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CARTA PIDIENDO APOYO

Fiscales del Lava Jato creen que los políticos se unen en su contra

Que Michel Temer siga como Presidente de Brasil es una demostración poderosa de que la lucha contra la corrupción no está ganando su batalla. La otra prueba es que Luiz Inácio Lula da Silva es casi con seguridad el próximo Presidente de Brasil. Y esto tiene en vilo a los magistrados y fiscales del Lava Jato, quienes desde el inicio se enfocaron en llevar a la cárcel a Lula y no pudieron mientras que los políticos profesionales comienzan a organizarse para acabar con lo que ellos llaman 'la dictadura judicial'.

Las elecciones de 2018 representan la batalla final para el futuro de la operación Lava Jato, dijeron los fiscales de la operación Lava Jato en Curitiba, Río de Janeiro y Sao Paulo.

"Es necesario que la sociedad siga atenta a los movimientos de los actuales parlamentarios, manifestándose contra cualquier intento de dificultar o impedir las investigaciones criminales de personas poderosas", escribieron en una carta los fiscales.

El fiscal federal del estado Paraná, Deltan Dallagnol, fue el vocero del encuentro en Río: "2018 será la batalla final para el Lava Jato (...) será una victoria si son elegidos candidatos con pasado limpio y que actúen en el combate a la corrupción, pero el futuro será sombrío si los que están ahí se mantienen". Obvia alusión a Luiz Inácio Lula da Silva, quien lidera todas las encuestas de tendencia del sufragio.

Para el fiscal Dallagnol, 2018 es un año clave para "reformas sistémicas" en el Congreso Nacional en la lucha contra la corrupción vs. para eventuales retrocesos.

Los fiscales se reunieron para trazar nuevas estrategias para 2018, y la perspectiva es que ocurren nuevas operaciones conjuntas.

El documento que difundieron mencionó ataques de políticos para garantizar su impunidad.

Otros temas que merecen la atención de los electores, según los fiscales, son el foro privilegiado y la delación premiada, "uno de los más importantes instrumentos de investigación", en las palabras de José Augusto Vagos, fiscal de Río.

Hasta ahora, dicen, gracias al Lava Jato fueron recuperados US$ 700 millones.

El documento mencionó la votación de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro (Alerj) que puso en libertad a los diputados estadales Jorge Picciani, Paulo Mello y Edson Albertassi, todos del PMDB investigados por corrupción, 1 día después de la decisión del Tribunal Regional Federal (TRF) de detenerlos por crímenes cometidos en el marco de la llamada Operación Cadena Velha: "Fue una advertencia de lo que está por venir si nada cambia", dijo Dallagnol, acompañado por las procuradoras Anamara Osório Silva y Thamea Danelon, de São Paulo; y Carlos Fernando dos Santos Lima, de Curitiba.

El PMDB es el partido político del presidente Michel Temer, que logró eludir las denuncias de su contra; del ex presidente del Senado, Renan Calheiros (cayó por corrupción aunque sigue siendo senador federal), y del detenido ex presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha.

"Las fuerzas de tareas del Lava Jato ejecutarán operaciones conjuntas el año que viene", anticipó el procurador de Río, Eduardo El Hage.

Con más de 3 años, la operación Lava Jato ya cuenta con 47 investigaciones judiciales en Paraná (cuya capital es Curitiba), 17 en Río: 144 personas condenadas y más de 500 denunciados.

El procurador paranaense aprovechó para criticar al Poder Judicial brasilero que, según él, peca por la falta de "resolutividad" de los procesos. "El sistema brasileño está hecho para no resolver cuestiones importantes e investigaciones contra poderosos", finalizó Dallagnol.

Ellos dijeron que nadie que participa del Lava Jato será candidato en 2018.

Conductor de TV se baja

En tanto, el conductor televisivo y entrepreneur brasileño Luciano Huck, de la cadena Globo, anunció su renuncia a una candidatura presidencial para 2018 luego de haber sido invitado por varios partidos y entidades empresariales a presentarse como un candidato ajeno al mundo de la política tradicional para las elecciones de octubre próximo.

“Cuenten conmigo, pero no para candidato a Presidente”, dijo Huck en una columna enviada al diario Folha de S. Paulo, en la cual aseguró que continuará “trabajando por el país” pero descartó una candidatura que fue alentada desde medios periodísticos, grupos empresariales e incluso parte de la dirigencia política tradicional.

Huck, conductor de “O Caldeirao do Huck” (El Caldero de Huck), registró una intención de voto en las encuestas del 5% y la semana pasada el diario O Estado de S. Paulo publicó un sondeo en el cual se afirmaba que él tenía 60% de imagen positiva, aunque no como candidato.

El conductor y empresario, de origen judío, se dedica hace varios años a proyectos de interés social en paralelo con el manejo de sus negocios.

Huck participa de una red de empresarios y líderes de fondos de inversión que buscan renovar la clase política, que por el momento, no ofrecerá candidatos “outsiders” para las presidenciales 2018.

Favorito en las encuestas de intención de voto, el ex presidente Lula da Silva desafió a Huck la semana pasada a presentar sus propuestas y lo calificó como “el candidato de la TV Globo”, en referencia a la emisora más poderosa del país.

Huck apoyó abiertamente en la elección de 2014 al candidato Aecio Neves, senador del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) que hasta hace pocas semanas fue el principal sostén del gobierno de Temer.

Neves perdió y, para colmo, quedó envuelto en una complicadísima trama de corrupción que ha dejado a la centroderecha sin candidato.

En su columna de renuncia a la precandidatura, Huck dijo que será un articulador “para buscar la mejoría del país. Trabajaré efectivamente para estructura y juntar a grupos que asuman la misión de ir a fondo en la elaboración de un pensamiento y de un proyecto de país para Brasil”.

En la nota, Huck dice estar a favor de “reformas estructurales, muchas veces dolorosas”, aunque no especificó cuáles.

La candidatura de Huck había sido apoyada como una alternativa a Lula y al diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, un ex capitán del Ejército.

Moro

A su vez, el juez brasileño Sérgio Moro, encargado de la mayoría de las investigaciones de la operación Lava Jato, aseguró que sufre "ataques sucios" debido a su labor anticorrupción.

Moro no especificó en qué consisten esos ataques, pero subrayó que está "absolutamente tranquilo" sobre su trabajo y que no se incomoda con las mentiras que difunden sobre él, según dijo en un seminario promovido por la revista "Veja".

El magistrado fue quien condenó al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) a 9 años y medio de cárcel por un presunto delito de corrupción pasiva, que está en instancia de apelación.

Buena parte de la izquierda brasileña le acusa de falta de imparcialidad y especial ensañamiento con el exmandatario, por haberle condenado sin pruebas firmes.

Sobre la condena de Lula, Moro aseguró confiar en el criterio de los jueces de la apelación (el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región), a quienes calificó de "serios, técnicos y competentes".

Este tribunal deberá decidir en los próximos meses si ratifica la sentencia de Moro; de ser así Lula podría acabar en la cárcel sin la posibilidad presentarse como candidato a las elecciones presidenciales de 2018.

El juez Moro también lamentó que en Brasil haya una "corrupción sistémica", pero al mismo tiempo se felicitó de que la operación Lava Jato haya acabado con el clima reinante de impunidad.

Moro reiteró que no dará el salto a la política presentándose como candidato en las elecciones de 2018, un rumor presente desde hace muchos meses y que siempre ha desmentido.

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