La gran prueba para Mesa

El próximo 18 de julio es la fecha para la consulta popular en la que los bolivianos decidirán sobre la política energética que enfrenta al presidente Carlos Mesa Gisbert con una importante parte de la sociedad, que será decisivo para su futuro político.

Carlos Mesa Gisbert ya lleva cuatro ministros nombrados en el sector de hidrocarburos, coincidiendo con cada intento por establecer un nuevo marco legal para las petroleras extranjeras en nueve meses de gobierno.

El resultado de la consulta popular del próximo julio es crucial ya que definirá la estabilidad o no del presidente en su cargo. Cabe recordar que fue la guerra del gas la que condujo a la renuncia de Gonzalo Sánchez de Losada, a quien Mesa sucedió luego de una revuelta y unos 70 muertos y 500 heridos según las organizaciones humanitarias.

La modificación de la ley sobre hidrocarburos quedó estancada por las demandas de nacionalización del sector y el respeto a los 78 contratos firmados con petroleras extranjeras, que creen que la derogación de la ley de hidrocarburos serán perjudiciales para ellas, ya que dejarán un bache jurídico.

La Nación de Chile definió la posición de Mesa como "Más confusión que certezas; más rechazos que apoyos; más división que consenso", que se pudo observar cuando se difundió el cuestionario al que muchos consideran complicado y que no propone el ítem de la nacionalización de los hidrocarburos.

A juicio del gobierno, la nacionalización de la industria petrolera es inviable porque habría que pagar unos US$ 8.000 millones de indemnización a las transnacionales petroleras, que han invertido en el país unos US% 3.500 millones desde 1997, cuando se privatizó el sector. Por otra parte, si se respetan los contratos, el país no podrá recuperar su petróleo hasta el año 2036.

El apoyo que tiene por parte de los mercados y las empresas transnacionales es la contracara del desacuerdo que mostraron la mayoría de los partidos políticos, organizaciones sindicales y campesinas, agrupaciones empresariales y comités cívicos. Muchos de ellos invitan a los ciudadanos a boicotear la consulta y hasta amenazan con quemar las urnas pero la esperanza del presidente descansa en la llamada "mayoría silenciosa".

Los diputados no aprobaron ningún artículo transitorio y el referéndum debió ser avalado por un decreto.

Mientras tanto, el líder cocalero, del Movimiento al socialismo (MAS) y principal opositor del gobierno, Evo Morales, aseguró a la prensa que "se viene una nueva revuelta popular para recuperar por la fuerza la propiedad de los hidrocarburos, toda vez que el gobierno desvió ese objetivo en el alcance de las preguntas del referéndum vinculante del gas. El Presidente por miedo a las petroleras, después de dos o tres días (de hacer conocer las preguntas del referéndum) dice otra cosa, cambia su discurso para la recuperación total de los hidrocarburos".

Y la mencionada recuperación, según Morales, será "por la fuerza" y con un cuadro de situación similar al de octubre del año pasado por lo cual Mesa tiene mucho de qué preocuparse.

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