SEMÁNTICA E HISTORIA

En vez de "Gran Acuerdo Nacional" sería mejor hablar de "La Hora de los Pueblos"

Se denominó Gran Acuerdo Nacional (GAN) a la propuesta política que en julio de 1971 realizó 'el Cano', el teniente general Alejandro Agustín Lanusse, ante el agotamiento de la llamada 'Revolución Argentina', y la necesidad de un acercamiento con la dirigencia política civil (deberá recordarse que el ministro del Interior era el dirigente de la UCR, Arturo Mor Roig, luego asesinado por el grupo terrorista Montoneros). El GAN proponía -muchos años antes que los españoles Pactos de La Moncloa- un acuerdo entre las principales fuerzas políticas para restablecer las reglas del juego electoral y del régimen político democrático y convocaba a participar activamente en ese proceso pero Juan Perón evaluó que se apostaba por condicionar al peronismo sin nada a cambio.

 

"El marco para un gran acuerdo nacional es el presupuesto 2019, donde todas la partes, nos tendremos que sentar con apertura, generosidad y responsabilidad, para no mentirle más a la gente, no podemos seguir pensando que la culpa es de otros", dijo Marcos Peña, jefe del Gabinete de Ministros de la Nación.

En verdad, el Fondo Monetario Internacional siempre reclama un aval de la oposición a lo que comprometa el gobierno en ejercicio. Esto es tradicional, y es lo que acaba de reclamarle a la Administración Macri.

El problema de Peña es su escaso conocimiento de la historia argentina. "Gran Acuerdo Nacional" es una expresión desafortunada en términos de memoria de la democracia.

Antes del GAN (Gran Acuerdo Nacional) hubo un documento multipartidario conocido como La Hora del Pueblo, firmado el 11/11/1970, y punto de partida de una interconsulta permanente que dejó de funcionar poco antes de las elecciones del 11/03/1973.

Fue consecuencia del acercamiento entre Juan Perón y Ricardo Balbín tras la caída del dictador Juan Carlos Onganía el 08/06/1970.

Afiche de la izquierda contra el GAN. Balbín, líder de la Unión Cívica Radical del Pueblo, contactó a Jorge Daniel Paladino, delegado personal de Perón, y le transmitió su propuesta de reunir a los partidos políticos para emprender colectivamente negociaciones con la dictadura que permitieran la "salida política" hacia un gobierno elegido por los ciudadanos.

Perón apoyó la propuesta de Balbín y le escribió una carta personal, fechada el 25/09/1970, en la que sostuvo:

"Estimado compatriota: (...) Tanto la Unión Cívica Radical del Pueblo como el Movimiento Nacional Justicialista son fuerzas populares en acción política. Sus ideologías y doctrinas son similares y debían haber actuado solidariamente en sus comunes objetivos. Nosotros, los dirigentes, somos probablemente los culpables de que no haya sido así. No cometamos el error de hacer persistir un desencuentro injustificado. (...) Separados podríamos ser instrumentos, juntos y solidariamente unidos, no habrá fuerza política en el país que pueda con nosotros y, ya que los demás no parecen inclinados a dar soluciones, busquémoslas entre nosotros, ya que ello sería una solución para la Patria y para el Pueblo Argentino. Es nuestro deber de argentinos y, frente a ello, nada puede ser superior a la grandeza que debemos poner en juego para cumplirlo. (...)".

Según el periodista e historiador Juan Bautista Yofre, Levingston entró en zona de crisis con Alejandro Agustín Lanusse y sus compañeros de la Junta Militar hacia septiembre de 1970.

"(...) Mientras tanto, en reserva, Jorge Daniel Paladino mantuvo una larga conversación con Ricardo Balbín, el titular de la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP). Luego, el delegado conversó con Perón y le transmitió las angustias del jefe radical. Así nació la primera comunicación directa entre Perón y Balbín, luego de muchos años de peleas, discusiones y enormes diferencias.

Dejaron todo de lado.

Balbín, sus días de cárcel bajo el peronismo. Perón, su derrocamiento y largo exilio. Con la carta, se terminaban los intermediarios radicales que iban a Madrid con mensajes a Navalmanzano 6 y urdían artimañas para impedir la relación.

Fue Paladino el que terminó con ese juego. (...)".

El documento de La Hora del Pueblo lo firmaron los partidos UCRP, Peronista, Socialista Argentino, Conservador Popular y Bloquista, exigiendo elecciones inmediatas, sin exclusiones, y respetando a las minorías.

El acuerdo entre peronistas y radicales tenía enemigos, aún entre los demócratas.

Yofre recuerda

"(...) Unos días después, los periodistas le preguntaron al delegado sobre sus contactos con los radicales y dijo que “hablamos de dialogar con todas las corrientes políticas representativas”. Eso le explicó a Perón en la misma carta. “Entonces me preguntaron si había algo especial con el ‘frondizismo’. Me acordé de su frase, mi General, y le dije: ‘No, porque nosotros pondremos los votos y Frondizi la República’. Por supuesto fue un impacto. Pero el más impactado fue (Rogelio) Frigerio, que vino corriendo a verme el día siguiente. Quiso plantear que si habíamos cambiado ‘la línea’ lo menos que podríamos hacer era avisarle”. Y Paladino le respondió, amablemente, que “el Movimiento nunca había cambiado su línea”. “Preguntó por Perón y le aseguré que nuestro Líder mantenía su distinción de siempre para con él, Frigerio. Entonces se exaltó un poquito y afirmó que Perón se equivocaba, porque Frigerio y Frondizi son la misma cosa, tanto en lo político como en lo económico. El asunto de nuestro diálogo con los radicales, evidentemente, los saca de quicio. No lo aguantan, sencillamente”. (...)".

Alejandro Agustín Lanusse.

La presión de La Hora del Pueblo contribuyó a la remoción del presidente de facto general Roberto Marcelo Levingston, y el arribo del general Alejandro Agustín Lanusse.

La Hora del Pueblo avaló la designación del dirigente radical Arturo Mor Roig como ministro del Interior del gobierno militar, para garantizar un proceso electoral relativamente limpio.

No comenzó mal la gestión de Mor Roig porque derogó la Ley N° 18.975, que prohibía las actividades de los partidos políticos, con la posterior devolución de los bienes a los partidos.

Además, impulsó la creación de la Cámara Nacional Electoral, y la sanción del Código Electoral incluyendo la convocatoria a elecciones generales para el 11/03/1973.

El problema fue que, si bien el Gran Acuerdo Nacional estaba basado en el proyecto La Hora del Pueblo, apostó por intentar retener el control de lo que vendría después. Es cierto que La Hora del Pueblo era intolerable para muchos sectores militares, pero también es verdad que fue lo que se terminó imponiendo con un costo más elevado.

Para los militares, el Gran Acuerdo Nacional significó la posibilidad de encontrar una salida honorable a la Revolución Argentina y organizar la retirada de los militares del poder político.

Así se caricaturizaba en el manifiesto “Ver, Juzgar y Actuar” el ambíguo “Gran Acuerdo Nacional” de Alejandro Agustín Lanusse.El entrerriano Santiago Zorrilla afirma:

"(...) El GAN (Gran Acuerdo Nacional) era un conjunto de eslóganes grandilocuentes que en el fondo buscaba acomodar la interna de los militares y disciplinar a Perón, condicionando su vuelta a un frente antiperonista que se presuponía era mayoritario al apoyo que obtenía el peronismo en las urnas. De hecho, incluyó por primera vez el balotage al estilo francés: si un candidato no sacaba el 50% de los votos, iba a un balotage con el segundo. (...)".

Algunos sectores políticos no cuestionaron el GAN porque consideraron que era un avance hacia la normalidad constitucional.

Pero otros sospecharon que el GAN tenía como objetivo mantener o el control o la auditoría militar sobre el siguiente gobierno civil.

Fue curioso pero los enemigos del GAN fueron los militares "nacionalistas" (ex "colorados", los más 'gorilas'), los justicialistas que respondían a Juan Perón, y liberales tradicionales.

El general Roberto Marcelo Levingston, quien fue brevemente Presidente de facto, entre Juan Carlos Onganía y Alejandro Agustín Lanusse, acusó a éste de "contrarrevolucionario".

En 07/12/1972 varios partidos acordaron el documento 'Coincidencias Programáticas del Plenario de Organizaciones Sociales y Partidos Políticos', que a su vez sería el sostén político del Pacto Social.

De todos modos, aún sin GAN, el proceso político-electoral prosperó. 

Cuando en enero de 1973, era un triunfo seguro del peronismo en las elecciones ya convocadas, Lanusse consultó a Mor Roig si le estaban haciendo “mal al país” concretando los comicios y el ministro le respondió: “Sí, pero le haríamos algo peor si las parásemos”.

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