NEGOCIACIONES POR EL NAFTA

Muy interesante el freno de Trudeau a Trump

A Donald Trump le queda enorme la Casa Blanca, eso ya se sabe. Pero gracias a los hackers rusos, él ganó la Presidencia, demostrando la enorme fragilidad del sistema institucional de la mayor potencia global. Puesto a gobernar, el voluntarista Trump flaquea no sólo por soberbio sino también por ignorante. La renegociación que se propuso del NAFTA (North America For Trade Agreement) desnuda las limitaciones de Trump, en especial cuando su colega canadiense, Justin Trudeau, ha decidido ponerle límites.

El primer ministro canadiense Justin Trudeau dijo el miércoles que su país no será obligado a renegociar un Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA por North America For Trade Agreement) que no beneficie a Canadá.

Durante una conferencia en el Instituto de Política de la Universidad de Chicago, Trudeau dijo que Canadá entablará pláticas “serias y constructivas” con México y USA.

El presidente Donald Trump ha amenazado con retirar a USA del pacto de 24 años de antigüedad si no consigue lo que quiere. Entre sus deseos está una mayor producción automotriz hecha en USA y más contratos gubernamentales para compañías estadounidenses.

Trudeau dijo que tiene graves preocupaciones respecto a las exigencias de Trump, y que por lo general se opone a cualquier cosa que cause inestabilidad en la cadena de suministros. Dijo que su país no será presionado para formar parte de un acuerdo añejo y añadió que posiblemente “ningún otro acuerdo es mejor para Canadá”.

En enero, el representante comercial de USA, Robert Lighthizer, dijo que las renegociaciones del NAFTA progresan muy lentamente, y añadió que a finales de febrero se realizará una nueva ronda de discusiones en México en la que comenzarán a tocarse puntos vitales.

Trudeau dijo que las economías de Canadá, México y USA han prosperado durante los casi 25 años de vigencia del NAFTA.

“Pero, al mismo tiempo, necesitamos mejorar el NAFTA”, reconoció. “Debemos asegurarnos que compartimos con las familias los beneficios y las oportunidades que se generan a causa del comercio”.

Lighthizer ha dicho que el objetivo del gobierno de Trump es impulsar el número de empleos de manufactura en USA, ya sea alentando nuevas inversiones o trayendo de regreso los trabajos que se mudaron a México.

Trudeau sostuvo que mejorar los estándares laborales del NAFTA eliminaría los incentivos para que las compañías trasladen sus plantas a México para aprovechar la mano de obra barata, y mejoraría los salarios.

La situación luce complicada. Interesante un fragmento de la crónica desde Los Angeles (California) de Pablo Ximénez de Sandoval para el diario español El País:

“Ronald Reagan vino a mi casa cuando yo era pequeño”. Justin Trudeau no necesitaba mucho para ganarse al público republicano del sur de California, pero con esa frase empezó dejando claro este viernes que se consideraba entre amigos. El primer ministro de Canadá eligió la Fundación Ronald Reagan, a las afueras de Los Ángeles, para dar un discurso en el que utilizó la figura del expresidente republicano para defender ante Estados Unidos, y en particular ante los republicanos, el libre comercio en América del Norte amenazado por el actual presidente.

“Si el comercio entre Canadá y Estados Unidos es una mala idea es que no existen las buenas ideas”. Trudeau quiso hacer en Los Ángeles una defensa apasionada de las normas de libre comercio que disfrutan ambos países desde el acuerdo firmado por Ronald Reagan y Brian Mulroney en 1989 y que fue el precursor del TLC (NAFTA), en vigor desde 1994 y que incluye a México.

Trudeau hablaba en Los Ángeles en la última etapa de un viaje que acaba este sábado y que le ha llevado también a Chicago y San Francisco. Trudeau ha elegido su audiencia para convencer a la parte de Washington que pueda tener influencia sobre el presidente Donald Trump de que defiendan el TLC. Está enviando su mensaje a la Casa Blanca sin pisar Washington.

La renegociación del TLC ha sido impuesta por Donald Trump, que lo ha llamado “mata empleos” y “desastre” y ha amenazado con eliminar el acuerdo comercial por completo. Tras una ronda de negociaciones que acabó la semana pasada en Montreal, los negociadores se disponen a retomar las conversaciones en Ciudad de México. A pesar de los avances, la imprevisibilidad de Trump y su disposición a no firmar nada que no pueda vender como una victoria, lastran la confianza en las negociaciones.

Es esa actitud lo que trató de poner en evidencia Trudeau ante los republicanos de Reagan, que no dudaron en aplaudirle. (...)

“Pero el comercio no es un partido de hockey”, dijo Trudeau, provocando los aplausos del millar de republicanos californianos presentes. “La realidad es que los dos, Canadá y Estados Unidos, están ganando. Y también México. y así es como debe seguir”. El comercio no es asunto de “ganar” y “perder”, vino a decir Trudeau, utilizando las dos palabras con las que Trump define el mundo.

(...) “El presidente Trump y yo estamos de acuerdo en esto: demasiada gente se ha quedado atrás, incluso mientras nuestras economías crecían”. Trudeau reconoció que hay una clase media empobrecida que no ve los beneficios del comercio internacional y, sin decirlo así, vino a reconocer que la presidencia de Trump y otros fenómenos se deben a la revuelta de esa clase media empobrecida. “Está bien decir en abstracto que el libre comercio trae prosperidad. Es verdad. Pero la circunstancia de cada individuo es diferente. Y los datos del comercio, aunque positivos, no son lo que lleva a tus hijos a la universidad”. (...)".

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