ENCRUCIJADA TELCO

Marcos parece Milton mientras arde Clarín vs. Telefónica/Claro

"(...) Las telecomunicaciones que se juegan el cuádruple play, que disputan la dupla Cablevisión-Telecom -o sea Clarín más David Martínez- con el paisano Carlos Slim de Claro. Y con los traviesos españoles que desde Telefónica juegan de contragolpe. Aquí Macri está en problema", advierte Jorge Asis.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Jorge Asis Digital). El conformismo elaborado por el Premier Marcos Peña, El Pibe de Oro, es alarmante. Las defensas argumentales evocan al mejor Milton Capitanich, El Montenegrino.

Atenuar el impacto de la crisis es la distracción favorita del Tercer Gobierno Radical.

Anda como puede. A los tumbos, sin conducción ni rigor. Sin orientación. Sólo con la gestualidad del marketing.

Registrarlo de ningún modo significa expresar un deseo. Es la constatación objetiva de una realidad cruel.

Aquí nadie quiere que al gobierno le vaya mal. El problema es que anda efectivamente mal.

Praxis chambona

Por derivaciones de la praxis más chambona que mala, el numeroso plantel, fragmentado entre ministros medianos, no le encuentra la vuelta a la rosca de la economía. Ni alcanza a contener la confianza que desperdicia.

El Esquema Ponzi Institucional, sostenido por el mecanismo rutinario del crédito, mantiene la alternativa del estallido (que puede demorarse).

La inflación, sin “herramientas para combatirla”, converge con el sistemático endeudamiento.

Cuesta encontrar al patriota que se entusiasme con la irrupción de los inversores míticos. Ningún iluso ya apuesta por la lluvia de dólares, que no lleguen para la manganeta de las Letes o Lebacs. En broma suele tratarse la bonanza de los próximos semestres.

El desacierto económico converge con la pérdida de la supremacía moral. La hegemonía de la transparencia. La vara de la decencia fue plantada con tanta elevación que se les esfumó como un globo.

Los ministros cuestionables, que por piedad no se enumeran, produjeron una sucesión de decepciones. Aunque individualmente sean bellas personas, tal como sostiene el Neo Capitanich. Cabe la comparación con los antecesores. Porque los superan. Tuvieron otra educación, los alcances fueron superiores. Como los negocios, puntuales, elegantes y estratégicos.

La catastrófica marcha de la economía converge entonces con la simultánea caída moral.

Al descenso de la virtud le sucede invariablemente la bronca popular. Y la frustración de los desdichados de clase media que los apoyaron, y volverían a apoyarlos aunque no pueden pagar las cuentas, ni mantener la marca del nivel, como los cigarrillos LM que promocionaba la señora Claudia.

No asombra que las desgracias se amontonen y generen la convergencia del frente adverso.

El que suele negarse con la altivez del superado que lo celebra. Por tener enfrente, en materia de imagen, a lo “peorcito” que la sociedad arrastra hacia abajo.

Se aferran a la fábula. Indica que confrontar con Los Moyano, asociados al kirchnerismo, les brinda garantías de supervivencia. Que incluso los hace crecer. Porque la sociedad “apuesta por el cambio”.

Superaron -suponen- “el populismo”. Sin pensar que el “maldito populismo” probablemente vuelva. Con mayor fuerza. Capitalizado por el fracaso de los virtuosos que se ponen el país de sombrero, al estrellarse contra el frontón de la realidad.

El Monse

La próxima “herencia a recibirse” va a ser más nefasta que todas las herencias anteriores.

Interpretación que contrasta con el conformismo patológico de quienes dicen estar en “el camino correcto”.

La obstinación es aceptablemente admirable. Sin acertar con ninguna irrisoria medida. Con la ética extraviada. Con dos muertos encima por las represiones, con un submarino inexplicablemente perdido y con el presidente insultado en los estadios.

No obstante, los obstinados se sienten en condiciones de pelearse también con la Iglesia.

Cuando el tonto intenta hacerse el vivo, asume el riesgo de multiplicar el efecto de la tontería que lo inmoviliza.

Cambian, entonces, la pelota de arco, tal como si la sociedad estuviera compuesta por nabos que necesitan que desde arriba se les “marque la agenda”.

En su cuesta abajo, los equilibristas ingeniosos del TGR habilitan otra convergencia. La polémica hipócrita sobre el aborto. Con el objetivo de poner contra la pared a los políticos, así se trate de los propios.

A los complementarios periodistas y a los opinadores en general. Círculo rojo de conectados unisex que saben dónde recurrir si les transcurre un embarazo indeseable.

Sin embargo, para entretener a la sociedad, deciden mojarle la oreja a los curas, y por elevación al papa Francisco, al que consideran el opositor más inquietante.

A partir de la despenalización del aborto se produce el festival divisorio de la oralidad. Como si el Ángel Exterminador siguiera meticulosamente los pasos magistrales de Néstor Kirchner, El Furia. El primero que enfrentó al Cardenal Bergoglio, El Monse.

Después que El Monse le perforara a Kirchner el proyecto de reelección eterna, que pretendía instalar a partir del plebiscito por la reelección de Carlitos Rovira, El Francesito, en la tierra colorada de Misiones.

Para humillar al Monse, El Furia inventó el matrimonio igualitario. La ley que le dio a Kirchner la chapa histórica de máximo progresista. Implementada, en el origen, sólo para que El Monse padeciera las fotos de los besitos alegres de los igualitarios reivindicados, en la boca y desde la portada de los diarios. Cuentan que El Furia lo imaginaba a El Monse y reía. Contagiosamente reía.

La convergencia de Las Telcos

Aparte de no acertar con la economía, de padecer el desmoronamiento de la ética, de fundar el frente adverso que explota la bronca, ahora El Ángel Exterminador debe arriesgar el máximo apoyo que le queda. Clarín.

Justamente en un momento donde debe resolverse el negocio más lucrativo que puede hacerse en la patria, apenas superado por la venta de soja. El negocio de Las Telcos. Las telecomunicaciones que se juegan el cuádruple play, que disputan la dupla Cablevisión-Telecom -o sea Clarín más David Martínez- con el paisano Carlos Slim, de Claro. Y con los traviesos españoles que desde Telefónica juegan de contragolpe.

Aquí Macri está en problemas. Cree que puede resolverlo con un Decreto de Necesidad y Urgencia. Para regular la convergencia del sector de Las Telcos, y concretar la fusión que atormenta a Los Profesionales de El Gran Diario. Y al otro mejicano veloz, don David Martínez, El Discípulo de Magnetto, que libra su batalla regional contra el paisano Slim.

¿Podrán converger estos fuertes jugadores? Acompañados por los intereses de los jugadores menores, que alternan sus apoyos, que hacen focos de presión. Y resolverlo después con una ley de Comunicaciones Convergentes, que a esta altura no es posible siquiera tratar.

Pero esta rara convergencia es la fundamental. Hay hoy tres mil millones de dólares en juego. Inversiones reales, en fibra óptica y delicatesens del universo satelital.

Hasta los Buscapinas del Enacom se sienten importantes en la vida, gracias a Los Telcos, aunque el Ministerio de Comunicaciones, desde que se oficializó la fusión Cablevisión-Telecom, haya desaparecido. Ningún otro sentido tenía mantenerlo.

“Converger significa tener un punto de unión. Convergencia es confluencia, concurrencia o concentración”. Compartir y entenderse racionalmente.

Pero Clarín, con fundamentos, cree ser el dueño de Macri, al que ayudó -digamos- a instalar en la presidencia.

Sin embargo ocurre que Macri empeñó su palabra, según nuestras fuentes, en España. Y se comprometió también con Méjico. Debe cumplir. Porque españoles y mejicanos pusieron por el espectro, aunque en Clarín sean sensibles y se enojen. Y pretendan quedarse con la parte convergente del león. Y le piquen el seso, por si no bastara, al Ángel Exterminador, a Quintanita, Luz de Mis Ojos I, y hasta al Neo Capitanich, ya tan “clarinista” como en su momento Eduardo Bauzá, El Fideo, o Alberto Fernández, El Poeta Impopular.

Pican sesos con el cuento de las desdichas que vienen de España.

Desde el operativo mediático que acabó con el puesto menor del subsecretario Díaz-Gilligan, por razones menores a las del ministro Caputo, El Toto, o las del propio Ángel. Incluyen en otra rara convergencia hasta el papelón fervoroso del ministro Dujovne, abnegado Youtuber que no tiene instrumentos para combatir la inflación. Aunque le pone garra y voluntad, como en el atletismo.

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