VUELO 19

72 años de misterio y cinco aviones que se los “tragó” el mar

A propósito de la desaparición del submarino ARA San Juan, que pareciera que lo grande del océano lo desapareció, hoy recordamos que hace más de 7 décadas cinco aviones estadounidenses nunca llegaron a su destino final, sino que misteriosamente se desvanecieron del aire y todo indica que fueron absorbidos por el Triángulo de las Bermudas. Hoy en día sigue siendo todo un misterio cuál fue el paradero de aquel grupo de aviones llamado Vuelo 19.

 
– Teniente Taylor: Llamando a la torre de control, esto es una emergencia. Parece que hemos perdido el rumbo y no podemos ver tierra, repito, no podemos ver tierra.
– Torre de control: Por favor, confirme su posición.
– Teniente Taylor: No estamos seguros de donde nos encontramos. No podemos estar seguros, parece que nos hemos perdido.
– Torre: Tome rumbo oeste, tome rumbo oeste.
– Teniente Taylor: Atención torre, no sabemos en qué dirección está el oeste, todo funciona mal, es muy extraño, no podemos confirmar ninguna dirección. El océano tampoco tiene una apariencia normal.
 
Esta fue la última comunicación del vuelo 19, hace 72 años cinco aviones se desaparecieron y hasta hoy el caso sigue siendo un misterio, sin embargo, algunos estudios aseguran que fueron absorbidos por el misterioso triángulo de las Bermudas, una zona misteriosa  del mundo que se usa para referirse a una zona del Océano Atlántico, con forma de triángulo obviamente, enmarcado por las islas Bermudas, Puerto Rico y Miami.
 
El día 5 de diciembre del 1945, partieron desde la base de Fort Lauderdale, Norte de Miami, Costa Este de Florida, el teniente instructor Charles Caroll Taylor, de 28 años, a cargo de una escuadrilla de bombarderos norteamericanos. El Vuelo 19 era el nombre asignado a un grupo de aviones que despegaron de su y  estaba compuesto por cinco aparatos con un piloto y dos tripulantes, eran bombarderos-torpederos, para ser más exactos los Grumman TBM3 Avenger, pertrechados con suficiente combustible como para realizar una ruta de más de 1.800 kilómetros, por lo que el combustible no debería ser problema.
 
 
Las condiciones climáticas eran las normales, y todo apuntaba una misión exitosa más, el equipo debía volar 60 millas hacia el este, hacer un vuelo bajo y bombardear los restos de un barco hundido, esta primer parte logró realizarse sin complicación alguna, sin embargo, Los problemas llegaron en la fase 2 de la misión. La escuadrilla debía hacer una práctica de navegación, tenían que volar aún más hacia el este, 75 millas aproximadamente, luego hacia el norte y finalmente de regreso a Fort Lauderdale.
 
Al poco tiempo de completar el bombardeo aparecieron las complicaciones, el instructor llamó a la central informando que las brújulas no estaban funcionando, se encontraban realmente perdidos, y eran concientes de que aquella no era una zona donde podían darse el lujo de la desorientación. El Teniente, poco experimentado en la zona, logró dar con una isla y aseguró que la misma se trataba de los Cayos, al sur de Florida, pero en realidad, aquella parcela de tierra pertenecía al norte de Bahamas.
 
Aquella decisión condenó los 5 aparatos. La central basándose en lo que aseguraba el teniente, direccionó las naves hacia el norte y luego hacia el este, sin embargo al haberse tratado de las Bahamas, el equipo terminó tocando las puertas del Triángulo, rápidamente el clima se viró, la tormenta castigó a la escuadrilla, y del Vuelo 19 nunca más se volvió a saber.
 
Cuando se confirmó que estaban perdidos, algo más de 100 navíos y aviones comenzaron la búsqueda por la zona. Pero todo el despliegue fue un fracaso. Nadie consiguió localizar los restos del vuelo 19 ni el punto exacto de su desvanecimiento.  Como si fuera poco, uno de los mismos efectivos encargados de la búsqueda, un PBM-5 Martín Mariner, confirmó el nacimiento de la leyenda, al desaparecer de la misma forma, el mismo día, en la misma ubicación.
 
 
El Triángulo de las Bermudas:
 
El Triángulo de las Bermudas es un término creado en 1953, que se usa para referirse a una zona del Océando Atlántico, con forma de triángulo obviamente, enmarcado por las islas Bermudas, Puerto Rico y Miami.
 
El Triángulo, una banda de mar de más de un millón de kilómetros cuadrados, ha sido el último paisaje del que se despidieron al menos 75 aviones y cientos de barcos en los últimos 100 años, sin embargo las historias y su terrible fama no nacieron por los accidentes, sino por la forma de los mismos, cambios repentinos de clima, fallos en las comunicaciones, averiaciones en las brújules y sistemas eléctricos o mecánicos, y finalmente desapariciones de tanto objetos como personas.
 
De todas formas, mientras que muchos se encargan día a día de hacer crecer el mito y el temor que adorna esta zona, muchos otros se encargan de desmentirlo. En primer lugar estadísticas de la Guardia Costera de Estados Unidos han asegurado que la zona no presenta más desapariciones de barcos y aviones que en otras zonas de igual tráfico.
 
Además distintos grupos investigadores han hecho todo lo posible por dar explicaciones científicas a los sucesores, y las dos principales llegaron a lo siguiente:
 
1. Investigadores de la Universidad del Ártico han viajado a lo más profundo del mar de Barents, en Noruega, hasta dar con algo muy curioso, una serie de enormes cráteres de más de 800 m de diámetro y 45 m de profundidad, por las que se filtran grandes cantidades de metano acumuladas en el subsuelo, y que se liberan al exterior en forma de explosiones que pueden provocar el hundimiento de barcos.
2. Por otro lado, un equipo de meteorólogos de la Universidad de Colorado, en California, también habría hecho una investigación por su parte, hasta haber afirmado encontrar en el cielo la solución a este enigma. Los satélites climáticos de la NASA han detectado en el cielo sobre la franja de mar del Océano Atlántico Norte unas extrañas formaciones de nubes hexagonales, que son auténticas “bombas de aire”. Estas nubes con forma hexagonal se forman a través de microcombustiones que generan bombas de aire de entre 32 y 88 kilómetros de ancho que se mueven desde las nubes hasta la superficie del mar, desencadenando vientos de más de 270 km/hr. Estas corrientes de aire son tan poderosas que explicarían la precipitación de los aviones al mar y la presencia de olas de más de 14 metros de altura que serían las responsables de los naufragios.
 
Mientras que no se tiene información exacta de la primera desaparición en la zona, si se sabe que la última data de 1999, cuando se hundió el carguero Génesis después de zarpar del puerto de San Vicente con una carga de 465 toneladas de tanques de agua, tablas, hormigón y ladrillos. Este carguero informó de problemas con una bomba de achique poco antes de perder el contacto.
 
 

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