¿EMOCIÓN REAL O FICTICIA?

Macri llorando en el Colón: Casi perfecto broche del día 1

Los medios de comunicación acreditados en el Teatro Colón y los tuiteros e instameros simpatizantes del Presidente de la Nación hicieron foco en su emoción al final de la función, para algunos ficticia y para otros muy real. La apuesta por la sensibilidad, en culquier caso, consigue humanizar a Mauricio Macri ante su público, y apunta a provocar empatía más allá de la suma de desaciertos económicos.

En todas las delegaciones diplomáticas extranjeras se había comentado la suspensión del partido de fútbol entre River Plate y Boca Juniors como la demostración de la existencia de un riesgo para la seguridad pública. Por suerte para la Argentina, la voracidad financiera de Conmebol provocó la locura que la Copa Libertadores de América (en honor de José de San Martín, Simón Bolívar, Manuel Belgrano, Bernardo O'Higgins, Antonio José de Sucre, etc.) se defina en el estadio Santiago Bernabeu, en España, contra cuyos ejércitos luchaban los libertadores de América. Esto significa que todas las otras ciudades de los países de la Conmebol quedaron desacreditadas, y mal de muchos... consuelo de tontos.

Pero Mauricio Macri necesitaba dar un golpe de efecto para salir de una incómoda situación ante la opinión pública. Al final de una jornada agotadora pero con el alivio que la manifestación contra el G20 no fue brutal, Macri o hizo catarsis o aprovechó la noche con un gesto teatral. Buscado o casual -aunque la mayoría descree de la espontaneidad-, el Presidente obtuvo avances notables en su objetiv, durante el final de la función de gala del G20 en el Teatro Colón.

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