LA PELEA POR LAS NAFTAS

La pulseada de lobbies tildó a los surtidores

Sí a las petroleras. Sí a los azucareros del Norte. Sí a los maiceros de la zona núcleo. Sí a gobernadores para que firmen el acuerdo fiscal. Todos, menos los consumidores, que pagamos una de las naftas más caras del mundo, estaban conformes con el aumento de los combustibles que iba a salir hoy. Hasta que el tablero del INdEC enloqueció con la recarga de los tarifazos energéticos superiores al 40% que le agregan 4 a 5 puntos al IPC (Índice de Precios al Consumidor), que la propia Casa Rosada convirtió en indexador de la economía, más un punto que se traerían los combustibles. A partir de ahí empezaron a cruzarse los llamados telefónicos. Mareado “como perro en bote”, según el argot gauchesco, el ministro Juan José Aranguren, armó de apuro una mesa técnica para discutir la fórmula polinómica del costo “en boca de surtidor” varias veces modificada en pocos días y así diferir la decisión. El juego de las presiones hizo que en menos de un mes autorizara un aumento del 10% en las naftas, a los pocos días rebajara un 1,5%, en seguida reconociera un alza a los biocombustibles que repercute 20% en el costo de las refinadoras (con YPF a la cabeza), las cuales ya habían preparado para hoy una remarcación del 6 al 10% en los surtidores. Los petroleros no quieren pagar la compensación que, con la venia presidencial, se acaba de dar a los productores de biocombustibles por la pérdida que les representó el bloqueo arancelario de Estados Unidos a sus exportaciones, bajo el argumento de un presunto dumping. YPF, oficiosamente, se manifestó de acuerdo.

El ministro de Energía y hombre del palo entre los refinadores privados de petróleo, Juan José Aranguren, puso el freno de mano al aumento en el precio de los combustibles, entre 6 y 10% que se iba a aplicar desde hoy.

Inspirado en la instancia de audiencias públicas implementadas para que los actores involucrados en la oferta y demanda de servicios públicos hagan catarsis no vinculantes por los tarifazos ya decididos en su cartera, tendió una mesa técnica para analizar el nuevo cuadro de costos de los combustibles que surge de ponderar:

-el alza del crudo Brent, que se toma para definir el 80% del cuadro tarifario local,

-el salto del tipo de cambio en el período electoral y

-la incidencia del aumento otorgado al bioetanol el martes por resolución oficial, tras el acuerdo fiscal firmado por los gobernadores.

Sacó de la galera el rellano deliberativo para cortar el ascenso inexorable con que hoy, jueves 23/11, amanecería el litro de las naftas seteado en los surtidores, con la directa repercusión en un 1% que tendría en el Índice de Precios al Consumidor, ya atorado por los incrementos de las tarifas de gas y electricidad recientemente dispuestas desde diciembre y para todo el verano.

Es que las comunicaciones telefónicas surcaron los despachos del equipo de gobierno para converger finalmente en Energía: Jefatura de Gabinete, Hacienda, Interior, YPF intercambiaron presiones originadas en los lobbies petrolero y azucarero, principalmente, que quedaron al desnudo (por si hiciera falta) con los trascendidos lanzados a la prensa desde Puerto Madero: "La ley de Biocombustibles establece cupos obligatorios a través de un mercado cerrado, constituido por un pequeño grupo de empresas subsidiadas por los consumidores, que pagan mayores precios en los combustibles, y por el Estado nacional a través de exenciones impositivas", según publicaron los medios.

No se hizo esperar la réplica del director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles, Claudio Molina, desde la tribuna de Clarín: "YPF es una sociedad anónima de derecho privada que cuenta con todo el poder de lobby de una empresa pública. Gracias a eso, todos los beneficios que le da el Gobierno se trasladan automáticamente a los privados y reciben el mismo beneficio las compañías que operan en el segmento del downstream de petróleo que es oligopólico. El margen de refinación de YPF es más del doble del mundial. Esa situación, más los altos tributos, hacen que los argentinos paguemos un precio de la nafta y el gasoil mucho más alto que el promedio mundial".

En el medio de esta pulseada de lobbies, el tucumano venía advirtiendo que las transferencias de recursos de los productores cañeros a las petroleras alcanzarían los $ 4.300 millones anuales y se afectarían las fuentes de trabajo en la provincia. Luego de las negociaciones con el ministro Rogelio Frigerio, sobrevino el aumento plasmado en la resolución del martes firmada por Aranguren.

El ex Shell tuvo que dar varias marchas atrás y algunas adelante con la modificación que había dispuesto a principios de mes en la fórmula para calcular los precios de los biocombustibles, de manera que los redujeron un 29% (15% desde este mes). Como consecuencia de la medida, YPF rebajó un 1,5% las naftas súper y premium, apenas una semana y media después de haberla incrementando un 10% tras las elecciones.

Ahora busca consensuar una fórmula de cálculo para los biocombustibles, mientras en la petrolera estatal aducen que se están "evaluando todas las variables" para aplicar en los próximos días una nueva suba en los surtidores.

Casi en consonancia con el argumento utilizado en USA para subirles los aranceles al biodiésel argentino y sacarlo así de competencia, desde YPF aducen también que “como muestra de la falta de competitividad del sector (de biocombustibles) basta señalar que, según un informe del Ministerio de Agroindustria de septiembre, el precio del etanol base caña en la Argentina fue aproximadamente un 90% superior respecto de Brasil y un 53% superior cuando se toma base maíz”.

Añaden que “el etanol en Argentina es marcadamente más caro que su equivalente en naftas y significativamente superior a los precios del etanol a nivel internacional. Cualquier aumento en el precio de biocombustibles supone un mayor precio para los consumidores argentinos", como lo sería para los de cualquier otro importador que los asuma.

Mesa técnica

La cinchada de intereses que se traslada a la mesa técnica parte de una diferencia de cálculos que va de 7,5 que implementa la nueva resolución emitida el martes, a $13,89 que da el nuevo cálculo”, según revela el titular de la Cámara de Alcoholes, Oscar Rojo.

El ciclo de revisión también deja conforme a la Cámara Empresaria de Bioetanol de Maíz, cuyo director ejecutivo, Patrick Adam, señala que el ajuste decidieron hacerlo gradual, 10,5 ahora y el resto se verá en base a lo que salga de la nueva fórmula de precio.

Inclusive a nivel de los estacioneros, están persuadidos de que es inexorable que se venga un incremento de precios para el consumidor, porque el valor internacional del insumo que toman las petroleras ya superó los US$60 y está cotizando casi a 63,5.

En efecto, el nuevo escenario mundial fue modificado por el alza del barril de petróleo. Ayer el crudo intermedio de Texas (WTI) subió 2,09%, cerrando a u$s58,02 el barril, su nivel más alto en los últimos 2 años y medio, por la caída de reservas semanales de crudo de Estados Unidos.

Por su parte, el crudo Brent del Mar del Norte para entrega en enero terminó en el mercado de Londres en u$s 63,29 dólares, 1,08% más que en la jornada anterior.

Si bien estas variables no habían sido tenidas en cuenta en los años en que la cotización exterior estaba debajo de los US$ 40 y les aseguraban a las petroleras en el país un “barril criollo” superior a los US$ 70, ahora con el mercado en alza las planillas no sólo contienen el día a día de las pizarras texanas, sino que ahora que el sector se liberó, dan cuenta que la paridad cambiaria mejoró en la plaza local más de 10% en relación a hace tres meses, a lo que se agrega la recuperación de parte del valor que había perdido también el bioetanol. Todos estos factores conjugados impulsan cambios en los costos y derivarán en una nueva lista de precios,

El secretario de Cecha, Oscar Díaz, reconoce que las subas serán automáticas en cuanto se esclarezca la fórmula, si bien prevé que no pasarán del 4 % en los primeros meses de 2018. De todos modos, asegura que “no habrá sobresaltos en el mercado”.

Fuentes de YPF, cuya red de estaciones de servicio abastece las tres cuartas partes del mercado interno de las naftas, deslindaron responsabilidades ante el desconcierto que estas marchas y contramarchas provocan, no sólo en la población, sino en los propios responsables del gobierno que administran la política de los precios que van a parar al índice oficial.

Paradójicamente, el de los combustibles es un mercado que se liberó pero sigue regulado.

"Como empresa líder del sector continúa trabajando por un mercado de combustibles transparente y con competencia de todos los actores. El consumidor debe beneficiarse de esta apertura y esta competencia. El objetivo final es que los clientes reciban productos finales de alta calidad y a precios regionalmente competitivos", fue la oficiosa declaración de principios distribuida a los medios amigos.

Y aclararon los tantos para sentar posición: "Antes de producir una modificación en los precios, queremos evaluar todas las variables de la estructura de costos del combustible. Tenemos también la intención de reducir las continuas oscilaciones de precio a los consumidores, en este caso motivada por un cambio de resoluciones. La nueva resolución implicará una suba de los precios de los biocombustibles que impactará en el precio de las naftas", informaron.

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