DESDE HACE 22 AÑOS VIVE EN SU PROPIO CASTILLO

No tiene dinero, pero vive en un castillo frente al mar

Pertenecer a la monarquía te da sin duda la posibilidad de vivir dónde quieras y cómo quieras. Sin embargo, no haber nacido de una familia con linaje real, no es impedimento para que Marcio Mizael Matolias, un brasileño de 44 años, tenga su propio castillo y haya sido proclamado el 'Rey de Río de Janeiro' desde hace 22 años.

Pertenecer a la monarquía te da sin duda la posibilidad de vivir dónde quieras y cómo quieras. No obstante, no todos tenemos el privilegio de que en nuestras venas corra la "sangre azul".

Sin embargo, no haber nacido de una familia con linaje, no es impedimento para que Marcio Mizael Matolias tenga su propio castillo y haya sido proclamado el Rey de Río de Janeiro desde hace 22 años.

Marcio es un desapegado escultor de arena quien vive desde hace dos décadas en la paradisíaca playa de Barra da Tijuca bajo un enorme castillo de arena, que cuenta con una de las vistas turisticas más de Brasil, sin pagar ni un centavo.

El monarca brasileño, de gustos refinados, como todos, se dedica a mantener su enorme castillo de arena, jugar al golf de playa, pescar y leer libros, estas dos últimas sus pasiones.

Más conocido como 'el rey de la playa', este escultor aficionado se gana la vida posando junto a los visitantes, luciendo una corona y un cetro monárquico y con su majestuoso castillo, creado con sus propias manos, de fondo.

Mientras, que entre sus quehaceres diarios incluye retocar los detalles y acabados de su fortaleza de arena, así como regarla con frecuencia para evitar que su obra, devenida en una verdadera atracción turística, pierda su forma y se derrumbe.

Para Marcio vivir en este castillo, que cuenta con apenas unos 3 metros cuadrados, es una forma de desapegarse de la preocupación que generan las cosas materiales.

"Me crie en la Bahía de Guanabara y siempre he vivido en la playa", por lo cual "no debo pagar ningún tipo de cuentas y tengo una buena vida", declaró 'el rey de la playa' y confesó que no puede imaginarse otro estilo de vida.

Sin embargo no todo es positivo. El brasileño asegura que la única desventaja es que "la arena retiene todo el calor", de modo que a veces "no puedo dormir aquí dentro por la noche y me voy a la casa de un amigo", pero así y todo "prefiero estar aquí aun si debo acostarme cerca del mar". En cuanto a su higiene, se le permite usar el baño del puesto de guardacostas a diario, por menos de US$ 1. 

El "rey Marcio", habitante de un castillo de arena en Rio

 

 

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