COMPLICADÍSIMO

Nuevos datos sobre el espionaje del BBVA

Las escuchas que en España, BBVA encargó durante años al excomisario de policía José Manuel Villarejo comprometen a su presidente de honor, Francisco González, quien presumiblemente estuvo al tanto de estos trabajos. El banco reconoció desde noviembre 2018 que recurrió a los servicios del excomisario a través del Grupo Cenyt pero que lo hizo, entre otros motivos, para evitar que en 2004 la constructora Sacyr, con la protección del entonces Gobierno socialista, se quedara con el control accionario del BBVA. Pero ahora el problema escala porque la web ElConfidencial, que inició la difusión de lo ocurrido, cuenta que BBVA creó una célula clandestina para espiar a rivales, incluyendo a asociaciones de consumidores, que se reunía en su propia sede cada semana y a la que asistían 2 directivos en forma regular.

 

Hasta donde se sabe, el banco BBVA habría accedido a más de 15.000 conversaciones telefónicas de altos funcionarios del Gobierno español de José Luis Rodríguez Zapatero, además de políticos, empresarios e incluso periodistas y directivos del propio banco, para armar la estrategia de Francisco González, titular de la entidad bancaria que libraba una batalla con otros accionistas por el control del paquete accionario.

La escuchas telefónicas y otros servicios de seguridad y espionaje contratados al Grupo Cenyt, dicen algunos, revelan estrechas relaciones de poder entre aquel Ejecutivo socialista y el Banco Santander, que por entonces lideraba Emilio Botín, además de impulsar a la constructora Sacyr para que derrocara a González.

El tema sigue escalando al punto que el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha pedido “rapidez” al BBVA en la investigación interna que prometió para esclarecer la relación de la entidad con el excomisario José Manuel Villarejo, en prisión.

BBVA, ahora ya con Carlos Torres Vila al frente del banco, afirmó que hasta el momento no tiene constancia de esos pinchazos, considera que de ser ciertos se trataría de conductas “muy graves” y “deplorables”, y prometió una investigación interna.

Hasta el momento, González, quien eligió a Torres Vila como su sucesor, no ha renunciado a ninguno de sus cargos eméritos en el BBVA, que le permiten tener chófer, despacho privado y acceso al avión privado del banco.

El vicepresidente del BCE tuvo que salir al paso de una pregunta, durante su intervención en una jornada organizada por Deusto Business School y KPMG, cuando fue interrogado acerca de cómo puede afectar a la reputación del sector financiero casos como la supuesta relación entre el expresidente de BBVA y el excomisario José Manuel Villarejo: ¿acaso es un modelo de prácticas más frecuentes de lo que se sospechaba?

Resulta que el propio Luis de Guindos comienza a estar bajo la lupa: él ha sido acusado, en el 'caso Bankia', por Rodrigo Rato de confabular junto a Mariano Rajoy y el mencionado Francisco González para echarle del banco.

En el caso del BBVA hay un documento en poder de la Fiscalía que investiga a Villarejo que probaría que el exjefe de seguridad de BBVA, Julio Corrochano, dice que González le llamaba periódicamente para conocer el estado de la investigación de los enemigos.

Ahora, en El Confidencial, José María Olmo escribió que también se espiaba a la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc).

En abril de 2016, el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, envió a prisión al presidente de Ausbanc, Luis Pineda, junto al líder de Manos Limpias, Miguel Bernad, en el marco de una investigación por fraude, organización criminal y extorsión contra Crédit Services, Caja Madrid-Bankia, Sabadell, Volkswagen, CaixaBank, Banco Santander y BBVA.

Por lo general, en esa etapa, el enviado de Villarejo a las reuniones en el BBVA era su socio Rafael Redondo, aunque él también mantuvo un contacto continuo con Corrochano. El jefe de Seguridad del banco quería asegurarse que Pineda, que había emprendido una cruzada contra González, terminara preso.

En febrero de 2014, su equipo presentó una denuncia anónima en la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal) de la Policía Nacional contra el presidente de Ausbanc en la que se le acusaba de haber montado una trama para apropiarse de las cuotas de los socios y de las subvenciones públicas que recibía. La denuncia sirvió de base para iniciar otras pesquisas que fueron judicializadas en la Audiencia Nacional. Se descubrió que BBVA no era el único banco extorsionado y el juez Santiago Pedraz avaló una operación contra Ausbanc y Manos Limpias por coordinarse para interponer y retirar querellas a cambio de grandes sumas de dinero.

Olmo:

"El BBVA de Francisco González no solo contrató a Villarejo. La entidad llegó a tener a sueldo a varios detectives privados de forma simultánea con los que formó una célula de espionaje clandestina que se encargó durante años de obtener información sobre competidores y contrarrestar otras supuestas amenazas. Aunque el trabajo de este grupo era invisible, se reunía con una periodicidad semanal en las propias instalaciones del banco y su labor estaba directamente supervisada por el que fue su máximo responsable de Seguridad Corporativa durante 16 años, Julio Corrochano, y otro directivo del departamento de Servicios Jurídicos, según han confirmado a El Confidencial fuentes cercanas a las pesquisas de la llamada operación Tándem contra el comisario de la Policía Nacional y sus presuntos colaboradores.

Uno de los principales encargos que asumió esta célula de investigación fue desactivar la falsa asociación de usuarios de banca Ausbanc, que llevaba casi una década extorsionando al banco y al propio Francisco González por negarse a poner publicidad en sus medios de comunicación. Como resultado de esa campaña de chantaje, Ausbanc presentó querellas contra BBVA y trató de reventar sus juntas de accionistas. La firma ordenó a su célula de investigadores que buscara puntos débiles en el 'holding' de asociaciones, bufetes y revistas que controlaba Luis Pineda, presunto cabecilla de la trama, para poder emprender luego acciones penales contra ese entramado. De ahí la presencia en las reuniones de un responsable del departamentos de Servicios Jurídicos.

Aquella primera operación de BBVA contra Ausbanc fue bautizada con el nombre en clave de proyecto Austria y los hallazgos de los detectives quedaron plasmados en un informe de 202 páginas al que ha tenido acceso este diario. El documento diseccionaba las principales vías de financiación de la supuesta agrupación de clientes de banca, las mercantiles que controlaban Pineda y su familia, el estado de sus relaciones con el Partido Popular y el PSOE y la situación en la que se encontraba su litigio con el Registro de Asociaciones de Consumidores, que en 2005 decretó la expulsión de Ausbanc por irregularidades flagrantes en el cobro de patrocinios. El Ejecutivo de Mariano Rajoy, sin embargo, aceptó su reingreso en 2012 y, con ello, permitió a Pineda volver a recibir subvenciones y actuar como acusación popular en cualquier procedimiento, también en los que afectaban a BBVA.

El 'Informe Austria' con las conclusiones de la célula de detectives fue entregado a la entidad en abril de 2013, solo unos meses después de que Ausbanc fuera rehabilitada por el Gobierno del PP. Pero, a pesar de los esfuerzos del banco, su grupo de investigadores a sueldo no logró encontrar ningún resquicio que permitiera llevar la red de Pineda ante los tribunales. Fue entonces cuando BBVA decidió contactar con Villarejo para ofrecerle entrar en el proyecto.

En esa época, BBVA ya tenía motivos para confiar en el comisario. Como reveló El Confidencial en una investigación conjunta con 'Moncloa.com', el banco lo contrató en 2004 para poner en marcha una operación que volara por los aires los planes del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la constructora Sacyr para asaltar el consejo de la entidad y propiciar el relevo de González. Villarejo llegó a facilitar al entonces presidente de BBVA los datos de más de 15.000 llamadas en las que participaron casi 4.000 números de teléfono vinculados con los grupos que estaban conspirando para tomar la entidad; espió al número dos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores en aquella época, Carlos Arenillas, y diseñó una campaña de intoxicación contra el jefe de la Oficina Económica de Moncloa, Miguel Sebastián. Finalmente, Sacyr desistió de asaltar BBVA.

Con esos antecedentes, Villarejo no tuvo ningún reparo en entrar en el proyecto contra Ausbanc y asumir el liderazgo del grupo de investigadores privados. Por supuesto, lo hizo a cambio de pagos millonarios. Las facturas emitidas a BBVA por la agencia del presunto cabecilla de la operación Tándem, Grupo Cenyt, revelan que el banco le abonó al menos 6.109.388,23 euros entre 2012 y 2017, como publicó este diario. Los pagos eran tan elevados que, en junio de 2016, el banco y Villarejo pactaron camuflarlos con facturas mensuales de 60.500 euros a cambio de supuestos informes de riesgo país."

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