2. Millones de tulipanes para llevar
En la localidad holandesa de Lisse, a unos 40 kilómetros de Ámsterdam, se encuentra el parque de Keukenhof; lugar que vive sus días más espectaculares en el mes de abril, momento primaveral en el que se pueden oler y admirar más de 7 millones de tulipanes, narcisos y otros bulbos. Escenario perfecto para llevar a casa un buen par de fotografías.
3. Baños de travertino en Croacia
El parque nacional de Krka, en Croacia, se extiende por la cuenca del río Krka hasta su desembocadura en la ciudad de Sibenik, en la costa dálmata, en una sucesión de espectaculares cascadas y pozas sobre un suave lecho de travertino. El paraje, conocido como Skradinski Buk, recuerda al de los famosos lagos de Plitvice, aunque es menos conocido y aquí se permite el baño.
4. Sobre manos gigantes
El “puente de oro” de Cau vang emerge, suspendido sobre dos manos gigantes, como un enorme lazo de seda dorada entre los bosques de bambú de Ba Na Hills, una estación balneario construida en 1919, durante la etapa colonial francesa, en las montañas cerca de Da Nang. La pasarela de unos 150 metros contraída en madera y flanqueada por relucientes barandillas doradas fue inaugurada el pasado junio y ya se ha convertido en uno de los lugares más fotografiados del país asiático.
5. Grutas azules, playas blancas
Zante —en griego, Zákynthos, por el nombre del hijo de Dárdano, hermano del mítico rey de Arcadia, a quien asesinó para usurpar el trono— es la tercera isla jónica en tamaño, mucho más tranquila que la vecina Corfú y conocida sobre todo por la playa de Navagio o del Naufragio (en la foto), en la bahía de los Contrabandistas, solo accesible en barco. Una media luna de arena tan blanca como la tiza donde yace la osamenta de un barco varado, entre un anfiteatro de paredes de creta y un mar de intenso color turquesa.
6. Guardianes de Escocia
The Kelpies es obra artística de Andy Scott, dos esculturas equinas de 30 metro de altura y 300 tonelada de peso, bañadas con 928 láminas de acero inoxidable, custodian en Falkirk la entrada al canal Forth y Clyde, que atraviesa, a lo largo de 56 kilómetros, las Tierras Bajas escocesas. Se trata de un homenaje al robusto caballo de tiro escocés, elemento esencial en el progreso económico y la modernización de esta región británica durante el siglo pasado, como principal medio de locomoción para las barcazas que surcaban la vía fluvial.
7. Los novicios de Mandalay
Mandalay es el principal centro cultural y religioso de Myanmar, un país donde los templos se cuentan por miles y la población monástica supera el medio millón. Los niños suelen iniciarse como novicios con seis o siete años en la ceremonia shinpyu, que se celebra con la luna llena de abril o mayo.
8. Una oruga ficsia en Brujas
Por los canales de la ciudad belga de Brujas se reparten 15 instalaciones efímeras de artistas internacionales, como el Pabellón Selgascano (en la foto), de José Selgas y Lucía Cano, como parte de la celebración del Treinal de Arte Contemporáneo, que en la edición de 2018 tiene como lema Ciudad líquida y el agua como protagonista.
9. Las paredes de Namibia
Las areniscas rojas del valle de Twyfelfontein, en la región de Kunene, al noroeste de Namibia, albergan una de las mayores concentraciones de petroglifos de África. Descubierto en 1921 por el topógrafo alemán Reinhard Maack, el lugar fue reconocido en 2007 como patrimonio mundial y se compone de 15 localizaciones con más de 2.500 grabados de animales y figuras esquemáticas que sirvieron para ritos chamánicos. El conjunto documenta las prácticas rituales de las poblaciones de cazadores-recolectores en esta región del África Meridional desde hace más de 5.000 años.
10. Setas coloradas en Washington
Lo que comenzó en 1986 como una fiesta del solsticio de verano se ha convertido en todo un fenómeno artístico y cultural en Estados Unidos. Cada verano, durante una semana, en el desierto estadounidense de Nevada aparece como un espejismo Black Rock City, una ciudad efímera con 75.000 residentes alrededor de una enorme figura de madera que se quema la noche del sábado poniendo fin a siete días de arte, música y fiesta: el Burning Man (hombre en llamas en inglés), un inclasificable festival (este año, del 26 de agosto al 3 de septiembre) en el que se mezclan vehículos mutantes, neojipis y enormes esculturas hechas para la cita.