Colombia otra vez negocia con los peligrosos paramilitares cómo integrarlos a la sociedad

Colombia ensaya un nuevo proceso de paz entre el Gobierno y las AUC paramilitares, ansiando dejar atrás los fallidos intentos anteriores que acabaron con las esperanzas de la población. Esta vez representantes de ambas partes se reunieron para acordar el cese de hostilidades y la desmovilización de 20.000 irregulares. Queda pendiente qué pasará con el dinero que ganaron delinquiendo durante todos estos años. Los últimos 40 años de la historia colombiana están teñidos de sangre, de dolor y de guerra, dominados por la violencia protagonizada por distintos sectores radicalizados que operan en el país.

El gobierno de Colombia intenta llegar a un acuerdo con los paramilitares para lograr un cese en sus acciones y la desmovilización de sus integrantes. Son las Autodefensas Unidas de Colombia, denunciadas por Amnesty International y por Human Rights Watch por la ferocidad conque practica sus venganzas contra enemigos o indecisos. Y que USA denuncia por ejercer el narcoterrorismo, igual que las izquierdas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional.

Las AUC reemplazaron al Estado, que se encontraba ausente, en la defensa de los derechos y de la propiedad de muchos terratenientes ultrajados por la guerrilla. Pero, luego, la relación con el narcotráfico y la tentación de administrar las tierras abandonadas por miles de campesinos, degeneró el espíritu inicial.

En el interín, las AUC se potenciaron con la incorporación de la mano de obra desocupada de los Pepes una vez que mataron a Pablo Escobar. Los Pepes (Perseguidos de Pablo Escobar) reclutaron a sicarios para armar una fuerza paramilitar contra el cártel de Medellín, supuestamente cofinanciada por el cártel de Cali. Y recibieron entrenamiento de fuerzas policiales y militares de Colombia, y hasta de la Drug Enforcement Agency, de USA, aunque en forma oficiosa, no oficial.

La diferencia entre las AUC y las Farc o el ELN no se trata solamente de que las AUC son de extrema derecha y las otras vienen del marxismo-leninismo. También se trata de que las AUC es comandada, en muchos casos, por grandes hacendados colombianos que hay incrementado su fortuna personal desde la ilegalidad armada. Muchos jefes de las AUC tuvieron relación con el actual presidente Álvaro Uribe Vélez cuando era gobernador de una provincia con gran actividad de paramilitares.

La gran pregunta Nº 1 es qué ocurrirá con los activos ganados por los paras durante estos años de ilegalidad. La gran pregunta Nº 2 es qué pasará con los pedidos de extradición que sobre varios jefes paramilitares mantiene USA, porque la DEA los acusa de narcotraficantes.

En ese marco se reunieron en la Zona de Ubicación, situada en el corregimiento de Santa Fe de Ralito, en el departamento de Córdoba, representantes de ambas partes para acercar posiciones y lograr el inicio de un largo camino que concluya en un proceso definitivo de paz.

Sin embargo, fallidas experiencias anteriores conforman la base de esta negociación que mantiene a los colombianos atentos e intentando revertir su sensación de frustración de sus esperanzas.

Según informa El Tiempo de Colombia, durante el encuentro el Ejecutivo resaltó que sus condiciones son el cese hostilidades y el rompimiento con el narcotráfico, mientras las Auc propusieron una agenda de cinco puntos que contempla la redefinición del cese de hostilidades y los cultivos ilícitos, entre otros aspectos.

El acto duró dos horas y contó con la presencia de más de 700 invitados, entre los que se encontraban representantes de Gobierno, diplomáticos, políticos y miembros de las AUC.

Según destacan medios colombianos, durante el encuentro se notó la ausencia de Carlos Castaño, máximo jefe de las AUC hasta su desaparición, aún no aclarada -se dice que fue muerto por sus propios compañeros, pero ellos dicen que huyó y cambió de personalidad- el pasado 16 de abril.

Castaño fue el mayor defensor de la negociación con el Gobierno para integrar a las AUC a la vida civil colombiana. También defendió el acuerdo con USA pero él seguía con pedido de extradición.

Sí permanece en las AUC Vicente Castaño, hermano de Carlos, un botarate armado que sacaba canas verdes a Carlos.

El alto comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, afirmó durante el acto que "el cumplimiento del cese de hostilidades se mantiene como un tema fundamental y precondición para continuar con las conversaciones (...) El compromiso del cese de hostilidades debe ser reafirmado y renovado cada día, entendiéndose como un absoluto respeto por la vida y libertad de todos los ciudadanos y el abandono total de las actividades de narcotráfico o relacionadas con el negocio de la droga".

También señaló que como parte de los acuerdos "existe el compromiso de las autodefensas de abstenerse de realizar actividades ilícitas, de reclutar personas, de ejercer presión o amenazas sobre los pobladores o visitantes, de desarrollar entrenamiento armado y de ordenar y coordinar acciones ilegales desde la zona".

"Llegó la hora de la verdad", enfatizó Restrepo, "no nos dejen solos", le pidió a la comunidad internacional, que seguramente seguirá el proceso con atención e interés, representada ayer por el delegado de la Organización de Estados Americanos (OEA), Sergio Caramagna.

"En la medida en que las autodefensas cumplan con este compromiso se abre la posibilidad para una interlocución seria (...) El cumplimiento efectivo y real del cese de hostilidades así como el abandono de las actividades relacionadas con el narcotráfico constituye un imperativo para la legitimidad y credibilidad del proceso en marcha", agregó el alto comisionado para la paz..

Según Semana, de Colombia, el resultado de las negociaciones conducirá a la desmovilización, eventualmente en el 2005, de al menos 15.000 combatientes paramilitares.

Sin embargo la fecha parece demasiado próxima teniendo en cuenta que los resultados de la primera y única desmovilización de unos 800 miembros de las AUC, en diciembre pasado, no tuvo continuidad.

# La agenda de los paras

Salvatore Mancuso, jefe del estado mayor de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), un 'perro de la guerra', un hombre muy limitado en lo político al lado de lo que era Carlos Castaño, pero que ahora dice representar al 95% de los grupos de autodefensas del país, presentó una agenda de 5 puntos en la que establece:

1) Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario y redefinición y verificación del cese de hostilidades.

2) Implementación y aplicación de políticas integrales de la tesis de seguridad democrática en las regiones de influencia de las Autodefensas Campesinas, tanto en el campo militar de la seguridad como en el campo social de la inversión.

3) Definición, ubicación y reglamentación de las zonas de concentración.

4) Erradicación y sustitución de cultivos ilícitos en las zonas de influencia de las Autodefensas Campesinas.

5) Seguridad jurídica, derechos civiles políticos y garantías de reincorporación a la vida civil.

# Una opción democrática

La intención de los paramilitares y lo que plantearon en el encuentro es una trasformación de la agrupación que les permita presentarse como una nueva alternativa democrática y constituirse como grupo político.

Mancuso sostuvo durante el encuentro: "Nosotros, como autodefensas campesinos, avanzaremos, no hacia la desaparición como organización, sino hacia la transformación de un movimiento político de masas a través del cual la retaguardia social de las autodefensas pueda constituirse en una alternativa democrática que defienda, custodie y proteja los interesas derechos y demandas de nuestras comunidades ante los poderes del Estado".

# Un camino largo y difícil

Tal como afirmó Salvatore Mancuso, el camino que se emprende ahora hacia la paz es "difícil, largo y escarpado".

Los últimos 40 años de la historia colombiana están teñidos de sangre, de dolor y de guerra, dominados por la violencia protagonizada por distintos sectores radicalizados que operan en el país.

Por ello para los colombianos la noticia de este nuevo intento por alcanzar la paz ha hecho recordar otros fallidos procesos anteriores con las guerrillas de izquierda, que dejaron a la población con una sensación de frustración de sus esperanzas.

Ese proceso, que entabló el anterior presidente, Andrés Pastrana, fracasó en febrero de 2002 después de más de tres años, por lo que Colombia observa con cierta duda el nuevo que comienza con las AUC.

"El círculo vicioso de la violencia recurrente en Colombia debe tener fin", declaró Mancuso, acusado, como los demás jefes "paras" de delitos de lesa humanidad, de masacres incontables, y solicitado en extradición por Estados Unidos, para quien las AUC son terroristas, igual que para la Unión Europea (UE).

Los próximos seis meses deberían, de acuerdo con sus declaraciones, constatar su compromiso con el respeto a los derechos humanos y el cese de hostilidades, y con la erradicación de los cultivos ilícitos y acabar con el narcotráfico, con el que las AUC y muchos de sus jefes están relacionados.

Por otro lado, el tema es delicado también para la Iglesia Católica que debe tener una posición firme sin traicionar la institución y hacer coincidir la justicia debida a las víctimas con el perdón y el futuro de la sociedad.

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