Realineamiento en la Cámara Penal tras los cambios en la Justicia

Alfredo Barbarosch es un camarista para quién, al parecer, Gustavo Béliz, cuando era ministro de Justicia, tenía objetivos trascendentes. Pero eso es pasado, y además, en un tema que mucho le interesa al magistrado –la causa CableVisión- sufrió un duro revés.

En el buscador Google hay 128 menciones de Alfredo Barbarosch, integrante de la Sala IV de la Cámara en lo Criminal y Correccional, junto a Mariano González Palazzo y Gustavo Bruzzone. Desde su condena a Eduardo Kimel, autor del libro La Masacre de San Patricio (trata de cómo sucedió el asesinato de los sacerdotes Alfredo Kelly, Alfredo Leaden y Pedro Duffau, y los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti, el 4 de julio de 1976, por grupos parapoliciales, condena de Barbarosch que le mereció el repudio de la Unión de Trabajadores de Prensa, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas y la Sociedad Interamericana de Prensa), hasta su polémica intervención (por lo laxa) en una denuncia de pornografía infantil por Internet contra un pediatra porteño.

Sin embargo, en ninguna mención se informa acerca del rol que Alfredo Barbarosch cumplió durante los 14 meses de gestión de Gustavo Béliz al frente del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.

La versión de la presunta promesa de Béliz a Barbarosch de que ocuparía la silla ‘étnica’ en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en representación de la colectividad judía argentina, que todavía no se había distanciado de Néstor Kirchner, tiene una relación directa con la contribución de Barbarosch a una de las más importantes aspiraciones del plan de reformas judiciales de Béliz: unificar el fuero federal penal con el fuero ordinario nacional.

Desde un principio, la propuesta tuvo variados detractores: desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) y el camarista federal de La Plata, Leopoldo Schiffrin, hasta el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, que consideraron inviable la iniciativa.
El flamante sucesor de Béliz, Horacio Rosatti, en declaraciones públicas mencionó la eventual inconstitucionalidad de la unificación de fueros.

Sin embargo, Béliz había conseguido la entusiasta participación de Barbarosch, y de otros personajes no menos importante: Jorge Kent, quien era asesor de Martín Andrés Monteros, por entonces secretario de Justicia y Asuntos Penitenciarios; y Roberto Azaretto, asesor de Béliz.

Kent sí que resultaba un personaje controvertido para Béliz, porque era denunciado por los organismos de derechos humanos por su desempeño en la Secretaría de Justicia durante ‘los años de plomo’ del llamado Proceso de Reorganización Nacional.

También el mencionado Azaretto fue funcionario de los militares.

Sin embargo, no son pocos los funcionarios del fuero ordinario que, en voz baja, afirman que entre Barbarosch y Kent existe otra vinculación en un tema ya abordado por Edición i desde que Julio Bárbaro, titular del Comité Federal de Radiodifusión, ‘destapó’ el tema: las dificultades judiciales de la empresa CableVisión S.A., controlada por Hicks Muse Tate & Furst y VLG Acquisition (Liberty Media), aunque Bárbaro se permitió dudar acerca de quiénes controlan el accionariado de la compañía ("En el caso de CableVisión, para mi es un enigma que me preocupa mucho: honestamente, ignoro quiénes son realmente los propietarios, más allá de que desconozco también la naturaleza del negocio". Edición i, 29 de abril de 2004).

Kent es abogado defensor de los directores de Hicks Muse en CableVisión, en tanto que Barbarosch fue quien firmó un fallo de la Cámara Criminal, junto a Gustavo Bruzzone, procurando anular la investigación que había realizado el juez de Instrucción, Ismael Muratorio, expediente en el que se había dispuesto la intervención de CableVisión S.A. por parte del decano del Cuerpo de Peritos de la Corte Suprema.

Un hecho sugestivo, que –para algunos abogados- pondría en evidencia la estrategia de Barbarosch y Kent, es la presencia del abogado Guido Barbarosch, sobrino del camarista, en el Estudio Jurídico Richards, Cardinal y Zabala, firma de abogados que cobra honorarior millonarios por patrocinar a CableVisión S.A. en la reestructuración de la deuda en default de la empresa por un monto de US$ 800 millones.

Semejante situación no es frecuente en las causas judiciales en el fuero.
El Estudio Richards es quien presentara la propuesta de homologación del Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE) ante el Juzgado en lo Comercial Nº 17 a cargo de Miguel Bargalló.

CableVisión S.A. tiene un complicado frente judicial ya que afronta en los fueros federal y ordinario varias denuncias penales por supuesto lavado de dinero; administración fraudulenta y evasión fiscal.

La Comisión de Comunicaciones de la Cámara de Diputados de la Nación citó para la próxima semana a las máximas autoridades de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y de la Comisión Nacional de Valores.

Este tema fue abordado por Edición i el 11 de marzo de 2004 (la tapa se tituló La Luna de Miel se Terminó). Para entonces, la empresa CableVisión enfrentaba, entre otras causas, dos en el fuero ordinario de Instrucción, una por la supuesta imputación de malversación de caudales públicos, a cargo de Fernando Rodríguez Lubary; otra, por presunta administración fraudulenta, en el juzgado de Roberto Grispo. Luego, había dos causas en juzgados federales porteños, y una cantidad de causas no precisada en el Juzgado Comercial a cargo de Miguel F. Bargalló, además de pedidos de quiebra y una denuncia por presunta evasión fiscal en el fuero en lo Penal Tributario que superaría los $ 100 millones.

En el fuero en lo Criminal y Correccional de la Ciudad de Buenos Aires, con la firma de Carlos Alberto González, Guillermo Rafael Navarro y Mario Filozof, se promovió la recusación de Alfredo Barbarosch en el marco de una de las varias causas que se le sigue a CableVisión.

Sorprendió la adhesión de Filozof a esta decisión, considerando que se lo consideraba casi un aliado de Barbarosch en varios temas muy importantes que se ventilan en el fuero. Hay quienes creen que esta decisión de Filozof coincide con la pérdida de influencia debido al despido de Gustavo Béliz.

El 16 de julio de 2004 en el ‘Incidente de recusación promovido por la defensa del imputado Marcelo Bombau’ (patrocinado por Alfredo Iribarren, abogado de Hicks, Muse, Tate & Furst), quien pidió la recusación del camarista Mariano González Palazzo en la causa caratulada ‘Marcos Clutterbuck y otros s/inc. de recusación’ (es parte de la batalla de Raúl Moneta por recuperar su participación accionaria en CableVisión), González, Navarro y Filozof votaron que el juez Barbarosch debe excusarse de intervenir en el pedido de recusación de su compañero de sala.

En los pasillos de la Cámara se comenta que a raíz de esta resolución, el magistrado Barbarosch quedaría en una situación similar a la del juez de Instrucción, Juan José Madjoubhián.

González estimó que, sin afectar la idoneidad y honorabilidad de Barbarosch, correspondía admitir la recusación de éste, entendiéndose que, caso contrario, podría afectarse la fluidez del trámite judicial de una causa en la aún no se han podido abordar los asuntos de fondo.
Navarro fue más sencillo en su planteo: "Resulta contrario a la lógica que el Dr. Barbarosch intervenga para resolver la recusación planteada contra el Dr. González Palazzo, pues surge de la causa que este último votó en disidencia, es decir contra la opinión del primero. Por ello, para resguardar la debida imparcialidad respecto del recusado, corresponde apartar de la solución del caso al Dr. Barbarosch."

Filozof fue escueto: "(...) adhiero a los fundamentos de mi colega de Sala en cuanto a la inhibición del doctor Alfredo Barbarosch".

Ex integrantes de la Comisión de Acuerdos del Senado nacional dijeron a Edición i que Barbarosch alcanzó la magistratura gracias al padrinazgo del clan Saadi, cuyo apoyo -otro comentario en el Consejo de la Magistratura- también fue decisivo para archivar un pedido de juicio político en su contra. Se ignora cómo reaccionará Barbarosch ante las novedades que, todo indica, no terminarán aqui.

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