MANUAL PARA PADRES

5 errores a la hora de aplicar castigos en los chicos

En el tema de hacer de nuestros hijos hombres y mujeres disciplinados y personas de bien, hay mucha tela que cortar. Por lo general hablar de “castigos” suele crear preocupaciones ya que no existen estándares de cómo llevarlos a cabo; es más ¿a qué padre en realidad le gusta castigar a sus hijos? Si sabemos con son los seres que más amamos en este mundo; es allí donde se siente el gran peso de la responsabilidad de este trabajo sin remuneración. Sin embargo, la disciplina es necesaria para criar, más allá de un tema de portarse bien y mal, es necesaria para que niños y jóvenes desarrollen talentos y aprendan capacidades productivas. ¿Pero estamos haciendo esta labor bien? Echa un vistazo a estos 5 errores comunes cuando debemos de poner "mano dura".

La verdad es que no existen reglas sobre cómo disciplinar a los niños, y estas tampoco vienen con un manual de uso. Cuando nos convertimos en padres todo se fundamenta en la teoría del ensayo y el error, hasta que damos con una técnica que nos va bien.

En el tema de hacer de nuestros hijos hombres y mujeres disciplinados y personas de bien, hay mucha tela que cortar. Por lo general hablar de “castigos” suele crear preocupaciones ya que no existen estándares de cómo llevarlos a cabo; es más ¿a qué padre en realidad le gusta castigar a sus hijos? Si sabemos con son los seres que más amamos en este mundo; es allí donde se siente el gran peso de la responsabilidad de este trabajo sin remuneración.

No obstante, todos los padres del mundo te dirán, y me incluyo, que la disciplina es necesaria al criar. Y más que por un tema de portarse bien o mal, tanto niños como jóvenes necesitan de ella para desarrollar sus talentos y aprender capacidades productivas; justamente es la familia quien le enseña a los niños a socializar.

De hecho, los padres son ese punto de unión entre el sujeto y la sociedad. Este entorno le permite sentar las bases de su personalidad y absorber los elementos básicos de la cultura.

Lo interesante de esto último, es que el desarrollo social de los chicos y jóvenes va de la mano con la formación de la conducta. Esto implica que, en algunas ocasiones, los niños tengan que ajustarse a las normas y valores morales necesarios para vivir dentro de la familia y la comunidad de manera armónica.

En este punto es en el que algunos padres hacen uso de medidas disciplinarias como los castigos.

Qué es el castigo parental

Es considerado como un grupo de medidas disciplinarias. Estas estrategias persiguen la corrección o amonestación para regular el comportamiento;en este caso, de padres a hijos. Asimismo, los castigos también pueden ayudar en el control e intervención de las conductas negativas.

Pero como cualquier humano, a veces incurrimos en ciertos errores cuando aplicamos la disciplina; ojo, y esto es muy normal, somos sus padres, pero también tenemos nuestros límites.

Antes de señalar  algunos errores a la hora de castigar a los niños, es necesario subrayar que los castigos deben tomarse como medios educativos.

Qué es el castigo educativo y cómo aplicarlo

En otras palabras, las medidas disciplinarias tienen que promover el desarrollo personal. Esto se puede lograr a través del aprendizaje de las conductas negativas para así evitarlas.

Lo anterior no quiere decir que la meta de los padres sea imponer en sus hijos el sentido de la obediencia a través de recompensas o castigos; o sea, de manera pragmática.

Más bien, el objetivo de la disciplina es que los hijos puedan interiorizar los valores morales y sociales; preferentemente sin la necesidad de la presión que supone merecer un castigo.

Por otra parte, es importante aclarar que los buenos castigos no dañan emocional, física, intelectual o socialmente a las hijas o hijos.

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Errores comunes al castigar a los niños

Al contrario, tal como indica el Dr. Antonio Rodríguez Pérez en su artículo “ Principales modelos de socialización familiar, la meta de la disciplina es estimular “la independencia y la individualidad del niño”, valorar la comunicación abierta y reconocer “los derechos de unos y otros”.

  • 1 No respetar ni establecer límites y reglas: Lo primero que debes hacer es hablar con tus hijos sobre las normas y valores, tanto sociales como morales, destacando la importancia desde un punto de vista práctico.

En este sentido, la idea es que los niños conozcan el comportamiento específico que esperas dependiendo la ocasión, para no ser castigados por desconocimiento.

  • 2 Imponer castigos instantáneos:  Recuerdas cuando tu mamá decía la célebre frase: “Te lo digo por última vez, quédate quieto”. Bueno eso mismo debes hacer, es necesario dar advertencias para enseñar autocontrol al pequeño.

De este modo les permitiremos desarrollar su razonamiento. También aprenderán a ser conscientes de sus acciones y de las repercusiones que conlleva faltar a las normas.

Aplicar castigos en el momento no es un acto amoroso y tampoco promueve la interiorización de los valores sociales y morales.

  • 3 No cumplir los castigos o aplicarlos a deshoras:  No hay nada peor que decirle que está castigado y no cumplirlo, o que lo cumpla cuando este esté ya caduco y ni recordemos qué pasó.

Y esto es muy común, pasa muy seguido y es uno de los errores más comunes en esta labor. Ya que hay padres que utilizan los castigos como amenaza para que los hijos se tranquilicen; dejan pasar el tiempo y simplemente no cumplen con su palabra.

Cuando esto ocurre, no trae ningún tipo de beneficio debido a que los chicos no tomarán en serio la autoridad de los padres en las siguientes ocasiones o sentirán cierta incertidumbre con respecto a sus acciones.

Cómo poner límites y normas a los niños

  • 4 Castigos inadecuados o desproporcionados:  El castigo debe ser coherente y estar relacionado con la norma o límite establecido que el niño ha pasado por alto. Por ejemplo, si el conflicto fue generado por el balón de fútbol, el castigo debe estar relacionado con el uso de este. Es otras palabras, el castigo debe ajustarse a la falta.

Por otra parte, se debe poner atención en que el castigo sea lo más justo posible. Este tiene que ir en función del nivel de gravedad de la transgresión. Y sí, debemos actuar como un árbitro, de no ser así, el niño se frustrará y ustedes se sentirán culpables.

  • 5 Perder los estribos y recurrir al castigo corporal: En algunos entornos, este tipo de castigo se continúa ejerciendo debido a su supuesta efectividad. Sin embargo, se ha encontrado que el castigo corporal modifica las conductas del niño.

El castigo físico incrementa los comportamientos antisociales o disruptivos así como el uso de la disciplina agresiva; lo que a su vez, les afectará más adelante, en su juventud y adultez.

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