EN EL SIGLO 21, INCOMPRENSIÓN DE LA LACTANCIA

¿Por qué incomoda al 40% que una madre amamante a su bebé?

El #Piquetetazo terminó siendo una gran convocatoria popular por redes sociales, apenas unos días antes de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que culminó este domingo 7, que copó casi un centenar de espacios públicos del país, de Barcelona, Lima y Santiago de Chile en repudio a la prohibición de 2 mujeres policías a una joven madre de amamantar a su bebé en una plaza de San Isidro, y a los 2 policías varones que se burlaron. Al final, gracias a tan grosera censura, la habitual reivindicación sobre el derecho a amamantar, y la importancia que tiene para la vida de los niños y sus madres que organizó como todos los años la Alianza Mundial por la Lactancia Materna (WABA), con el apoyo de UNICEF y del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC), se propagó como reguero de pólvora. Curioso: Un informe elaborado por la consultora Voices que maneja la ONG especializada en lactancia materna muestra que a 3 de cada 10 hombres en la Argentina los incómoda al ver cerca una mujer amamantando un bebé.

Desde el municipio que lideran “in eternum” los Posse, primero papá Melchor y ahora su hijo Gustavo, dispararon, a partir del lamentable suceso, varias charlas y talleres alusivos en el Hospital Materno Infantil, a fin de “concientizar sobre  la importancia y beneficios de la leche materna, que es el mejor modo de proporcionar al recién nacido los nutrientes que necesita”, tal como los presentan en la página web oficial de San Isidro.

“Ya firmamos un convenio con la provincia y Fundalam para la capacitación de la policía local en esta temática; lo que ofrecemos ahora es la posibilidad de que estas dos agentes en concreto puedan tomar mayor conciencia de la gravedad de su conducta comprendiendo la importancia de amamantar y profundicen sobre los derechos de la mujer”, concluyó el intendente.

Sin embargo, la Liga de La Leche Argentina puso el foco en algo más profundo que la prepotente actitud de esos agentes de la policía local: confirma en la vía pública las dificultades de los argentinos para entender lo que representa amamantar.

Un informe elaborado por la consultora Voices que maneja la ONG especializada en lactancia materna muestra que a 3 de cada 10 hombres en la Argentina los incómoda al ver cerca una mujer amamantando un bebé. Y que a 2 de cada 10 mujeres les pasa lo mismo. Casi la mitad de la población, el 40 %, siente que es inapropiado que una mujer amamante en público.

Donde el rechazo resulta mayor es en las grandes ciudades: 44 % en CABA; 20 % en el conurbano bonaerense y 27 % en interior.

El conflicto tenía ya 2 antecedentes fuertes este año: uno muy similar al de San Isidro ocurrió en Guadalajara, México, donde una decena de mamás organizó una "tetada masiva" para apoyar a una mujer que fue retirada de un shopping por guardias de seguridad por estar amamantando a su hijo "en público". Con el lema "El mundo es mi sala de lactancia" intentaron llamar la atención sobre un acto que consideraron discriminatorio.

Estudios en el país azteca dan cuenta de que cada vez menos mujeres, 34%, excede de los 3 meses su alimentación por la teta, debido a que, después de las complicaciones físicas y anímicas de la maternidad, la reincorporación de las mujeres al empleo o escuela significa una de las principales causas para la interrupción de la lactancia.

Hace unos meses, en el Congreso Nacional, hubo un escándalo en torno de la diputada Victoria Donda cuando le dio el pecho a su hija Trilce. "Tenía hambre y le di la teta, no conozco otra forma de callarla", comentó en un video publicado en YouTube.

Hasta en las redes sociales se censuraron, como fue el caso de Facebook, que "reportó" en 5 oportunidades distintas fotos de Maria Corry, modelo estadounidense y madre de 2 nenes, mientras estaba amamantando. Tanto fue así que ella respondió con una ironía y subió una nueva imagen pero, esa vez, cubriéndose con una foto de una modelo de Victoria's Secret.

Políticas públicas

Gala Díaz Langou y Olivia Achával, directora y analista del Programa de Protección Social del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), respectivamente, habían señalado a la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebró del 1 al 7 de agosto, como una buena oportunidad para destacar las medidas que debería tomar el Estado para mejorar estos indicadores, atendiendo a que en Argentina sólo 54% de los niños menores de 6 meses recibe lactancia materna exclusiva.

Consideran aún incipientes algunos esfuerzos realizados por Argentina en este sentido, como ser la aprobación del decreto 22/2015, que reglamenta la Ley 26.873 de Promoción y Concientización Pública sobre la Lactancia Materna, orientado a extender y ampliar la promoción y la concientización pública sobre la importancia de la lactancia materna, y la adhesión a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que incluyen componentes sobre lactancia, y salud y nutrición de los niños y sus madres.

Que estas normativas no aseguran en sí mismas su traducción en la práctica lo demuestra “el caso de Constanza Santos y su bebé, quienes fueron maltratados por la policía local cuando ella intentaba amamantarlo en un espacio público; es uno de los tantos hechos en los que el ejercicio de este derecho es vulnerado. Garantizar la implementación de las normativas resulta particularmente urgente dada la situación crítica de la lactancia en Argentina”.

Si bien no se cuenta con información pública actualizada, subrayan las investigadoras de CIPPEC, la Encuesta Nacional de Lactancia Materna de 2011, revela que en Argentina a los 2 meses de edad el 60% recibe lactancia materna exclusiva, a los 4 meses el 45% y a los 6 meses solo el 30%.

Destacan que “

En ese aspecto, recuerdan que la lactancia materna es un derecho de los niños y de sus madres y, como tal, es responsabilidad del Estado garantizarlo.

Y que la leche materna es el mejor alimento para un niño. Es clave para un desarrollo sano, ya que reduce la probabilidad de mortalidad infantil, promueve el crecimiento y el desarrollo cognitivo del niño y mejora la salud de los niños y sus madres.

“Los expertos recomiendan fuertemente el inicio de la lactancia antes de la primera hora del nacimiento, la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los 6 meses, y luego lactancia materna continuada (agregando alimentos complementarios adecuados) hasta por lo menos los 2 años”, indican, para poner de relieve que “en culturas en las que el cuerpo de la mujer es altamente sexualizado, como en la Argentina, la connotación sexual de los pechos femeninos conduce a una asociación entre amamantamiento y privacidad del hogar que impide la naturalización de esta práctica y disminuye su regularidad”.

Concluyen que las políticas públicas pueden contribuir a motorizar una profunda transformación cultural que rompa con los estereotipos de género y contribuya a garantizarles a las mujeres y a los niños el ejercicio de sus derechos, en libertad.

Mencionan que es posible romper con esta estigmatización y promover la lactancia a partir de tres políticas públicas específicas:

1. Promover una estrategia de atención integral al parto y al recién nacido, que incluya: desarrollar campañas de comunicación masiva que brinden información sobre lactancia materna y crianza; fortalecer las capacitaciones a efectores de salud, enriquecer el curso de preparto con herramientas que promuevan la lactancia materna y el involucramiento de los padres, y extender la Red de Bancos de Leche Materna en cada servicio de neonatología de alta complejidad.

2. Modificar el régimen de licencias para incluir la implementación de licencias familiares y extender las licencias por paternidad. Está demostrado que la presencia del padre en el primer mes de vida del bebé contribuye a reducir las tasas de rechazo en el amamantamiento al disminuir los niveles de estrés.

3. Generar espacios de cuidado y lactarios próximos a los lugares de trabajo. Un paso fundamental es reglamentar el artículo 179 de la Ley de Contrato de trabajo para el establecimiento de lactarios y salas maternales en los lugares de trabajo, que permitan a las mujeres conciliar la maternidad con la vida laboral.

El multiplicador de las redes sociales

El que hubiera sido un evento internacional de cartelera, como el organizado todos los años por la Alianza Mundial por la Lactancia Materna (WABA), con el apoyo de UNICEF y del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC), recibió un inusitado espaldarazo con la convocatoria del #Piquetetazo en las plazas públicas del país y algunas del exterior.

El diario Página/12 había reunido una lista del centenar de plazas en el país que participarían del llamado: San Isidro; en CABA, Parque Rivadavia y Obelisco (estaba en ciernes Saavedra); Alta Gracia, Bariloche, Bolívar, Cañuelas, Capilla del Monte, Carlos Paz, Córdoba, Cosquín, Escobar, General Roca, Goya, Hurlingham, Jujuy, Junín, Lanús, La Plata, Lomas de Zamora, Longchamps, Mar del Plata, Mendoza, Neuquén, 9 de Julio, Pergamino, Pilar, Pinamar, Posadas, Puerto Iguazú, Quilmes, Ramos Mejía, Resistencia, Río Gallegos, Rojas, Rosario, Salta, San Clemente, San Juan, San Luis, San Justo, San Martín, San Miguel, San Pedro, Santa Fe, Santa Rosa, Santiago del Estero, Tandil, Trelew, Tucumán, Viedma, Zárate, entre otras.

Si el 43 % de los hombres y el 36 % de las mujeres consideran inapropiada la lactancia en público., y el 34 % de la población argentina considera que no es apropiado mostrar a mujeres amamantando a sus bebés en programas televisivos, es  evidente que el elevado porcentaje del sordo rechazo detectado por la encuesta deja al descubierto el fracaso de la comunicación de la Organización Mundial de la Salud cuando recomienda amamantar hasta los 24 meses (el 39 % lo considera inapropiado desde el momento en que caminan). Se ignora que un bebé alimentado sólo con leche industrial está más proclive a enfermarse, y que este tipo de alimento artificial no posee los atributos propios de la leche materna.

Le atribuyen a la mal llamada maternizada el comienzo de la apertura de una brecha generacional a partir de la cual las madres empezaron a dejar de amamantar a sus bebés al tercer mes para retomar sus actividades interrumpidas por el parto.

Desde LLLA le advirtieron a Página/12 que “los médicos, que no son formados en lactancia, y tienen la presión de las farmacéuticas, empezaron a cortar con hormonas la leche que podían generar las madres”.

Y que entonces “empezaron a cumplir un doble rol porque trabajaban y además cuidaban a los hijos en lugar de compartir. Porque además, casi todas las madres quieren amamantar a sus bebés, pero no hay un contexto que las ampare. Los médicos no están instruidos; si quieren ir a trabajar no hay un entorno que les facilite sacarse leche para dejar en la casa. La recomendación mundial es lactancia exclusiva hasta los seis meses. ¿Cómo hace una mamá si tiene que ir a trabajar?”, se preguntó.

Finalmente, enfatizan desde la ONG que “los estudios científicos demuestran que los resultados del dejar de amamantar tuvo consecuencias terribles, porque la lactancia materna previene enfermedades en la primera infancia, en la salud en la adultez, y para la madre que amamanta también. Ni hablar del desarrollo emocional, la seguridad que le brinda al bebé.”

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