ALEJANDRO BENNAZAR

"El índice UVA es buena opción para actualizar los costos de los alquileres"

Advertencia: "Desvalorizar el rol del inmobiliario, reducir los contratos a un solo modelo y pretender, equívoca y ficticiamente, beneficiar a un solo eslabón de la cadena, parece al menos, desconocer un mercado que pese a las crisis financieras profundas que padecemos, continúa su camino hacia el esperado crecimiento." 3 definiciones importantes: "El tema garantías ameritaba una modernización urgente. El índice UVA es una excelente opción como parámetro para la actualización de los costos de los alquileres. La ley parece desconocer la infinidad de modos contractuales a nivel federal." Y un anuncio: lanzan acceso al crédito hipotecario para quienes buscan comprar en pozo.

Una vez más, el tratamiento de la modificación de Ley de Alquileres nos pone en el foco del debate y nos obliga, dado el rol que cumple la Institución que represento, a dar nuestra opinión y hacerla pública. 

Esta postura que pronunciamos está basada en la experiencia y en el conocimiento profundo de la actividad, asumiendo ser la voz de inmobiliarios, empresas desarrolladoras inmobiliarias y profesionales de todo el país que, mancomunados en nuestra querida Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), consideramos ser partícipes necesarios en una mesa de diálogo con autoridades y representantes parlamentarios para ofrecer aportes genuinos a la construcción de una norma ecuánime para todas las partes.

 

Procuramos desde el inicio de la presentación del proyecto tener una participación activa para dotarla de valor y enriquecerla. Fuimos escuchados parcialmente y esto hace que demos a conocer de forma manifiesta aquellos puntos que encontramos débiles o confusos, o bien, que resulten perjudiciales para quienes desarrollamos la profesión y por supuesto, para nuestros clientes: los inquilinos, los propietarios y los inversores.

 

Primer punto. Sin duda alguna, el tema garantías ameritaba una modernización urgente. Validar formas alternativas como la contratación de seguros, actualiza la modalidad de conseguir avales para llevar adelante un contrato. Un escalón más hacia el modelo que rige en los países más desarrollados.

 

En eso estamos de acuerdo, y de hecho, la CIA ya lanzó su SAS (Sistema de Alquileres Seguros) con el respaldo de una empresa aseguradora de primera línea. Los socios de la Cámara ofrecen un seguro integral a sus clientes que contempla moras, daños y costos judiciales cubriendo todos los aspectos de riesgo, tanto para inquilinos como para propietarios, en los acuerdos de renta. No sucede lo mismo con fondos fiduciarios que, a nuestro entender, no cuentan con el suficiente respaldo para garantizar solvencia en casos de incumplimiento.

 

En este punto, la acreditación de ingresos a través del recibo de sueldo es más que controversial, siendo potencialmente un condicionante que discrimine el acceso al alquiler. Es muy probable que los propietarios no lo acepten como garantía y que esto resulte perjudicial para los sectores de bajos ingresos o de aquellos con empleos informales que no pueden acreditar el 100% de su salario.

 

Segundo punto: los ajustes. Creemos que el índice UVA es una excelente opción como parámetro para la actualización de los costos de los alquileres porque ha demostrado tener buenos resultados aplicado en los créditos hipotecarios. Aunque resulte un indicador efectivo, la volatilidad de nuestra economía requerirá que se instale un “observatorio permanente de consulta”  que haga flexible este dispositivo a mediano plazo.

 

Los contratos son acuerdos privados entre partes y es uno de los roles del profesional inmobiliario confeccionarlo de tal manera que plasme los intereses de cada una de ellas. Por ende, la eliminación del pago de comisiones inmobiliarias por parte del locatario no hizo más perjudicar. Trasladó el costo al alquiler y desvalorizó el servicio que el inmobiliario brinda al inquilino: búsqueda de la propiedad, negociación, elaboración del contrato, cobro, administración, en fin, todos perdieron.

 

Tercer y último punto. La ley parece desconocer la infinidad de modos contractuales a nivel federal. En nuestro país, las modalidades de contrato varían según los destinos, las regiones y los fines. Ignora per se, de manera forzada y tendenciosa, los distintos escenarios aglutinando deliberadamente todo bajo un mismo formato que no es el real.

 

No es todo lo mismo. ¿Qué sucede cuando se trata de alquileres temporarios, vacacionales, de extranjeros, de propietarios jubilados o de bajos recursos vs. grandes inversores? ¿Son iguales aquellos que alquilan con fines netamente de renta a quienes lo hacen como modo de subsistencia o de trabajo? Definitivamente producirá un vacío legal que no se enmienda con el mero “beneficio” de descuento del pago de ganancias a la AFIP. ¿Quiénes pagan Ganancias? ¿Qué sucede con el resto de los actores del mercado?

 

Insistimos, no se trata aquí de enunciar postulados estridentes para obtener mayor visibilidad y protagonismo despotricando con un derrotero de malas noticias. Sería ese un lugar cómodo que se reduciría al pataleo sin mérito alguno y favoreciendo el status quo. 

 

Si consiste en analizar a fondo la modificación a una ley e insistir que se escuche a los partícipes necesarios; que se reconozca que impacta de lleno en un sector económico enorme de nuestro país.  La cultura del “ladrillo” como inversión segura es un gran motor de la economía argentina. Desvalorizar el rol del inmobiliario, reducir los contratos a un solo modelo y pretender, equívoca y ficticiamente, beneficiar a un solo eslabón de la cadena, parece al menos, desconocer un mercado que pese a las crisis financieras profundas que padecemos, continúa su camino hacia el esperado crecimiento.

 

La Cámara Inmobiliaria Argentina, brega porque más conciudadanos accedan a la vivienda. Porque más inversores, locales y extranjeros, encuentren en el desarrollo inmobiliario un negocio rentable y seguro. Porque los profesionales, a quienes representamos, estén más capacitados y se adapten rápidamente a las nuevas formas de trabajo que imponen las TICS (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Que los ahora viejos modelos se abran a nuevos y vertiginosos modos de comercialización y vehiculicen con mayor celeridad el crecimiento del sector.

 

Un ejemplo de esto es el inminente lanzamiento promovido y gestionado por la CIA: el acceso al crédito hipotecario para aquellos que buscan comprar en pozo. En eso estamos trabajando intensamente. Porque sabemos que debemos estar un paso adelante, interpretando las necesidades de nuestros asociados y proponiendo soluciones que se trasladen a hechos concretos. Con la mirada puesta en el futuro y más allá de posiciones ocasionales rimbombantes, continuaremos insistiendo en intervenir en el debate de esta Ley así como en todas las medidas que afecten al sector. 

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