RECLAMO DE LAS PYMES

Gran preocupación: Miles de empresas y comercios no soportan estas tasas de interés

No puede funcionar una economia con tasas de interés tanto nominales como reales vigentes en la Argentina 2018. Y la continuidad de estas tasas obliga a concluir que la crisis cambiaria no fue superada y que la estanflación se consolida. En ese contexto, el universo pyme cruje, y es el disparador del siguiente contenido:

La crítica situación que atraviesan las pymes es multicausal: nivel de actividad, carga impositiva, tasas de interés, cadena de pagos, acceso al crédito, economía informal, costos logísticos, entre muchos otros.

Las pymes venimos atravesando al menos 5 años de caídas, con algunos breves periodos de subas, tanto en los sectores de comercio como de industria.

En los primeros 6 meses del año, las ventas del comercio pyme cayeron 2,8% a moneda constante, frente a igual periodo del año anterior; también la industria pyme cortó una racha de 10 meses de crecimiento y empezó a caer en mayo.

Esto marca lo difícil del contexto que vivimos las pymes, con sectores que enfrentan un largo período complicado, principalmente, los vinculados a la industria textil, calzado, marroquinería, mientras otros, con mejor situación, vinculados al desarrollo de software, construcción, y ciertos sectores metalmecánicos ligados al complejo de la agroindustria.

La carga impositiva que recae sobre el sector privado se incrementó desde un 16% del PBI en el 2002 a casi un 33% en la actualidad, mientras que la carga impositiva a nivel nacional bajó en los últimos años, la carga provincial y municipal subió, incrementando la carga impositiva total.

La crisis cambiaria pega de lleno en las pymes que sufrimos un incremento exorbitante de las tasas de interés, que saltaron de un promedio de 20% anual a fines del 2017 (recordemos que en diciembre del 2017 finalizan los créditos de inversión productiva al 17% de interés anual y los programas de subsidio de tasa de la secretaria PYME) a un piso de un 50 % anual en la actualidad.

Los recientes anuncios de créditos pymes al 29% anual por parte del Banco Nación son una ayuda de cortísimo plazo ante la retracción de créditos bancarios y el alargamiento de la cadena de pagos tanto del sector privado como del sector público. Esta medida, evidentemente no sirve más que para una breve coyuntura, dado que las pymes no tenemos márgenes de rentabilidad tan altos que permitan absorber este nivel de tasas de interés.

La devaluación genera, en lo inmediato, una mejora de la situación de las economías regionales, del comercio de frontera, del turismo receptivo y de ciertas industrias afectadas por la importación, pero la clave está en qué porcentual de esta devaluación se traslada a precios y con qué rapidez esto sucede.

El gobierno dispone de una nueva herramienta que es la Ley de Defensa de la Competencia, que podría brindarle los mecanismos para sancionar de manera efectiva prácticas monopólicas u oligopólicas que aumenten los precios de manera arbitraria e injustificadas.

El meollo radica en si logra el gobierno domar la inflación reduciendo el déficit y frenando la suba de tasas de interés al demandar menos fondos del mercado local, se podría aliviar de manera importante la presión que recibimos las pymes, vía aumento de precios, tasas de interés y carga impositiva.

Desde CAME, nuestro equipo de economistas habían pronosticado inicialmente un crecimiento de la economía que, a principio de año, estimaban en el 3% del PBI y ahora, luego de los vaivenes financieros, está pronosticado en el 1% del PBI, acompañado de un aumento de la inflación.

Para salir adelante es necesario formalizar el 40% de la economía informal, logrando que los trabajadores tengan los beneficios de un empleo formal, evitando una competencia desleal al comercio y la industria formal. Esta formalización se logrará no solo con simplificar los trámites sino también con una rebaja impositiva que desaliente la informalidad.

Coincidimos en la necesidad de sumar al consumo interno el motor de la exportación, pero sólo 8.000 pymes son exportadoras lo cual representa el 1% del total de pymes del país. A fin de lograr mayores exportaciones se requiere mucho más que un tipo de cambio competitivo, y simplificación de ciertos tramites, hacen falta

> reintegrar los saldos impositivos a favor de los exportadores,

> facilitar el acceso al crédito a las pymes exportadoras y

> reducción de los costos logísticos y aduaneros.

Tal vez, legislar sobre la figura del Trader -como existe en el sudeste asiático, empresas dedicadas a la comercialización internacional que se encargan de todo lo inherente en esta materia de manera tal de dejar a la pyme enfocada a diseñar y producir-.

Las crisis nos interpelan al cambio y a replantear estrategias, tal vez esta crisis cambiaria y bursátil está poniendo en primera plana que las pymes somos el real motor de la economía, representando el 70% de los empleos del sector privado, y la urgente necesidad de que esta economía real donde se desenvuelven las pymes no se caiga.

Necesitamos que exista una política de Estado a la que adhieran las principales fuerzas políticas, que más allá de los gobiernos de turno reconozcan la importancia de las pymes y les brinden las herramientas necesarias para poder lograr una competitividad sustentable en el tiempo.

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