IMPULSO AL FÚTBOL

Que Tévez apague la luz: La compra cara de jugadores no le alcanza a China

China sacudió al mundo del fútbol con la compra de Carlos Tévez por parte del Shanghai Shenhua, que le pagará un salario de US$ 36 millones anuales. La cifra representa el doble de lo que el Real Madrid le paga a Cristiano Ronaldo. Además, el fútbol chino compró a otras figuras y entrenadores de primera línea a cifras exorbitantes. Todo para impulsar el deporte en ese país, que hoy figura en el puesto 81 del ranking FIFA y pretende ganar la copa del mundo en 2050. Pero el modelo chino no cierra si no genera sus propias figuras y desarrolla mentalidad de equipo, una forma de pensar el deporte que en los juegos de Río demostró que aún no ha podido implementar el régimen comunista a juzgar por el medallero preponderante de disciplinas individuales. Así, el pase de Tévez quizás cierre la etapa de compras rutilantes.

La Asociación China de Fútbol (CFA) impuso el domingo (15/01) límites al número de jugadores extranjeros que pueden jugar en cada partido la próxima temporada de ese país, en un esfuerzo por reducir el gasto en fichajes de estrellas extranjeras. Fue el primer paso oficial para cambiar la estrategia de desarrollo del fútbol en ése país. Contratar jugadores extranjeros pagando millones de dólares, solamente se explica en el objetivo de importar habilidades y conocimiento para el fútbol chino, apuntando a lograr los objetivos fijados por Xi Jinping, el Presidente con más poder personal desde Mao Tse Tung que pretende ganar la copa del mundo en 2050 y antes de eso lograr organizar ese torneo.

China quiere implementar en los 4 próximos años unas 20.000 academias o escuelas de fútbol para que unos 30 millones de jóvenes de escuelas primarias y de secundaria compitan como semillero para el soccer chino del futuro.

A propósito de este debate, el diario oficial de China, el Xinhua, publica este martes (24/1) la opinión de Jorge Heine, el embajador de Chile en ese país que plantea justamente la necesidad de que el gigante asiático emprenda el desarrollo propio del deporte empezando con los semilleros. Se trata de una opinión relevante en China, ya que los chilenos están siendo un modelo a seguir para los chinos después de ganar la Copa América en las últimas dos ediciones:

La ChinaCup, llevada a cabo hace unos días en Nanning, provincia de Guanxi, con el auspicio de la Asociación China de Fútbol (ACF) y del Grupo Wanda, fue un hito en el fútbol en este país, al que tuve la fortuna de asistir. Con los equipos de Chile, China, Croacia e Islandia, y trasmitida a toda China, brindó momentos de buen fútbol, y ratificó el compromiso de la ACF con la promoción del deporte más popular, esa “recuperación semanal de la infancia”, como dijo alguna vez Javier Marías.

Más allá del resultado ( ganó Chile, demostrando el buen momento por el que atraviesa La Roja), nos dio una ventana el estado del fútbol en China, cómo está respondiendo al desafío del Presidente Xi de dar un salto cualitativo, y porqué Sudamérica en general, y Chile en particular pueden ser muy buenos socios en ello.

Recientes anuncios de bajar de cuatro a tres el número de jugadores extranjeros autorizados por club, y las restricciones en ciernes a las contrataciones millonarias de la Superliga china (Carlos Tévez, el jugador argentino que firmó por el Shanghai Shenhua, lo hizo por un sueldo anual de 36 millones de dólares, el doble de lo que gana Cristiano Ronaldo en el Real Madrid) reflejan un deporte en transición. Después de un gran (si bien algo caótico) crecimiento en los últimos años, llegó la hora de un desarrollo más orgánico. Más allá de la pasión del Presidente Xi por el fútbol, esto refleja el interés chino por promover un deporte de equipo como es el fútbol. Una nación de hijos únicos se ha traducido en un gran rendimiento en los deportes individuales (China ganó 26 medallas de oro en las Olimpíadas en Río), pero no tanto en los deportes por equipo. El fútbol crea lazos y mentalidades como pocos otros deportes. Ello es indispensable para que China juegue un papel digno en una Copa Mundial de la cual sea sede en el futuro (en lo cual ha expresado interés), no digamos ya para ganar esa copa en el 2050, la ambiciosa meta autoimpuesta. Dado que China está hoy en el lugar 81 del ranking de la FIFA, éstas no son metas menores (el fútbol femenino tiene un record bastante mejor, llegando a estar # 2 en el mundo en los noventa).

El fútbol profesional chino cuanta con 44 clubes, en tres divisiones—la Superliga, una División A y una División B. Las cifras de asistencia promedio a los partidos no son bajas: 24,200 en la Superliga, 11,000 en la División A y 7500 en la División B, en 2016. También ha habido un aumento del número de jugadores registrados en todo el país— a 51,000 en 2016, un aumento considerable de los 7000 que había en 2009, aunque aún muy por debajo del total estimado.

Más y más, la ACF se ha dado cuenta que el modelo de comprar a grandes (o no tan grandes) estrellas del fútbol europeo o sudamericano (o incluso entrenadores, como Manuel Pellegrini, ahora en el Hebei China Fortune) no es suficiente para dar el gran impulso que este deporte requiere en China. La clave, como lo sabemos muy bien en Chile, está en los semilleros, en el trabajo en las divisiones infantiles y juveniles de los clubes, así como en las escuelas a lo largo y lo ancho del país. Ahí se decidirá el futuro del fútbol en China.

Y para esos efectos, en 2015 la ACF fijó un plan de 51 medidas. Entre ellas está el aumentar el número de canchas de fútbol, de las 20,600 que hay hoy, a 70,000 en 2020. Lo mismo vale para las escuelas. Trabajando de consuno con el Ministerio de Educación, los planes son pasar de las 18,900 escuelas en que se practica el fútbol hoy, a 25,000 en 2020.

En este cuadro, Chile es un socio relevante. Por razones muy diferentes, Chile tampoco puede depender de importar estrellas extranjeras para atraer público a las canchas y las pantallas. A lo largo de los años, ha creado una sólida infraestructura institucional, que está detrás de sus logros recientes, como las victorias en la Copa América en 2015 y 2016, y su cuarto lugar en el ranking de la FIFA.

Los 41 clubes en Chile operan en un marco legal muy claro. Se les permite abrirse a la Bolsa de Comercio ( tres de los clubes lo están); pueden recibir inversiones privadas ( bajo el rubro de Compañías Limitadas Públicas de Deportes) ; y reciben apoyo del gobierno a través de la construcción y modernización de estadios ( hechas siguiendo los estándares de la FIFA para la Copa América 2015). Estas Compañías Limitadas de Deportes deben someter informes anuales e informes de ingresos y gastos auditados; y presupuestos anuales y nómina de sueldos mensual a ser aprobadas por la Asociación Nacional de Fútbol (ANFP).

Cada club profesional en Chile debe establecer Academias Juveniles ( sub 19, sub 17, sub 16 y sub 15), y la gran mayoría lo hace en varias categorías adicionales ( desde sub 14 hasta sub 9), lo que ha dado muy buenos resultados. Por otra parte, el Instituto Nacional del Fútbol (INAF), con más de 30 años de existencia, y dedicado a la formación de entrenadores, preparadores físicos, y árbitros, provee el conocimiento técnico para el florecimiento del deporte.

Las trasmisiones en vivo del fútbol profesional de primera línea son hoy uno de los productos más cotizados en televisión. Y en Chile, el Canal del Fútbol (CDF) ha sido una de las iniciativas más exitosas de la ANFP. Establecido en 2003, como un joint venture entre la ANFP (con un 80% de la propiedad) y el empresario Jorge Claro (con un 20%), es el trasmisor oficial exclusivo de los partidos de Primera y Segunda División, así como de la Copa Chile. De 500,000 suscriptores en 2003, pasó a tres millones en 2016, generando 60 millones de dólares en ingresos en 2015, una cifra considerable para un país como Chile.

Ya hay interés en China por atraer a más jugadores chilenos. El triunfo de Chile en la ChinaCup podría dar el puntapié inicial para una cooperación entre el fútbol chileno y el chino, muy beneficiosa para ambos.

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