DOCUMENTO CRÍTICO

Exclusivo: Unir Gendarmería y el Ejército con "el salario" contra la inseguridad

El personal del Ejército "ingresó para ser soldado y se formó como tal", sostiene el documento que circula de manera interna en el Ejército, tras conocerse la propuesta del Ministerio de Patricia Bullrich de traspasar suboficiales de esa fuerza a Gendarmería nacional para combatir la inseguridad sin liberar las fronteras. "¿Cambiarán esa identidad, esa vocación por un salario? ¿Aceptarán el estilo de vida del gendarme, los cambios de destino, la hostilidad de la geografía?", las preguntas están dirigidas tanto a los suboficiales del Ejército como a los gendarmes que serían responsables de este proceso, si finalmente se adopta la resistida (por ambas fuerzas) decisión política.

Una fuerte polémica se desató luego de que el Gobierno evaluara la posibilidad de traspasar suboficiales del Ejército a Gendarmería, para sumar más efectivos a los operativos de seguridad en los grandes centros urbanos dado los altos índices de delitos, y no retirar los gendarmes de las fronteras, en las cuales se incauta el 90% de la droga que ingresa al país. 
 
La propuesta, surgida del Ministerio de Seguridad, y aún no decidido si sería voluntaria u obigatoria, encontraría resistencia en las Fueras Armadas "por una cuestión de tradición". Pero allí, el Gobierno apunta a revertirlas con el incentivo económico, ya que el traspaso implicaría un mejor salario. Un jefe de Gendarmería gana actualmente cerca de $120.000, mientras el salario del escalafón más alto del Ejército está en la mitad: unos $60.000.
 
Pero también encendió la alarma entre gendarmes ya que los efectivos militares que pasen a Gendarmería recibirían una capacitación mucho más corta aunque "específica".
 
En efecto, en el Ejército circula de manera interna, un documento que analiza el dilema luego de detallar los proceso formativos de los gendarmes: Plantea que queda la "duda" sobre la posibilidad de que en 3 meses de curso se puede poner en operaciones al personal formado en el Ejército.
 
La crítica es precisa: "Sin desmerecer la formación de un suboficial del Ejército, formado principalmente para operaciones de combate, NO PODRÍA CUBRIR LOS CARGOS DE SUBOFICIALES DE GN, con un curso de 3 meses, por lo tanto el reconocimiento de su jerarquía será relativa, solo salarial. Y al tener este sentido, no habría vocación, atributo para ser gendarme".
 
Afirma también que "la evaluación debería ser individual y no sobre trayectos formativos cursados o meras menciones de legajo personal. Es decir gendarmería deberá conocer lo que realmente sabe y puede hacer cada hombre que se recibe, como en la actualidad, se conocen las habilidades, conocimientos y actitudes de los gendarmes.
 
El curso de formación para este personal que deberá ser intensivo, considerando prioritariamente trayectos de derechos, procedimientos policiales, defensa personal (contención, neutralización, esposamiento, traslados), normativas del tiro policial, técnicas de patrullaje, etc. Además deberá ambientarse esta formación mediante trayectos profesionalizantes en unidades de gendarmería, e integrarse como subordinados al personal antiguo de la fuerza que facilite su plena inserción.
 
Y debe ser un curso de formación y no reentrenamiento. Esta última modalidad se utiliza para fortalecer o reforzar competencias ya adquiridas. Este personal transferido deberá aprender a ser gendarme, es decir adquirir una nueva identidad mediante un proceso de moldeado. 
 
También debería considerarse niveles de formación o incluir etapas de capacitación, así considerar las diferencias de las jerarquías de los cuadros del ejército, agrupándolas en dos por lo menos: suboficiales subalternos y suboficiales superiores. En GN tienen distintos cargos y funciones en coherencia a estas jerarquías".
 
En el documento se sostiene que todas estas etapas "son imprescindibles" para "incrementar la eficiencia en las operaciones de la fuerza de seguridad, al incorporar MAS PERSONAL (ahora los transferidos). De lo contrario, el incremento solo será solo numérico pero no cualitativo".
 
De todas maneras, finaliza plantando más dudas que certezas:
 
"El personal del ejército ingresó para ser soldado y se formó como tal, adquirió la identidad de la fuerza ejército y ahora será transferido a otra institución. Creo que habría que considerar este aspecto, el ser humano, su interés, su vocación. ¿cambiarán esa identidad, esa vocación por un salario? ¿Aceptarán el estilo de vida del gendarme, los cambios de destino, la hostilidad de la geografía?
 
Esas respuestas la tienen los propios suboficiales del ejército y la tendrán los gendarmes responsables de este complejo proceso que enfrentarán, si se adopta la decisión política sobre el destino de estos hombres".

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