EL HORIZONTE QUE DIBUJAN LAS PALABRAS

"Cambiemos prioriza evitar dispersión electoral, más allá de Macri"

Gustavo Córdoba afirma: "El gobierno se muestra preocupado por evitar su dispersión y lograr contenerla en un momento crítico". Y eso va más allá de Mauricio Macri, incluyendo a María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, posibles sucesores. Y al respecto refuerza Córdoba: "El cambio discursivo visto en los últimos días es un gran globo de prueba para este objetivo. Tuvo un único destinatario: su propia base electoral." Aquí el análisis completo:

Los que trabajamos investigando la comunicación política y sus efectos en la opinión pública, sabemos que la realidad no siempre es un fenómeno objetivo que puede ser contemplado de la misma forma por todo el mundo. A menudo, la realidad es moldeada por nuestras propias ideas y preconcepciones; vemos lo que queremos ver.

Las palabras y el uso del lenguaje tienen un papel trascendental en este proceso: son los filtros que nos permiten ver la realidad de las formas que más se acomoden a nuestros pensamientos, y también la principal herramienta que tienen los políticos para transmitir sus ideas y visiones del mundo.

Piensen en las palabras que Cambiemos usaba hasta hace tan solo unos meses. El “sí se puede” seguía siendo un leitmotiv potente, que sintetizaba aspiraciones y una visión optimista del país. Pero ese lenguaje empezó a perder su potencia cuando la crisis entró en escena, y el motor comunicacional de Cambiemos se vio forzado a aprender una de sus lecciones más grandes hasta la fecha: no se puede hablar de futuro a una sociedad que no puede resolver su presente.

Es así que el lenguaje optimista y lleno de aspiraciones fue reemplazado por un realismo crudo que se esfuerza por explicar un presente complejo. Los tres mitos fundacionales de Cambiemos (pobreza cero, acabar con el narcotráfico y unir a los argentinos) fueron reemplazados por nuevos ejes conceptuales mucho más complejos: equilibrio de las cuentas públicas y construir un estado sin corrupción.

Aparecieron en el vocabulario oficial palabras como “tormentas”, “crisis”, “pasaron cosas” y muchas otras expresiones que intentan delinear un marco conceptual que contenga la creciente decepción de la ciudadanía, y hasta logre revertir la creciente imagen negativa del Presidente y su gobierno.

Pero, a diferencia del marco anterior, que se concentraba en crear expectativas a futuro, este nuevo 'frame' parece tener un objetivo distinto: mostrar al Presidente pensando en su legado, en el día después de su gobierno.

Más allá de que pueda pasar efectivamente con el futuro político de Mauricio Macri, se ve al gobierno concentrado en construir la supervivencia de Cambiemos a mediano plazo, y en tener a mano resortes argumentativos y narrativos que fundamenten esa supervivencia.

No es casual que, de repente, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta se muestran como figuras con un determinado nivel de independencia ante Mauricio Macri. Cambiemos quiere consolidarse como un actor político central en la política argentina, independientemente de cual sea el porvenir del mandato presidencial.

Tienen el volumen político para hacerlo. Dos elecciones nacionales exitosas les han creado un increíble caudal de cargos electivos, figuras emergentes a nivel local y proyección en muchas provincias.

El cambio discursivo visto en los últimos días es un gran globo de prueba para este objetivo. Tuvo un único destinatario: su propia base electoral. El gobierno se muestra preocupado por evitar su dispersión y lograr contenerla en un momento crítico, aun a riesgo de perder potencia en los segmentos que le permitieron ganar las últimas elecciones.

Todos los estudios que circulan muestran que la base más consolidada del gobierno ronda en torno al 20% a 25% de la población, escalable quizás a un 30% con algo de viento a favor. Es la base que les permitió llegar al ballotage en 2015.

La gran pregunta que circula es si podrán mantener fidelizado ese segmento con una economía que no ayuda. Si el horizonte que dibujan las palabras será suficiente para contener las expectativas que se agotan y el creciente descontento.

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