ENFERMEROS

Vidal zafa del peligroso virus de brutalidad en el PRO porteño

Berretas contumaces, los legisladores porteños, inspirados por la frivolidad interminable de la geriatra Ana María Bou Pérez, circunstancialmente ministra de Salud de Horacio Rodríguez Larreta, y desinformados por el legislador José Luis Acevedo, más interesado en las nimiedades de River Plate que la mala salud pública de la Ciudad, se han tomado decisiones desafortunadas que la ex vicejefa de Gobierno de la Ciudad, hoy día gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, puso en evidencia.

Hasta ahora parecía el que más mentecato de todos era Martín Virgini, director de Mantenimiento de Edificios Municipales de La Plata, o sea funcionario de Julio Garro, cuando desestimó el reclamo de profesionalización de los enfermeros platenses. Sin embargo, la epidemia parece que se extiende, y es peligrosa.

Los intereses del legislador/psicólogo José Luis Acevedo están en evidencia:

Lo que no se encuentra en él -y ya han transcurrido 40 días- es algún fundamento verificable para apoyar la iniciativa del Ejecutivo que reemplaza una ordenanza de 1986 y dispone el nuevo régimen para la relación entre el Gobierno de la Ciudad y los efectores del sistema público sanitario que no incorpora a licenciados en Enfermería y otras carreras como licenciatura en Instrumentación Quirúrgica o en Bio-imágenes.

Semejante discriminación ocurre en una Ciudad que tiene un distrito tecnológico -que tal como recordará Cristian Ritondo fue una iniciativa que le acercó en su momento Urgente24 y el entonces precandidato Mauricio Macri incorporó-. O sea que la Ciudad apuesta por la tecnología como negocio pero no por la tecnología como recurso humano  para la salud.

Es de suponer que ninguno de los legisladores del PRO en la Ciudad ingresará a un hospital ni ninguno de sus familiares ya que, en breve, ellos podrían registrar en su propia experiencia las consecuencias de la pauperización profesional que están promoviendo por voluntad propia.

Cuando en los países centrales la carrera de Enfermería es jerarquizada, en la Argentina de Claudio Belocopitt, Carlos West Ocampo, Héctor Daer y Julio Fraomeni, además de Horacio Rodríguez Larreta, Ana María Bou Pérez y José Luis Acevedo, se apuesta por la desjerarquización.

Abundan los cuestionamientos acerca de la escasa calidad de la salud pública de la opulenta Ciudad, que no ha remontado las miserias hospitalarias de los funestos días de Aníbal Ibarra, pese a que la Ciudad hoy día tiene más recursos financieros (también más deuda y más cargas tributarias).

El problema para la Ciudad hoy ya no es la colisión entre los intereses de Martín Ocampo y Patricia Bullrich que derivó en el entuerno del bochorno de inseguridad en las cercanías del estadio Antonio Vespucio Liberti, y provocó que la final de la Copa Libertadores de América se jugara en el estadio madridista Santiago Bernabeu, sino la observación de quien fue exitosa vicejefa de Gobierno porteña y ha logrado una meritoria Gobernación bonaerense, considerando que gestionar la Provincia es muchísimo más compleja que la sencilla Ciudad Autónoma.

María Eugenia Vidal, en el marco de una visita que realizó al hospital José Penna de la ciudad de Bahía Blanca, respaldó el reclamo de enfermeros para ser considerados profesionales de la salud, en medio de la polémica por la ley que en la Ciudad de Buenos Aires los considera administrativos.

Vidal fue abordada por una enfermera que le manifestó que ellos eran “profesionales de la salud”, ante lo cual Vidal le dejó en claro que ella estaba “de acuerdo”, indicaron a la agencia Noticias Argentinas algunos testigos del diálogo.

También Carlos Cucchetti, jefe de guardia de terapia intensiva de ese centro de salud, señaló que en la visita de Vidal “se habló de la necesidad de colegiación de enfermería para que no sean pasados a personal administrativo y se mantengan como profesionales”.

“Ella les respondió que estaba totalmente de acuerdo y que consideraba que eran profesionales de la salud”, señaló el médico Cuchetti a Radio Universidad.

El tema de la salud pública con Mauricio Macri ya viene mal parido hace tiempo porque el líder de Cambiemos se convirtió en el jefe de Continuemos: prometió pero no modificó la Ley de Salud Mental, que incluye una estupidez equivalente a lo que está haciendo su ex feudo porteño: convierte las comunidades terapeúticas en clínicas psiquiátricas, elimina las funciones de los coordinadores terapéuticos para reemplazarlos por enfermeros que, ahora, gracias al Gobierno porteño, encima será gente de baja calidad.

La ley porteña, sancionada el 01/11 por 36 votos a favor y 19 en contra en la Legislatura porteña, modificó la normativa del sector y sigue desconociendo a los Licenciados en Enfermería, Licenciados en Instrumentación Quirúrgica y los Licenciados en Bio-imágenes como profesionales de la salud, ya que los contempla como personal técnico- administrativo.

Esto puede ocurrir porque Carlos West Ocampo jamás puso una inyección sino que es Licenciado en Antropología Cultural; Belocopitt no sabe tomar la presión sino que es un mesadinerista con ínfulas de empresario de la salud; Pérez Bou sólo es recordada porque luego de la tragedia Time Warp explicó: "En otras sociedades hay ONG’s que controlan la pureza de los comprimidos antes de entrar a este tipo de fiestas" (¡...!); y legisladores como el ex subsecretario de Fortalecimiento Familiar (¿?) Acevedo sólo saben levantar sus brazos para recibir algún reconocimiento del jefe distrital.

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