FUNDACIÓN CAPITAL

Inflación: Metas ambiciosas en un panorama complejo

Según el informe de la 'Fundación Capital' que dirige Martín Redrado, el impacto del alza de tarifas de gas y electricidad no sólo complicarían la meta hacia fin de año, sino también en 2018, que estima en torno al 17,7%, esto es, seis puntos por encima del rango superior de la meta oficial.

 
El informe de la 'Fundación Capital', de Martín Redrado, de esta semana, que afirma que el impacto total del alza en las tarifas de gas y electricidad sería de entre 1,5% y 1,9%, sostiene que si bien la inflación bajó un escalón en octubre (1,5%), a fin de año y los siguientes meses de 2018, "lucen complicados".
 
De esta manera, se acerca a las conclusiones del estudio que realizó la Universidad Torcuato Di Tella, y que se difundió ayer, según el cual la opinión pública cree que  la inflación será del 20% en 2018. Lejos de la meta oficial del Banco Central del 12%, la Encuesta de Expectativas chocó contra los deseos del Gobierno. 
 
Éstas son algunas de las estimaciones y conclusiones que hace el informe de 'Fundación Capital': 
 
- El atraso en la aplicación de los aumentos de regulados, que inicialmente estaban programados para octubre y noviembre, le quitó presión a la inflación del mes, aunque a costa de mayores ruidos hacia fin de año. De esta forma, estimamos que la inflación de noviembre se mantendría en línea con el registro de octubre (1,5% mensual), aunque diciembre volvería a presentar un desafío.
 
- El último mes del año, es de por sí estacionalmente alto, por los aumentos típicos de las fiestas y el comienzo de las vacaciones de verano. Además, se esperan importantes incrementos en tarifas de servicios públicos: el gas subiría entre 38% y 58% y la electricidad entre 38% y 55%. Asimismo, aumentarán las prepagas y los abonos de telefonía celular, en ambos casos un 5%. De esta forma, la inflación podría alcanzar, e incluso superar, el 2% mensual en dicho mes.
 
- El impacto directo del alza en las tarifas de gas y electricidad le sumaría entre 0,7 y 0,9 puntos a la inflación de diciembre. No obstante, estos aumentos también afectan los costos de producción y comercialización de las empresas, que suelen trasladarse a los precios finales de otros productos. Estos efectos de segunda ronda no sólo impactarán en el mes de diciembre, sino que también afectarán a los registros de inflación de los meses siguientes. 
 
- 2017 dejaría un arrastre de casi diez puntos para el año que viene. Ese es, justamente, el objetivo de inflación de las autoridades, 10% con un margen de error de dos puntos (10% ± 2%). Sin embargo, no sólo el arrastre complica la meta. Los aumentos en servicios regulados volverán a impulsar la inflación el año entrante. En primer lugar, como mencionamos en el capítulo previo, los impactos indirectos de los aumentos programados para diciembre-17 se verán también en los primeros meses de 2018. Además, sólo en cuatro meses, los nuevos aumentos de servicios públicos le sumarían dos puntos a la inflación. Esto contempla, la suba en la energía eléctrica (entre 20% y 30% en febrero) y en el gas (30% en abril). También incorpora un incremento en la tarifa de transporte público de entre 70% y 100%, aunque todavía falta la confirmación oficial. A esto hay que sumarle, los impactos indirectos que, como mencionamos previamente, suelen ser importantes y podrían aportarle entre 0,5% y 1% más a la inflación, según nuestras estimaciones. Asimismo, no hay que olvidar que el programa de adecuación tarifaria contempla ajustes semestrales, por lo que en agosto volvería a subir la electricidad y en octubre el gas, aunque los aumentos sería menores.
 
- En definitiva, el panorama luce complejo y la meta de inflación ambiciosa. 
 
- La inflación terminaría 2018 en torno al 17,7% dic/dic, seis puntos por encima del rango superior de la meta oficial. No obstante, esto también indica que la inflación se va a desacelerar y, de hecho, terminaría con un incremento en los precios seis puntos menor que en 2017. Sin embargo, este camino no está exento de desafíos: la política tarifaria, los agregados monetarios creciendo al 30%, el cercano inicio de las discusiones paritarias y las expectativas aún elevadas, le imprimen dificultad al proceso de desinflación. Así, la desaceleración no está puesta en dudas, aunque la velocidad de la misma dependerá de cómo se sobrelleven estos desafíos y de cómo los aumentos en los servicios regulados terminen afectando al resto de los sectores de la economía. 

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