EL MOTOR DE LA ECONOMÍA MUNDIAL

China se desacelera y crece el descontento social

El crecimiento económico chino, aunque continúa siendo muy fuerte, se ha ralentizado en los últimos meses debido a que la crisis económica en Europa y USA causa una disminución de sus exportaciones y por ende de la producción. En ese contexto, los trabajadores no están contentos.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). China, el motor del mundo actual, se enfría, lo que constituye una mala noticia para una economía global muy maltrecha. Adicionalmente, en el frente interno, sufre cada vez de mayores manifestaciones, extremo que pone muy nerviosas a sus autoridades. 

El crecimiento económico chino, aunque continúa siendo muy fuerte, se ha ralentizado en los últimos meses. El producto interior bruto (PIB) aumentó un 9,1% en el tercer trimestre respecto al mismo periodo del año anterior, frente a un alza del 9,5% en el segundo trimestre; por un lado, a causa de la crisis económica en Europa y USA; por otro, debido a las medidas tomadas por las autoridades chinas para frenar la inflación.

El grupo financiero HSBC aseguró este miércoles (23/11) que el índice PMI (Purchasing Manager’s Index) –un buen indicador de la actividad manufacturera, ya que refleja la compra de bienes y servicios- ha alcanzado su valor más bajo desde marzo de 2009, lo que ha hecho temer que la locomotora china esté perdiendo potencia. El valor preliminar registrado -48 en noviembre, frente a 51 en octubre- sugiere que el sector manufacturero se ha contraído este mes. Un índice por encima de 50 significa que la actividad está en expansión, mientras que si está por debajo señala contracción. La cifra definitiva será anunciada la semana que viene. HSBC, sin embargo, ha dicho que Beijing aún tiene espacio de maniobra, ya que puede relajar la política monetaria para impulsar la demanda doméstica, una vez que parece haber contenido la inflación.

El riesgo de que el crecimiento económico de China se desacelere a menos del 8% en el último trimestre de este año y el primero de 2012 está aumentando debido al enfriamiento del mercado inmobiliario y la débil demanda exterior, indicó ayer jueves (24/11) la Nomura International, reconocida empresa de asesoramiento financiero, publica Global Asia.

“La economía china afronta una serie de retos este invierno, que podrían conducir a una desaceleración del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB)", según un informe dado a conocer por la división de Hong Kong de Nomura. El documento cita el enfriamiento del mercado de bienes raíces del país como uno de los principales desencadenantes de la potencial desaceleración, indicando que el mercado de inmuebles comerciales está en un punto decisivo y vaticinando que las ventas de viviendas y las inversiones en el sector se debilitarían en mayor medida durante los próximos seis meses.

Datos oficiales demuestran que 34 de las 70 principales ciudades encuestadas registraron caídas en sus precios de viviendas nuevas en octubre, comparado con 17 en septiembre. Además, el informe prevé que las inversiones en viviendas de protección social antes del segundo trimestre de 2012 serán limitadas, parcialmente debido al frío de invierno en especial en el norte de China. Otra razón es que el Gobierno chino ha alcanzado su meta de comenzar a construir más de 10 millones de unidades de viviendas de protección social, de acuerdo con la misma fuente.

El informe señala que la desaceleración del sector inmobiliario tendrá un efecto de desbordamiento sobre la demanda de acero, cemento y otros materiales de construcción y que como consecuencia, la producción de las industrias relacionadas crecerá a un ritmo más lento. “Si el crecimiento económico de China se ralentiza a un ritmo inferior al 8% en el primer trimestre de 2012, es posible que el gobierno afloje progresivamente sus políticas de control macroeconómico”, dice el documento.

Tras el primer trimestre, el crecimiento económico del país podría recuperar el ímpetu gracias a la aceleración de la construcción de casas asequibles y el posible relajamiento de las políticas macroeconómicas, con lo que el crecimiento del PIB en 2012 podría seguir ubicándose por encima del 8%, precisa el informe.


Más allá del pronóstico potencialmente favorable, la realidad es que si a lo anterior se suma el hecho que la crisis en Europa y USA producen una disminución de los pedidos de productos chinos, sus autoridades tienen de que preocuparse. 

Sumado lo anterior a una creciente movilización social.

Como bien resalta El País, miles de trabajadores han ido a la huelga en los últimos días en fábricas del sur de China para pedir aumentos salariales y mejores condiciones laborales. 

Alrededor de 1.000 empleados de la empresa taiwanesa Jingyuan Computer, que fabrica componentes para Apple, LG e IBM en Shenzhen (provincia sureña de Guangdong), decidieron parar esta semana, después de que se les exigiese que trabajen horas extras desde las 6 de la tarde hasta las 12 de la noche, según ha informado China Labor Watch (CLW).

La organización con sede en Nueva York asegura que cientos de policías y antidisturbios fueron movilizados el martes (22/11), cuando los trabajadores bloquearan una autopista para rechazar las largas jornadas laborales.

Los movilizados argumentan trabajar habitualmente entre 100 y 120 horas suplementarias al mes, haber sufrido un alto número de accidentes laborales, despidos en masa de trabajadores mayores y abusos verbales por parte de los encargados, según la misma fuente. La huelga acabó después de que la dirección prometiera reducir el número de horas extras.

Las menores exportaciones y producción son las principales causantes de las sucesivas huelgas.

La semana pasada, unos 7.000 empleados del fabricante de calzado también taiwanés Yue Cheng, en Dongguan (provincia de Guangdong), fueron a la huelga en contra de los recortes salariales y el despido el mes pasado de 18 encargados, según ha informado China Labour Bulletin (CLB), organización con sede en Hong Kong. La compañía, que fabrica para marcas como New Balance, Adidas y Nike, dijo que habían sido despedidos debido a la caída de los pedidos, pero uno de los encargados ha asegurado que la razón real es que la empresa prevé trasladar la producción a la provincia de Jiangxi para compensar los crecientes costes laborales en el delta del río Perla.

Alrededor de 200 empleados de la empresa de lencería de Hong Kong Top Form, también en Shenzhen, pararon entre el 16 y el 22/11 en protesta por los bajos salarios y los objetivos “inalcanzables” de producción fijados, según CLW, mientras que unos 2.000 trabajadores de otro fabricante de calzado taiwanés, Stella, también han paralizado la producción este mes por los planes de traslado y discrepancias sobre indemnizaciones.

La ola de paros, en un país en el que los sindicatos independientes están prohibidos, se produce cuando muchas empresas en la industrializada provincia de Guangdong tienen que hacer frente a una ralentización de la demanda global de sus productos y la creciente competencia de las provincias del centro y oeste del país, que están desarrollándose rápidamente y emplean mano de obra local que antes solía emigrar.

Según algunos analistas, se trata de la mayor serie de protestas laborales que se produce en China desde las registradas el año pasado en compañías que suministran componentes a las automovilísticas japonesas.

El Gobierno sabe que se mueve en un entorno delicado. El viceprimer ministro Wang Qishan advirtió el fin de semana pasado que la recesión global ha llegado para quedarse, y que la debilidad de la demanda externa afectará a la economía china, dada su fuerte dependencia de las exportaciones. Wang insistió en que Beijing tiene que resolver “problemas estructurales”, lo cual pasa, como dicen desde hace años las autoridades, por disminuir la dependencia del comercio exterior e impulsar el consumo interno. “La clave es comprender la situación y poner la casa en orden”, afirmó.

Pero claro, viniendo de China, "poner la casa en orden" no sólo significa hacer un ejercicio de contabilidad. Hay que mantener la paz social. 

Dejá tu comentario