DEMASIADOS INTERROGANTES, POCAS CERTEZAS

Cuenta regresiva para conocer cómo Brasil 2018 influirá en Argentina 2019

Luego del triunfo de Andrés Manuel López Obrador en México, el panperonismo sigue con atención el desenlace electoral en Brasil. Pero, luego del triunfo de Sebastián Piñera en Chile e Iván Duque en Colombia, en el PRO también se sigue con interés lo que suceda en el gran socio en el Mercosur. Esto es mencionado en la siguiente columna:

Estamos en medio de una tormenta económica y política. Todo se mueve y la sociedad desarrolla su vida cotidiana con la incertidumbre de un futuro incierto.

Entre los 'cuadernos de Centeno', empresarios que se autoincriminan, ex funcionarios que se 'quiebran', allanamientos a la exPresidenta, un dólar que no parece tener techo, la
palabra 'default' puesta en boca de economistas y la recesión y la inflación que acechan los bolsillos, preguntarnos hoy sobre escenarios electorales futuros parece un ejercicio de imaginación.

Sólo pueden surgir preguntas más que certezas. Si en noviembre de 2017 se daba pòr hecha la reelección del Presidente dos meses después que el gobierno en marzo anunciara que lo peor había pasado, luego se nos anotició que era impresindible recurrir al FMI. Y tres meses después del acuerdo, el Jefe de Gabinete y el ministro de Economia dicen que están trabajando para evitar una crisis. No podemos más que preguntarnos si los próximos anuncios serán para buenas o malas noticias.

Por ahora se anuncia que el Presidente viajaría a explicarles a inversores que nuestro país no 'defaulterá', esperando que le crean. Surge la pregunta inmediata: Y si no le creen y continúan vendiendo bonos, ¿qué pasara en 2019/2020 con la deuda, con la
economía, con el bolsillo de los ciudadanos? ¿Nos salvará una cosecha? ¿Se volverá a crecer? ¿El salario recompondrá su valor adquisitivo? Mucha pregunta y poca respuesta.

Y por el lado de la oposición, ¿Cristina es Lula? (tal como ella intentó significar en su discurso en el Senado). Porque Lula preso cada día va incorprorando adhesión por encima de su núcleo duro pero ¿será el caso de la exPresidenta? ¿O, en realidad, ella quedará reducida a sus fieles de siempre? En este caso hay que recordar que sus delegados perdieron en 2013 y 2015 y ella, en persona, en 2017.

Y podríamos pensar una hipótesis no descabellada en relación a que el objetivo N°1 de sus propios votantes será evitar la reelección de Macri o de quien represente a Cambiemos. ¿O estos votantes
insistirán con Cristina aunque teman que pierda?

¿Podrán dirigentes opositores No K presentarle a la sociedad una propuesta de futuro que muestre que hay otro camino distinto al país del ajuste y al de los cuadernos? ¿Se pondrán de acuerdo?
¿Podrán mostranos que es posible diseñar un país en donde
haya lugar para todos y no solo para un sector social o político, en el que haya democracia e instituciones fuertes pero también justicia social?

¿Y serán capaces de pensar, sin sectarismos y sin egoísmos, sobre candidaturas?

Nos animamos a pensar que es difícil que antes de comienzos del año próximo se pueda pensar en términos de posicionamientos electorales.

En 2015, la ciudadanía buscaba un Presidente con capacidades ejecutivas. Alguien con conocimientos para terminar con la inflación, la pobreza, la inseguridad, la corrupción. Y Macri prometio bajar la inflcion y la pobreza. También prometió unir a los argentinos. Nada de eso ocurrió.

En 2019, ¿cuál es el perfil del Presidente deseado? ¿Un ejecutivo capaz de cumplir las promesas incumplidas? ¿Un ético hacedor? ¿Un pacificador con experiencia? ¿Un outsider del sistema político?

¿Y qué pasará en Brasil? ¿Cuáles son las consecuencias de que gane Jair Bolsonaro o Geraldo Alckmin, o que lo haga el centro izquierda, llámese Luiz Inácio Lula da Silva o Fernando Hadad o Ciro Gomes? Recordemos que Andrés Manuel López Obrador es el Presidente electo de Mexico, y que si en el gigante de América del
Sur también ganara el centro izquierda, ese 'clima' puede contagiar a nuestro país. Para tener esto claro faltan apenas 2 meses.

Por eso decimos que para pensar en futuros escenarios electorales hay muchos interrogantes y pocas certezas.

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