EL FACTOR CLIMÁTICO

Los brotes verdes del agro venían viento en popa... pero el agua aplacó la euforia

Al comenzar 2017, el motor elegido por el gobierno de Mauricio Macri para poner en marcha la economía, el agro, deparó una buena y una mala noticia. La primera: que en los primeros 20 días de enero ingresó la segunda mejor marca de agrodólares de la historia, con USS1,270 millones., que aún así fue 35,6% menor al récord absoluto de igual período del año pasado, cuando las aceiteras y cerealeras se comprometieron a liquidar sin demoras la cosecha en respuesta a las medidas cambiarias y fiscales que favorecieron al sector. La mala que las inundaciones redujeron en 4% el cálculo de toneladas de granos de la cosecha en marcha, que apuntaba a ser excepcional antes del azote climático. Pese a los avatares, la siembra de maíz ocupó 30% más de superficie que en la campaña pasada por presentar costos más convenientes que la soja.

A pesar de los efectos devastadores que descargaron las lluvias e inundaciones en la zona núcleo agrícola, el complejo agroexportador liquidó en los primeros 20 días de enero US$ 1.270.836.427, que convierte al inicio de 2017 en el 2do. mejor de la historia.

El más importante corresponde al mismo período de 2016, cuando se habían acumulado poco más de US$ 2.000 millones como respuesta de las aceiteras y cerealeras a la salida del cepo, la devaluación y la eliminación o baja de las retenciones que dispuso el gobierno de Mauricio Macri.

En la 3ra semana, que comprende del 16/01 al 20/01, el ritmo de entrada de divisas subió un 18% respecto del año pasado, totalizando US$ 537.757.654 contra US$455.238.379 de idéntico tramo del año anterior, según reportaron la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).

Pero, a consecuencia del pacto entre la nueva administración y los traders, la diferencia en el ingreso de agrodólares, entre ambos comienzos de año ascendió en definitiva a 35,6% a favor del anterior. Por eso es que 2016 fue récord histórico en el mes inicial y este año el Nº2 mejor.

No fue el único indicador favorable: más allá de las inundaciones que afectaron a buena parte de la Región Centro en las últimas semanas, la siembra de maíz terminará con un crecimiento cercano a 30% en superficie con respecto a la campaña pasada.

Entre el grano que se destina al circuito comercial y el que se consume directamente en los campos (sobre todo para la producción animal) se implantarán unos 6 millones de hectáreas. Es una expansión muy fuerte que habla del gran potencial que tiene el cultivo en el país.

Sin embargo, no tuvo un correlato directo en esta campaña el crecimiento de la producción de los semilleros, porque venían con un stock muy alto en los últimos del kirchnerismo, en que se sembró y vendió poco maíz.

El análisis, hecho por un ejecutivo de larga trayectoria en la industria semillera ante el autor de la nota publicada en Punto Biz, Sergio Persoglia, destaca también otros 2 puntos centrales:

* que los costos de producción en dólares de los semilleros mejoraron mucho con la devaluación, y

* que las perspectivas hacia adelante son muy alentadoras.

Buenas nuevas

La acumulación de malos años para la siembra de maíz acorralaba a los semilleros. “Como veníamos, no aguantábamos un año más”, graficó el ejecutivo. Pero el crecimiento de la siembra de 4,5 millones de hectáreas a 6 millones permitió desagotar los stocks y poner otra vez las máquinas en funcionamiento para producir más bolsas de semilla.

A pesar de que los semilleros no debieron trabajar a fondo para la siembra de esta campaña, sí tuvieron buenas ganancias.

La unificación del tipo de cambio (el dólar oficial pasó de menos de $ 10 en diciembre de 2015 a un promedio durante el 2016 cercano a $ 15) les permitió bajar los costos de producción en dólares. Y el cambio de perspectivas los entusiasmó para redoblar las apuestas, escribió Persoglia.

Para el próximo ciclo, el 2017/2018, cuya siembra empezará en agosto/setiembre, en la industria vuelven a calcular un incremento, cuyo volumen dependerá, entre otros factores, de lo que pase con los precios y el clima, lo que a esta altura, es muy difícil de pronosticar.

Pero la fuente que habló con Punto Biz estimó que hay un par de factores que serán determinantes para que el maíz pueda profundizar esta senda de crecimiento, y tienen que ver con la suba en los costos de producción de la soja.

“Hoy es muy alta la inversión para combatir los crecientes problemas que tienen los lotes de soja con las malezas resistentes a herbicidas. Eso puede significar hasta 120 dólares por hectárea. Y si se aprueba la Ley de Semillas, los productores tendrán que pagar por la semilla de soja, cuando todos sabemos que la gran mayoría ahora no paga nada”, explicó el hombre de la industria. Todo eso ayudará a emparejar las cuentas.

Según sus cálculos, para esta campaña, más allá de las muchas situaciones distintas, podría decirse que en la zona núcleo hay un costo de producción de soja de US$ 300 por hectárea y de US$ 420 para un maíz con fertilizante y la diferencia podría achicarse en aquel escenario.

De todas formas, el negocio de la semilla de soja también sería mejor, porque se empezaría a cobrar por la mayor parte de la que se vende, mientras que hoy apenas 15% se comercializa de manera legal.

“Si este tema no se soluciona y no se empieza a cobrar por la tecnología, el productor se las va a ver negras con la llegada de las nuevas tecnologías para ese cultivo”, se sinceró el ejecutivo.

Una jornada para agendar en la Bolsa de Comercio de Rosario fue el jueves 19/01, porque llegó a plaza el 1er. Lote de Soja de la campaña 2016-2017, que fue descargado en la planta de Vicentín SAIC, de Ricardone, en el Gran Rosario. Se trata de una partida de 25 toneladas de variedad Nidera NA5009 producidas en la localidad de Potrero Norte, Formosa, por Eduardo Tessore y acopiados por La Constancia Agro.

La mala noticia

Las pretensiones de obtener una cosecha nacional de granos récord en esta campaña 2016-2017 se alejaron luego de que se conocieran los primeros números que hablan de la pérdida de más de 5 millones de toneladas en todo el país producto de eventos climáticos e incendios que no dieron tregua entre la primavera y principios del verano, según consigna un especial de Noticias Argentinas, firmado por Matilde Fierro y publicado en Rural Primicias.

Esta semana la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) divulgó números que hablan de una caída de producción que ascendería a 5,2 millones de toneladas y US$1.050 millones.

El informe, elaborado por Emilce Terré y Sofía Corina, de la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos de esa entidad, estima 600.000 hectáreas sin sembrar y casi 1 millón sin cosechar.

El total de granos de Argentina para la campaña 2016-2017 con ese recorte de toneladas pasaría de 124,9 millones que se esperaban en diciembre a 119,7 millones de toneladas estimados en la actualidad.

Respecto de la soja, de una intención inicial de siembra de 19,65 millones de hectáreas, se tiene hoy que unas 350 mil directamente no lograrán ser completadas.

En tanto, 19,3 millones de hectáreas que efectivamente sí han sido sembradas con la oleaginosa al día de hoy, se calcula que 660 mil se perdieron por los 5 eventos extremos de lluvias ocurridos, en especial, en el norte bonaerense y en el sur santafesino.

Para el Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, los excesos hídricos ya afectan 1.100.000 hectáreas sembradas con soja, maíz, girasol y sorgo.

"Lluvias acumuladas durante las últimas semanas sobre gran parte del área agrícola nacional generaron anegamientos en lotes implantados, provocando pérdidas y limitando el normal desarrollo de los cultivos en pie", indicaron los técnicos del PAS.

Señalaron que también se relevaron inundaciones en extensas áreas ganaderas y otros ambientes no destinados a la producción de granos argentinos.

Bajo este contexto, según el reporte de Noticias Argentinas, estimaron que "770.000 hectáreas de soja, 290.000 de maíz, 21.000 de sorgo y 19.000 de girasol se encuentran afectadas por la situación climática actual".

El contexto es tal que llevó a la Comisión Nacional de Emergencia y Desastre Agropecuario a entrar en sesión permanente.

Para entidades como Federación Agraria Argentina (FAA) las declaraciones de emergencia no alcanzan porque tras las inundaciones muchos chacareros no podrán recuperarse.

Jorge Solmi, quien capitanea el distrito de FAA más afectado, pide "obras urgentes" porque considera que cuando bajen las aguas cientos de pequeños y medianos chacareros no podrán recomponer la producción y lamentablemente muchos estarán obligados liquidar tambos, granjas avícolas, arrendar o vender sus tierras.

En FAA se mostraron preocupados porque en marzo comienzan los vencimientos de los créditos bancarios y los cheques con que financiaron la siembra.

En un comunicado reiteraron que las autoridades parecen no comprender la magnitud de la tragedia que alcanza tópicos económicos, sociales y productivos.

La cuestión se presenta gravísima también para los pequeños y medianos productores intensivos como aviares, de cerdo y horticultores.

No sólo no habrá una cosecha récord de granos, sino que podrían perderse más de 1.000 tambos, gran parte ubicados en la poderosa cuenca lechera santafesina.

Habrá una concentración de la actividad porque los animales e instalaciones serán vendidos a tambos más grandes y que estén mejor posicionados para hacer frente a la crisis.

El ministro de la Producción de Santa Fe, Luis Contigiani, confirmó que se pondrá "máxima prioridad" en obras hídricas en la provincia que está afectada por la inundaciones.

En diálogo con el diario Castellanos, consignó que existe urgencia de los trabajos y que hay "disponibilidad de fondos" para emprenderlos.

Asimismo expresó la intención de ayudar de forma extraordinaria a los 1.350 tambos vulnerados que producen diariamente 1,8 millón de litros menos de leche.

Sin embargo, el escepticismo está presente: se supo que el sector agropecuario perdió 5 mil puestos de trabajo en el tercer trimestre de 2016, la mayoría pertenecía a los sectores forestal y a la lechería: los datos son oficiales.

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