Crecen los desacuerdos acerca de los límites entre la protesta legítima y el desborde

¿Hasta donde llega el derecho de la sociedad de manifestarse y peticionar justicia? ¿Cuál es el límite entre el reclamo justo y el desborde? ¿Por qué se apela a las tomas de comisarías, a la justicia por mano propia, a la anarquía de no respetar las instituciones? El gobierno parece estar superado por esta situación y ante eso decide no actuar esperando un desgaste que no llega. En tanto, la violencia crece y mucha gente elige más violencia para superar el dolor de la muerte de un ser querido. Así se toman comisarías, fiscalías, tribunales y mientras el ministro del Interior, Aníbal Fernández advierte que no va a aceptar "bajo ningún punto de vista" que Roberto Lucena, padre de Diego, "tome la justicia por su mano", para vengar la muerte del muchacho el gobernador bonaerense, Felipe Solá le reclama al gobierno que se pongan límites aunque "sin represión y sin sangre" tal como consideró, reclama la sociedad.

La toma de la comisaría 24 en la Boca por el asesinato del piquetero Martín Cisneros, la toma de otra comisaría en un sitio aparentemente tranquilo como es Tres arroyos, la protesta e invasión de la Fiscalía de San Justo por el asesinato de Diego Lucena a la salida de un boliche en Isidro Casanova: Tres hechos que sacudieron al gobierno, lo paralizaron pero no lo llevaron a intervenir más que con la palabra.

Desde China, donde se encuentra de gira con el presidente Néstor Kirchner, el gobernador bonaerense, Felipe Solá, sostuvo hoy que "no puede ser admitido como algo natural" que sea tomada por la fuerza una comisaría, y afirmó que la sociedad está "pidiendo que se pongan límites, pero sin represión y sin sangre".

Calificó a las ocupaciones de comisarías como "un acto incorrecto" y admitió que es "muy difícil" mantener un equilibrio y evitar los desbordes, pero reiteró: "La combinación entre el límite y la tolerancia, se puede hacer".

En referencia a la situación de Tres Arroyos, donde el lunes pasado "la gente fue a buscar a un fiscal y lo incorporó de prepo en una manifestación, fue inesperada" sostuvo que "allí debía intervenir la Policía y no intervino. No son hechos menores".

Además indicó que "si hay gente en la calle, una turba que tiene amenazada a una persona, tiene que intervenir la Policía, de hecho, y no tiene que esperar una orden de La Plata para tomar decisiones, porque eso sería un absurdo".

"En cambio, en Isidro Casanova, frente a una manifestación en la que el padre de una víctima (el joven Diego Lucena, asesinado a la salida de un boliche bailable) iba a ir a hablar con el fiscal y ante la posibilidad de una toma, se hizo preventivamente un operativo muy grande", agregó.

Por su parte, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, advirtió hoy que no va a aceptar "bajo ningún punto de vista" que Roberto Lucena, padre de Diego, el joven que fue asesinado a la salida de un boliche de la localidad de Isidro Casanova, "tome la justicia por su mano", para vengar la muerte del muchacho.

Fernández consideró que para subsanar esta situación "hay que ir recomponiendo las instituciones, más con testimonios que con palabras", pero subrayó que mientras tanto "no puede llegarse a extremos de permitir que se las bastardee con este tipo de acciones, porque no es la manera de vivir en sociedad".

En la víspera, la vicegobernadora bonaerense, Graciela Giannettasio, había señalado que en la provincia "no se permite tomar las comisarías" y advirtió que serán "pasados a retiro" los jefes policiales que no sean capaces de impedir el copamiento de las dependencias por parte de manifestantes.

La vicegobernadora, que está a cargo del Poder Ejecutivo bonaerense a raíz del viaje de Solá a China, salió a diferenciar así a la provincia de Buenos Aires respecto de la postura del Gobierno nacional sobre cómo deben actuar las fuerzas de seguridad frente a protestas con cierto grado de violencia.

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