Un grupo de bonistas italianos aceptaría bonos en pesos

Dato importante cuando el Gobierno argentino se encuentra por iniciar su road-show de la Oferta de Buenos Aires, aún cuando no tiene el acuerdo del FMI.

Mauro Sandri, representante de un grupo importante de bonistas italianos, afirmó a Claudio Chiaruttini, del programa Sin Saco y Sin Corbata, por AM América, que sus representados aceptarían un bono en pesos, indexado, al tipo de cambio $ 1 = US$ 1, en el marco de la reestructuración de la deuda pública externa en default.

El dato no es menor cuando el Gobierno argentino se apresta a iniciar su road-show ante acreedores para procurar avanzar en el éxito de su oferta de quita y canje de títulos, que tantas resistencias encuentra entre la mayoría de los tenedores de bonos.

Hace algún tiempo, los bonistas italianos dijeron estar dispuestos a aceptar una quita sobre la deuda si se cumplen dos condiciones: que la propuesta del gobierno sea igual para todos los acreedores y que la reducción que se aplique sea "sostenible". Entienden como tal, que se mantenga el 100% del capital y se renegocien los intereses. Esa es la única quita que aceptarían los italianos.

Estos bonistas compraron títulos argentinos siguiendo los consejos de los bancos italianos en los que tenían depositados sus ahorros. La promesa que recibieron fue que la Argentina pagaría a tiempo y en las condiciones pactadas.

Por eso los ahorristas llevaron a juicio a la Argentina y también a los bancos e incluso al propio Estado italiano con una demanda contra la Comisión Nacional de Bolsa.

Mario Wainfeld, columnista del diario Página/12 de buena relación con el Palacio de Hacienda, escribió hoy domingo 1 de agosto: "(...) Para Roberto Lavagna, agosto no será un mes sabático como el que llevarán hombres y mujeres del FMI.

Será hora de meterle pata al canje de bonos. En Economía, aun en momentos de templado optimismo, se admite que las aceptaciones tardarán y llegarán por goteo, en fila india. Y que jamás alcanzarán las proporciones que exigen las mandas del FMI. Pero se confía en que algunos aparecerán. Como de puja de intereses se trata, los primeros en hocicar serán los más débiles, rango que les calza a las AFJP.

En el oficialismo no sobran precisiones pero está claro que la posición de las administradoras, titulares de bonos cuyo valor actual de mercado es cero, tienen la muñeca débil y no están para pulsear demasiado. Los plazos son de difícil determinación; los trámites ante la SEC de New York, engorrosos y muy lentos. Con esa mochila a cuestas, en el Gobierno confían en que la primavera podría advenir con las primeras aceptaciones de ofertas. Serán de acreedores argentinos, las AFJP. En Economía confían en que otros tenedores locales también empezarán a bancar, una vez que se abran las ventanillas. Nadie fantasea aglomeraciones, claro está.

Los pagos a realizar este año a organismos internacionales no son tan fastuosos y eso alivia a los negociadores de una presión adicional.

A su vez, Kirchner confía en que con la primavera empezarán a percibirse los primeros indicios de creación de empleo vía el plan de construcción de viviendas, lo que acrecerá su consenso y el PBI al unísono.

Ya se dijo, mutatis mutandis, en variados despachos gubernamentales se remeda la situación de 2003, cuando consolidar el frente interno implicaba fortalecerse de cara a la negociación. Quienes los cuestionan postulan que la mejora de las finanzas ceba a las fieras acreedoras, que van por más. Y cuestionan la profecía de Lavagna acerca de que Argentina no necesitará volver a los mercados internacionales de crédito en 2005 o 2006. Según ellos, el pago de los títulos emitidos por el país después del default (que empiezan a pagarse en 2005) necesitarán flujo de capitales prestados, como en los buenos tiempos. (...)"

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