DEFRAUDACIÓN

Confirman el procesamiento de Gils Carbó por la compra del edificio de la Procuración

La Cámara Federal confirmó este jueves (27/09) el procesamiento de Alejandra Gils Carbó por la compra de un edificio de la Procuración General de la Nación, que ella dirigía. Si bien determinó que no hubo perjuicio patrimonial para el Estado, estableció que hubo direccionamiento de la licitación.

La Cámara Federal confirmó este jueves (27/09) el procesamiento de Alejandra Gils Carbó por la compra de un edificio de la Procuración General de la Nación que ella dirigía.

Según el fallo de los camaristas Leopoldo Bruglia y Mariano Llorens, no hubo perjuicio contra el Estado aunque sí direccionamiento de la licitación para beneficiar a un medio hermano del ex subdirector de Administración del organismo.

La firma que vendió el inmueble fue Arfinsa, del Grupo Bemberg, de Adrián González Fischer. Esta compañía a su vez le pagó siete millones de pesos a la inmobiliaria de Bárbara Jaureguiberry, por el asesoramiento en la operación. Esta última, le abonó otro asesoramiento en la licitación al productor de seguros Juan Carlos Thill, por un total de $3.000.000.

Thill es mediohermano de Guillermo Bellingi, exsubdirector de Administración de la Procuración, quien llevó adelante el proceso licitatorio que terminó con la venta del edificio. Los camaristas entienden que existió manejo de información privilegiada y que los $3 millones en comisión terminaron en los bolsillos del exintegrante del organismo.

Según la acusación, la licitación estaba previamente planificada y direccionada hacia la compra de ese edificio y en ese sentido los investigadores evaluaron una serie de contactos entre los acusados interesados en el inmueble.

Cuando realizó su descargo, en agosto de 2017, Gils Carbó aseguró que ella no cobró comisión alguna y que Bellingi "defraudó" su confianza.

Según explicó, "las presuntas irregularidades penales" son de Thill y Bellingi, y que el primero de ellos cobró una "comisión indebida". Incluso, aseguró que las autoridades de la Procuración desconocían de la relación de Belligni, entonces subdirector del organismo que ella conduce, con Thill y de éste con la inmobiliaria Jareguiberry.

A tal punto se despegó de Belligni, que Gils Carbó dijo que no tenía una relación de confianza con él ni formó parte del Gabinete de la Procuradora.

Por otra parte, explicó que la licitación fue revisada por diez áreas técnicas internas del organismo y dos externos: "los responsables de todas las áreas de la Procuración que intervinieron son funcionarios de carrera, que participaron en múltiples licitaciones anteriores", agregó.

 

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