RESTRICCIONES AL TABACO

En Nueva York no se podrá fumar ni en el Central Park

El Ayuntamiento o Concejo Deliberante neoyorkino prohibió fumar en parques, playas y otros espacios públicos al aire libre.

El ayuntamiento de New York aprobó por 36 votos a favor y 12 en contra, nuevas restricciones al consumo de tabaco, ampliando una prohibición ya en vigor de fumar en restaurantes y bares.

El alcalde, Michael Bloomberg, anticipó que firmaría la ley, y tras este paso entraría en vigor 90 días después.

En la sesión del miércoles 02/02, los críticos al proyecto denunciaron los peligros del tabaco, pero dijeron que con esta prohibición el gobierno se estaba extralimitando.

"Realmente creo que el gobierno es demasiado restrictivo en este tema", dijo el concejal Robert Jackson, un demócrata de Harlem. "Es una sociedad totalitaria que va a tener este tipo de restricciones".

En verdad, Nueva York está imitando a ciudades como Chicago y San Francisco en su protección a los no fumadores en lugares públicos.

Los encargados de velar por el cumplimiento del proyecto de ley serían los miembros del Departamento de Parques de la ciudad, que dijeron que realizarían una advertencia antes de imponer una multa de 50 dólares. La policía no se encargaría de la prohibición.

La medida incluye la prohibición de fumar en paseos marítimos y plazas peatonales como la de Times Square, donde la ciudad proporciona mesas y sillas.

"Este verano, los neoyorquinos irán a nuestros parques y playas en busca de aire fresco y diversión y podrán respirar un aire incluso más limpio y sentarse en una playa que no esté llena de colillas de cigarrillos", dijo Bloomberg en un comunicado.

Durante el gobierno de Michael Bloomberg, la ciudad ha promovido otras medidas sanitarias como una prohibición de las grasas trans en los restaurantes y una exigencia de que los establecimientos de comidas muestren un recuento de las calorías en sus menús.

El alcalde también ha hecho campaña para que las compañías de alimentación reduzcan los niveles de sal en sus productos y para que el gobierno federal prohíba la compra de bebidas azucaradas con cupones alimenticios, unos vales federales utilizados para comprar comida por 42 millones de estadounidenses con bajos ingresos.

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