ELECCIONES 2019

¿Qué valor tienen los votos de Cristina?

La Casa Rosada trabaja con esmero, pasión y estoicismo en la candidatura presidencial de Cristina Fernández de Kirchner. Esto ya es inocultable. Es que no hay otra forma de lograr que Mauricio Macri siga en pie para un balotaje. De eso trata esta nota:

Cristina tiene un caudal de votos propios que, en el mejor de los casos, es del 30%, pero tal como lo dijo Alberto Fernández, no son suficientes para ganar.

La cuestión que genera ese 30% es la de discernir hasta qué punto esos votos serían transferibles y, en ese caso, a quién o quiénes.

Muchos en los diferentes peronismos "no K" creen que, esos votos solo tienen valor para Cristina, ella sería la única usufructuaria posible, por lo tanto tendría muy poco sentido negociar con ella, una fórmula de unidad, lo que implicaría su “renunciamiento” que, además, podría ser histórico, o no…

Esta hipótesis significaría algo que mostró la elección en Brasil: los votos son intransferibles o, en el mejor de los casos, solo sería posible trasferir una mínima parte, desde luego insuficiente para ganar una elección.

Por eso el peronismo "no K” se pregunta qué sentido tendría negociar con ella.

Los peronistas memoriosos, que suelen ser los “peronistas históricos”, recordaron el efecto positivo que tuvo la denuncia de Raul Alfonsín en la campaña de 1983, para ganar la elección, sobre la existencia de un presunto “pacto militar-sindical”, cuya existencia nunca se probó. Visto en la perspectiva del tiempo, hoy diríamos que se trató de una muy efectiva “fake news”. Vale la pena recordar que Ignacio Zuleta suele decir que los políticos mienten con sinceridad.

Obviamente un pacto “Cristina-Peronismo” automáticamente seria motivo para suponer y creer sobre un pacto de impunidad, para ella y su familia. Reconozcamos que sería un pacto de difícil o imposible cumplimiento, pero tendría el valor de otra “fake news”, tal como diría Jorge Asis, para el bien.

Con esto quiero decir que, en definitiva, una coalición electoral “Cristina-peronismo” más bien parecería que restaría votos, más que sumarlos.

El dilema de Cristina es que le faltan votos para ganar, sus votos sólo valen para ella, diríamos no tienen compradores, son algo asi como votos estériles para el mercado electoral.

Cristina a su vez se debe estar preguntando si tiene algún sentido participar en la próxima elección como candidata a Presidente.

Es obvio que el único interesado en promover su participación es la frágil coalición meramente electoral llamada “Cambiemos” (para que nada cambie) ya que a esta altura de los acontecimientos seria su única posible carta de triunfo, por aquello de que su frágil amalgama es el espanto que genera el kristinismo en un sector mayoritario de la sociedad, conforme lo muestran las encuestas.

Sin embargo, Macri y Cristina tienen similares porcentajes de adhesión, entre el 20% y 30% y de rechazo alrededor del 60%.

Podría darse la paradoja política de que en la próxima elección compitan candidatos con similar imagen negativa, lo que sería una muestra inconfundible de nuestra orfandad dirigencial.

Pienso que el electorado está a la espera de una alternativa que rompa la perversa dialéctica electoral “Macri-Cristina”, generando una síntesis que a la vez sirva de vehículo o ascensor para salir de la grieta.

Tengamos en cuenta que lo grave no es que estemos de uno u otro lado de la grieta, estamos atrapados sin salida en su sima, cavidad grande y muy profunda, como la define la RAE.

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