SHENZHEN

La meca tecnológica china amenazada por una burbuja inmobiliaria

Shenzhen, la ciudad que simbolizó la apertura de China al mundo, está dejando de ser una meca tecnológica de los jóvenes talentos, cada vez más angustiados por una burbuja inmobiliaria que hace inaccesible la vivienda. La ciudad alberga 6.000 fabricantes de dispositivos electrónicos en un marco jurídico reñido con el derecho de propiedad intelectual, y es sede de 2 de las 5 compañías de teléfonos más grandes del mundo (Huawei y ZTE), produce la mayoría de los teléfonos de China y es uno de los puertos más grandes del mundo por tráfico de contenedores.

Las autoridades de la ciudad de Shenzhen proyectan construir 3 nuevos aeropuertos en el marco del programa de desarrollo de la ciudad, informó el periódico South China Morning Post. El presupuesto es de US$ 215.000 millones. De momento en la ciudad funciona el Aeropuerto Internacional Bao'an, inaugurado en 1991, con un tráfico anual de pasajeros de 39 millones de personas. Estos datos permiten apreciar de qué trata Shenzhen, ciudad de 11 millones de habitantes, en el sur de la provincia de Cantón.

Shénzhen significa "zanjas profundas", debido a que la zona en que la ciudad se asienta es una región atravesada por ríos y en la cual existen profundas zanjas en los arrozales.

La historia de la ciudad se remonta a unos 6.000 años de antigüedad y la historia de la ciudad se puede dividir en 4 periodos distintos:

> desde la prehistoria hasta, aproximadamente, 1573. Habitada por los miembros de las tribus baiyue, vivían dedicados a la pesca y, en menor medida, a la agricultura;

> entre 1573 y 1841, el establecimiento del condado de Xinan que se extendía hasta la actual ciudad de Hong Kong. La capital del condado era Nantou. La economía de Xinan se basaba en la explotación de la sal, el té y las especias;

> entre 1841 y 1979. En 1842, con la firma del Tratado de Nankín, Hong Kong fue ocupada por los británicos. En 1898 la península de Kowloon fue cedida también a los británicos: una buena parte del territorio dejó de integrar el condado de Xinan. En 1913, el condado cambió su nombre al de Bao'an para evitar confundirse con el condado de Xin'an ubicado en la provincia de Henan; y

> desde 1979 cuando el gobierno central decidió conceder a la ciudad el rango de prefectura. En 1980 se la reconoció oficialmente como una "zona económica especial", pionera en toda la República Popular: el beneficio y el bajo precio de la tierra, los inmuebles y la mano de obra, provocó que gran número de empresas de Hong Kong se trasladaran a Shenzhen, que pasó de pueblo de pescadores a una de las ciudades de más rápido crecimiento en el mundo.

"En todas partes se está construyendo", describió el corresponsal de tecnología de la BBC, Rory Cellan-Jones.

Para mediados de la década de los '90, Shenzhen tenía 3 millones de habitantes. Ahora, cuenta con 10 millones de residentes permanentes, que suben a 15 millones durante la temporada alta de verano y otoño, cuando las plantas de producción apuran el trabajo para satisfacer la demanda de regalos electrónicos por Navidad.

Localizada en el centro de la zona económica y vecina de Hong Kong, Shenzhen tiene 4 distritos:

> Luohu, centro financiero y comercial, de 78,76 km2;

> Futian, donde se encuentra el gobierno municipal, ocupa un área de 78,66 km2;

> Nanshan, con 185,49 km2, es el centro de las industrias tecnológicas. Se supone que son unas 6.000 empresas. Por un lado están las empresas que fabrican para distintas marcas, por ejemplo, Foxconn, proveedora para los teléfonos iPhone y los Nokia, Dell, ZTE, TCL y Microsoft. No sólo se exponen muchísimas marcas, sino que los dispositivos pueden ser u originales o imitaciones. Afortunadamente, en cada local se explicita si lo que está a la venta es original o falso. Por otra parte, las que tienen montados sus centros administrativos, tal como es el caso de Huawei, que tieneen la ciudad su casa matriz y uno de los laboratorios de investigación y desarrollo: 50.000 empleados distribuidos en 25 edificios; y

> el puerto de Yantian, la 2da. mayor terminal de carga en China.

Pero el crecimiento ha ocasionado problemas considerables. En 2015, Shenzhen superó a Shanghái como la ciudad más cara en China para adquirir hogares a estrenar. Llegó al puesto N°16 en el ranking de las ciudades del mundo en donde el costo de vida es más elevado.

"Ya he dejado de pensar en comprarme una casa en Shenzhen. Probablemente abandonaré esta ciudad en unos pocos años", confiesa Andy He, un joven que trabaja en Huawei como ingeniero de circuitos.

Tener un empleo en una de las multinacionales más potentes de China ya no es garantía de una vida acomodada en esta ciudad, de continua subida en los precios de la vivienda que parece no tener techo.

Es generalizado el temor a una fuga de talento de esta ciudad que fue designada por las autoridades comunistas a comienzos de los años '80 como pionera para introducirse en la economía de mercado y que, con el tiempo, se ha convertido en vivero de empresas tecnológicas.

Algunas de las empresas que tienen su cuna en Shenzhen, como Huawei o ZTE, están pensando en trasladar parte de su producción a localidades vecinas por el encarecimiento del suelo.

Los precios de la vivienda subieron un 62,4 % en abril 2016 respecto a abril 2015, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas, y estos grandes aumentos, que se suceden mes a mes son la comidilla entre la población.

"Todo el mundo en China debe de hablar de ello, no importa si vive en Shenzhen o en otra ciudad. Comprar una casa es siempre la prioridad número uno", le explicó a la agencia española Efe, Gong Chen, un empleado de la banca que reside en una vivienda de su propiedad.

Según la tradición china, los jóvenes deben tener una vivienda propia antes de contraer matrimonio, lo que supone para muchos de ellos una enorme presión psicológica y social, pero también financiera.

"Varios de mis amigos han sufrido mucho estrés después de comprar su piso. El pago de la entrada proviene de los ahorros de varios años, de apoyo de familiares o de préstamos", explica otro joven residente en Shenzhen que prefiere identificarse sólo por su apellido, Xu.

Esto puede confirmarlo Shao Shuhao: "Más personas quieren tener una casa a costa de trabajar mucho para ganar más, así que tienen pocas vacaciones y trabajan como locos".

"El precio de la vivienda aumenta demasiado rápido. Según lo que sé, muchos tienen varias viviendas en Shenzhen. No para vivir, sino para invertir. Ellos son los que hacen que los precios de las viviendas suban tanto", se queja Shao.

Bobby Zhao, un agente inmobiliario de una empresa hongkonesa que opera en Shenzhen, apunta a la especulación como causa del encarecimiento de la vivienda, ya que cree que el ladrillo se ha convertido en el destino de inversión preferido tras la crisis bursátil del verano pasado.

"Entre junio y agosto de 2015, las bolsas chinas sufrieron un terrible desplome que hizo que dejaran de ser un canal de inversión valioso. El único camino que quedó fue el mercado inmobiliario", explica Zhao.

El calentamiento del mercado de la vivienda de Shenzhen se ha visto favorecido por la combinación de una relajación de la normativa local acometida por el ayuntamiento y las políticas de estímulo del Gobierno central de Pekín, que han abaratado los intereses del crédito y las hipotecas.

Para Zhao, lo que sucede en la ciudad está claro: "Sin duda, hay una burbuja".

La salida a esta situación genera cierta controversia, porque los residentes se dividen entre quienes exigen una intervención gubernamental para enfriar el mercado inmobiliario y quienes apuestan por dejar que oferta y demanda se regulen solas.

Entre tanto, el gobierno local reconoció recientemente que unas 15.000 pequeñas y medianas empresas han abandonado la ciudad en los últimos meses.

La preocupación por los efectos de la burbuja inmobiliaria de Shenzhen ha llegado hasta Beijing, donde la prensa oficial empieza a preguntarse si esta ciudad, que durante décadas ha sido el orgullo de China, dejará de ser un polo de atracción del talento.

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