POLÉMICA DECISIÓN DE TRUMP

Soplan vientos de ira: 11 fotos

“Estamos aceptando lo obvio. Israel es una nación soberana y Jerusalén es la sede de su Gobierno, Parlamento y Tribunal Supremo”, anunció Donald Trump. El asunto luce complejísimo.

Jerusalén fue fundada por Sem, hijo de Noé, y su tataranieto Eber, ancestros de Abraham.

Según el relato bíblico, Melquisedec era el rey de Salem, sacerdote de Dios, y presentó pan y vino a Abraham, nómade nacido en Ur de los caldeos, y lo bendijo. Abraham le dio el diezmo.

Salem es identificada con Jerusalén. Luego, los jebuseos, una tribu cananea, controlaron la ciudad (la llamaban Jebús), hasta que el rey David la conquistó, enviando un contingente militar a través de un manantial subterráneo.

Entonces la rebautizó como Ir David ("Ciudad de David"), y sus restos se ubican en la llamada Colina Ophel, del barrio de Silwan, descubierto y excavado por el Palestine Exploration Fund entre 1923 y 1925.

Su hijo Salomón extendió la ciudad, amplió las murallas y construyó el Templo -encargado y bendecido por Jehová-, destinado a contener el Arca de la Alianza y en su interior, las Tablas de la Ley (los 10 mandamientos de verdad, no los que reescribieron los humanos después), y así engrandecer a Jehová.

Pero Salomón creyó que se trataba de engrandecer su reinado, y erró. El castigo fue terrible: a su muerte, el reino fue dividido, consecuencia de la presión tributaria impuesta para financiar el Templo. Jerusalén quedó como capital de Judá. En tanto, Siquem, luego Tirsa y más tarde Samaria fue la capital de Israel​.

Jehová utilizó a Asiria para castigar la maldad de Israel. Y a Babilonia para castigar la maldad de Judá. El rey Nabucodonosor saqueó y destruyó el templo y se llevó a muchos al cautiverio.

Jerusalén siempre fue complicada. Es la ciudad por la que lloró Jesús de Nazareth, anticipando la destrucción que llegaría de Roma por practicar una religión de espaldas a las profecías.

Jerusalén fue la ciudad de los cruzados, los cristianos enviados por sucesivos pontífices del Vaticano, que terminaron derrotados por Al-Nāsir Ṣalāḥ ad-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb, o sea Saladino, un defensor del Islam.

Jerusalén es ciudad de monumentos cristianos, judíos y musulmanes. Pero Israel la reivindica sólo para sí. Vientos de ira sospechan muchos que están soplando.


Donald Trump contra casi todos. No todos porque Israel apoya su decisión, y Vladimir Putin más o menos: al comenzar 2017 propuso Jerusalén Oeste como capital israelí y Jerusaén Este como capital palestina.

En cambio Europa, China, las grandes potencias musulmanas e incluso el papa Francisco han alertado que la situación puede ser incontrolable.

También los socios de Putin en Medio Oriente se oponen: el presidente turco Recep Tayyip Erdogan; su homólogo iraní Hassan Rouhaní; y también el presidente sirio Bashar al Assad.

“Hago un fuerte llamamiento para que todos respeten el statu-quo de la ciudad, de conformidad con las resoluciones pertinentes de la ONU”, advirtió Francisco.

Lo más grave es que si hubiere algún atentado terrorista contra intereses estadounidenses la soledad de USA será llamativa. No habrá lágrimas por Trump.

"Esto es un disparate de dimensiones históricas y que amenaza a toda la región", dijo John Brennan, exdirector de la CIA (2013-2017).

"Por mucho que quieran no van a poder controlar los daños, Jerusalén es un punto demasiado caliente", agregó Martin S. Indyk, enviado especial a las negociaciones durante el mandato de Barack Obama.

Condicionado por sus vínculos tan estrechos con Israel, el Presidente estadounidense dijo: "Jerusalén es el corazón de una de las más exitosas democracias del mundo, un lugar donde judíos, musulmanes y cristianos pueden vivir según sus creencias. En 1995, el Congreso aprobó por abrumadora mayoría reubicar ahí la embajada y desde entonces todos los presidentes han aplazado la decisión por miedo a afectar las negociaciones de paz, pero décadas después no estamos más cerca del acuerdo. Este es un paso largamente postergado que permitirá avanzar en el proceso y trabajar en la consecución del pacto".

El presidente palestino, Mahmud Abás, dijo: “En esta declaración (Trump) ha elegido violar todas las resoluciones y acuerdos internacionales y bilaterales y contradecir el consenso internacional expresado por posiciones de varios países del mundo”.

En la Casa Blanca intentaron, off the record, relativizar el anuncio del Presidente: “Hay alrededor de 1.000 personas trabajando en la embajada en Tel Aviv, y no tenemos una instalación que pueda acogerlos en Jerusalén. Llevará tiempo encontrar un lugar, asegurarnos de que es seguro, diseñar una nueva embajada y construirla”.

"Quiero ser claro: no hay alternativa a la solución de dos estados. No hay un plan B", afirmó el secretario general de la ONU, António Guterres. La ONU afirmó que el statu-quo de Jerusalén debe ser resuelto en negociaciones directas entre Israel y los palestinos.

La alta representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Federica Mogherini, le dijo al presidente palestino, Mahmud Abás, que mantiene su "firme posición" de que se debe negociar que Jerusalén se convierta en la capital de un futuro Estado palestino y de Israel (pareciera parecido a lo de Putin).

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, advirtió: "Desde aquí quiero hacer un llamamiento a todo el mundo: Hay que abstenerse de pasos que cambien el estatus jurídico de Jerusalén. Un paso así solo echará nafta al fuego de los terroristas".

 

 

 

 

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