TALÓN DE AQUILES CATÓLICO

La mafia gay de eclesiásticos a la orden de Pinochet

En el Vaticano, la Unión internacional de Superioras Generales (UISG) y la Unión de Superiores Generales (USG) difundieron un comunicado titulado “El abuso de niños es un mal en cualquier tiempo y lugar: este punto no es negociable”, horas antes de una reunión cumbre del Papa con los cardenales por la cuestión de los abusos sexuales de clérigos contra laicos. Pero esta cuestión hasta ahora está dejando de lado otro tema muy severo, y probablemente relacionado, que es la homosexualidad extendida entre sacerdotes de la Iglesia Católica Apostólica Romana. A propósito:

 

Angelo Sodano fue el nuncio apostólico en Chile que, en su momento, llegó a ser Nº2 en la jerarquía bajo el papado de Juan Pablo II y Camarlengo durante los últimos días de deterioro del polaco. Además fue amigo del dictador chileno, Augustín Pinochet, y la cabeza de una estructura de secretismo para mantener a salvo la homosexualidad de los religiosos.

Sodano, además, fue de mucha confianza de la Administración Carlos Menem, cuando ya estaba instalado en la ciudad pontificia.

“Sodoma”, el libro del sociólogo y periodista Frédéric Martel, se lanzará al mercado internacional el próximo 21/02, y Urgente24 ya mencionó esta noticia pero vale la pena profundizar en algunas cuestiones del texto.

Sodano, según el autor, de carácter diplomático y taciturno como pocos cardenales, es el protagonista de un capítulo que anticipó la revista chilena “The Clinic”.

La revelación de su estrecha relación con Pinochet y su participación en el círculo político del entonces gobierno cívico-militar chileno fue obtenida por Martel luego de hablar con más de 10 testigos y consultar los archivos disponibles de la Agencia Central de Inteligencia (CIA en inglés). Aunque al principio el entonces nuncio apostólico fue crítico y mantuvo distancia del dictador (eran los tiempos del cardenal Raúl Silva Henríquez, gran defensor de los derechos humanos), luego afianzó lazos con la excusa que era necesario para sus relaciones diplomáticas. Según numerosos testigos le dijeron al periodista, la relación de ambos era de una “amistad estrecha”.

Sodano, en reiteradas ocasiones, actuó a favor del régimen. El nuncio miró para otro lado cuando el gobierno de Pinochet detuvo a varios sacerdotes acusados de subversivos, así como también trató de quitar importancia al sistema de torturas, pese a que era masivo y brutal. En tanto, en el Vaticano, Juan Pablo II abogaba por los Derechos Humanos en Europa Oriental, donde los violaban los pro soviéticos.

Pinochet hasta llegó a agasajar a Sodano con un banquete de honor para celebrar sus 10 años de presencia en Santiago.

Podría afirmarse que Sodano fue en Chile el equivalente del nuncio apostólico Pío Laghi, en la Argentina.

El estilo de vida que llevaba el nuncio era singular tratándose de un nuncio. “Vivía como un príncipe, salía en coche con escolta policial y exigía un asiento preferencial en todos los eventos”, explicó el escritor chileno, Pablo Simonetti a Martel. En verdad, esto es habitual en el caso de los nuncios apostólicos porque acceden a los privilegios propios de los jefes de misiones diplomáticas. Pero Sodano parecía estar al tope del ranking.

Actualmente, con 91 años, Sodano vive recluido y protegido en una torre de marfil en el Vaticano, sin perder el oropel.

El poder y el secretismo de la Iglesia Católica Apostólica Romana en Chile le permitió a Sodano supervisar la visita del Papa, y coordinar en esa ocasión reuniones donde los participantes fueran sacerdotes homosexuales.

Uno de ellos fue Francisco Cox, el conservador homofóbico que luego fue acusado por abusos homosexuales, explicó el sociólogo.

Lo que resulta aún más exótico es el papel que Augustín Pinochet jugó en la Iglesia. Martel describe una especie de “corte gay” que rodeaba al dictador. “Hay seis nombres que aparecen en relación al nuncio apostólico Angelo Sodano. El más famoso es Fernando Karadima (ex sacerdote chileno, expulsado de la Iglesia por ser denunciado por abusos sexuales) ”, cuenta Martel.

Ernesto Ottone, uno de los entrevistados describió a Sodano como “afeminado”, lo que contrastaba con su misoginia y masculinidad que representaba. “Al dar la mano no la estrechaba, te hacía una caricia femenina”.

Pinochet contaba con infiltrados en la Parroquia del Bosque, donde estaba Karadima. La información transmitida tenía razones políticas por detrás, por ejemplo para saber si los curas progresistas eran gays. Según las entrevistas, Sodano fue un amigo de Karadima, algunos decían que en su parroquia tenía una habitación reservada conocida como “la sala del nuncio”.

“Por eso, es casi imposible, teniendo en cuenta la magnitud de los crímenes sexuales de Karadima,que Sodano desconociera lo que estaba pasando”, reflexiona el autor.

Mientras Ángel Sodano defendía a los curas acusados de abusos sexuales, Juan Pablo II hablaba de la homosexualidad como un pecado mortal. ¿Por qué lo hacía, entonces? ¿Para defender la reputación de la institución o para defenderse a sí mismo? 

Lo cierto es que con estos fantasmas tiene que lidiar ahora el papa Francisco. Y explica la reunión que ocurrirá el juves 21/02 cuando los escándalos han erosionado mucho la credibilidad de la Iglesia ante sus creyentes.

El autor todavía se pregunta por los verdaderos motivos del nuncio Sodano para acercarse tanto a Pinochet. Quizás estaba de acuerdo con las ideas del régimen o quizás era presionado por Pinochet para guardar su secreto y el de la Iglesia.

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