciones desestabilizadoras" en Aba organizadas por fuerzas del exilio tibetano, según la agencia oficial Xinhua.

Tanto AI como otros grupos de derechos humanos indican que por lo menos 300 monjes de los 2.000 que contaba el monasterio han sido sometidos a "reeducación patriótica", desapariciones forzadas, prisión e incluso temen que algunos hayan podido fallecer a manos del ejército.

"La fuerte presencia de seguridad en las regiones tibetanas contribuye a tensar todavía más el ambiente. Los encarcelados por haber protestado de forma pacífica deben ser liberados de inmediato", señaló Zarifi.

Además de la región autónoma del Tíbet, anexionada por las fuerzas comunistas de forma definitiva en 1949, otras provincias chinas como Sichuan, Yunnan, Qinghai y Gansu cuentan con prefecturas de mayoría tibetana.

En su rol de "oportunos polícias del mundo en materia de derechos humanos", pero principalmente ente el preludio de unas nuevas relaciones entre USA y China, probablemente más asperas por cuestiones geopolíticas (eg: Mar Meridional de China) o económicas (reticencia a apreciar el yuan), Washignton entra en escena.


En efecto, el Gobierno de USA se mostró "gravemente preocupado" por el alza de inmolaciones de religiosos budistas en el Tíbet y exigió a Beijing que garantice el respeto a los derechos de ese pueblo para evitar nuevos suicidios.

"Urgimos a China y sus líderes a respetar los derechos de los tibetanos, analizar algunas de las políticas que han creado tensión en las regiones tibetanas y proteger su identidad ling ística, cultural y religiosa única", dijo el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Mark Toner, en rueda de prensa.

Las críticas de Washington a Beijing por las inmolaciones de tibetanos son las segundas que se producen en menos de un mes.

A finales de septiembre, el Departamento de Estado instó a China a detener los "continuos agravios" contra esa etnia después de que los monjes Lobsang Kalsang y Lobsang Konchok trataran de inmolarse en el monasterio de Kirti (Sichuán, China), convertido en el epicentro de estos sucesos.

China respondió a esas críticas con un rotundo llamamiento a USA a "no utilizar problemas relacionados con el Tíbet para interferir en los asuntos internos" del gigante asiático.

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