EL MUNDO NOS MIRA

Más allá de la guerra comercial, todo depende de Macri y Erdogan

El déficit en cuenta corriente y la inflación sin control son los denominadores comunes entre la Argentina y Turquía que los mercados están mirando. Sin embargo, un Estado decidió recurrir al Fondo Monetario Internacional porque no puede pilotar la nave en medio de la "tormenta", mientras el otro tampoco puede pero concentra todo el poder y polariza con un enemigo externo.

Argentina, luego de la disparada fenomenal de la lira turca, comenzó a estar en boca de todo periodista en el mundo que analiza los mercados y la situación internacional. Es que la tasa de interés al 45% significó "una señal de alarma" sobre lo que sucede en los países emergentes.

Pero también, el Banco Central de Turquía anunció una batería de medidas ayer que hoy lograron calmar a los mercados, aunque en medio de la corrida cambiaria la lira siguió perdiendo valor hasta alcanzar 7=1.

Fue entonces cuando Recep Tayiip Erdogan salió contra quienes aconsejan recurrir al Fondo Monetario Internacional para salir de tal crisis económica. "Cambiar a una moneda extranjera significaría ceder ante el enemigo", disparó el presidente turco en medio de la desesperación por la caída libre durante dos días, por lo que llamó al boicot contra iPhone. Está claro que a Erdogan le resulta más rentable polarizar con el enemigo externo -llámese Donald Trump- antes que arreglar sus cuentas.

Así como Turquía culpa a Estados Unidos por los males que lo aquejan, Argentina culpa a Turquía. Es cierto que el frente externo está viento en contra pero en realidad el problema es la vulnerabilidad de ambos países para que un resfrío en el mundo se convierta en una gripe, destruyendo considerablemente las inversiones y sus monedas nacionales.

Tal como recopiló Expansión, los analistas destacan que el desarrollo económico futuro de ambos países va a depender del enfoque de política económica que enarbolen sus dos presidentes, Macri y Erdogan.

"Mientras el dólar siga apreciándose, la capacidad de los hogares y empresas turcos endeudados en dólares para repagar sus deudas seguirá deteriorándose y el mensaje de la Reserva Federal no se está ablandando", señala Pablo Fernández de Mosteyrín, de Renta 4. Los analistas ven posible que el Gobierno turco se vea obligado a tomar medidas drásticas si continúa la caída de la lira y siguen saliendo fondos del país. Estas medidas van desde el control de capitales a un rescate del FMI como el realizado por Argentina. No obstante, fuentes europeas señalan que es previsible que Erdogan se resista a solicitar ayuda al fondo, ya que supondría caer bajo el control de EEUU. Otras opciones pasan por pedir ayuda a algún país asiático, entre los que se citan China o Qatar, aunque parece poco viable. La continuidad en el tiempo de las incertidumbres sobre Turquía afectarían también a la banca presente en el país, necesitando, en última instancia, un programa de recapitalización si aumenta la morosidad crediticia, continuó analizando el medio español.

Otros analistas ponen el foco en China. "Lo relevante es saber qué sucederá en este contexto con la economía china, más allá de la guerra de aranceles, teniendo en cuenta que la Bolsa china ha caído en lo que va de año un 20% y ha sufrido una depreciación del yuan", apuntó Jorge Nuño, de Fidentiis, gestora de activos independiente con domicilio en España.

En cambio, para los expertos de Ebury, una plataforma de intercambio de divisas, la clave sobre la potencial propagación de la crisis será si el mercado considera que es una situación específica de Turquía, provocada por su vulnerabilidad, “o si los inversores usan esta situación como excusa para retirarse de los mercados emergentes”.

La comparación resulta interesante: en lo que va de año, el peso argentino perdió un 36% de su valor frente al dólar, el rublo casi un 15%, el real de Brasil un 14% y el rand sudafricano un 12%. Y donde empiezan a sentirse los efectos de la crisis es en la salida de inversores que compraron deuda pública de países emergentes. Ya vemos el caso de las Lebacs que serán eliminadas a diciembre de 2018 porque no tiene sentido dilatar una salida que en definitiva ocurrirá de todos modos, teniendo además que incendiar dólares del FMI para contener el mercado de cambio.

De acuerdo con los datos que maneja el banco Bank of America Merril Lynch, los fondos que invierten en bonos emergentes llevan ya cuatro semanas registrando salidas de dinero, frente al prometedor inicio de año.

Si Argentina no acelera el vuelco de sus cuenta fiscal y corriente, los inversores seguirán huyendo por temor a cimbronazos aún más escalofriantes.

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