MACRI, EL CAMPO PIDE CAMBIOS

El largo camino para ser el supermercado del mundo

Una política de estímulo de la producción agropecuaria no consiste en reducir parcialmente, muy pobremente, los derechos de exportación. Si el enfoque de la política agropecuaria será tributario, es necesaria una reforma integral, y Brasil es un ejemplo al respecto. Hasta ahora, faltan muchas definiciones gubernamentales si es verdad que se quiere convertir a la Argentina en "el supermercado del mundo", según anunció el presidente Mauricio Macri. Aquí, una apretada agenda de todo lo que hay que comenzar a tener en cuenta y definir:

La Argentina ha comenzado a transitar un camino que es sinuoso pero necesario para lograr en convertirse el supermercado del mundo. 

Las reformas que viene pregonando el Gobierno no terminan de favorecer absolutamente en nada al sector agropecuario. Necesitamos una reforma impositiva integral, tal cual lo ha hecho Brasil.  La presentada en Argentina no favorece al sector agropecuario.

El gradualismo defendido en razón de proteger los sectores más vulnerables, es justamente a quien termina perjudicando, si no es constante.

Las políticas de shock generan efectos negativos en los sectores más relegados de la sociedad, pero si el gradualismo es lento, y no tiene convicción, termina bastardeando el proceso.

Es el momento de hablar de la responsabilidad fiscal, de la inflación y los impuestos. Esto no es negociable. Hay que reducir la carga tributaria. Argentina debe diseñar un sistema de impuestos equitativos.

Desde diciembre del 2016, ya tenemos más de $ 13.000 millones en aumentos de combustible sobre la campaña agrícola.

De ese número, alrededor de un 64% responde a la cuestión impositiva del gasoil, y este es un insumo constante para el sector. Entonces impacta de lleno en el bolsillo del productor, el cual es uno solo.

Junto a todo esto, se suman las tasas viales y el escalonamiento de impuestos Nación – Provincia – Municipio, y afectan claramente al sector.

Es el momento de entender al campo como un generador de trabajo, arraigo local, desarrollo del interior y por sobre todas las cosas, entender que el campo no es solo producción y exportación, sino también un eslabón social dentro del vasto territorio argentino.

Pero Argentina no ha debatido en profundidad el camino a seguir; la verdad que esta, se divide en dos caminos:

> Un camino es el de profundizar el Mercosur que hasta ahora no es más que una ilusión óptica.

> El otro camino es el de los TLC (Tratados Libre Comercio), la visión del Asia – Pacífico. El camino que desde hace más de 30 años ha iniciado Chile, que ha conseguido 25 mercados que le permiten colocar productos con arancel “0” a 64 países que representan el 64% de la población mundial y el 86,3% del PBI global.

Otra es la combinación virtuosa e inteligente de ambos.

Para comenzar este camino, Argentina debe abrirse al mundo. Nuestro eficiente sector agropecuario es expuesto a competir en los mercados mundiales, y en muchos casos, como en soja, en inferioridad de condiciones. La política de sustitución de importaciones protege una industria prebendaria e ineficiente, que no le ha dado al país más que fracaso, desempleo y pobreza.

Por otra parte, es necesario generar un debate acerca de los seguros para mitigar el riesgo climático.

Argentina estuvo dos años con 22 provincias en emergencia agropecuaria y nada se ha hecho.

El Gobierno tiene que tener una definición política sobre este tema y coordinarlo con las provincias. La ley de Emergencia Agropecuaria dispone un fondo de $ 500 millones que no se actualiza y que no sirve ni siquiera para arreglar caminos.

El clima no entiende de política y no podemos estar atados de pies y manos cada campaña.

Es necesario contar con un seguro que cubra el capital de trabajo, y así, los productores puedan mantenerse en la actividad. Mucho se habla de competitividad y la mitigación del riesgo forma parte de ella.

Es un proceso largo, y el camino mucho más, pero se deben generar los debates para poder llegar a ser el supermercado del mundo.

Dejá tu comentario