La danza de los vampiros

POR CLAUDIO CHIARUTTINI The piketers: Por el largo camino de la Ruta 3, a convertirse en un político ‘tradicional’. Del "Que se vayan todos" se pasa al "Dejen un lugar para nosotros". La nueva política está en marcha.

A pesar de que el Gobierno aún no ha logrado fijar una fecha para las elecciones legislativas del año 2005, de que los gobernadores no han adherido a la propuesta oficial de Néstor Kirchner presidente del Consejo Nacional del PJ, y de que falta casi un año para votar, se observa un gran revuelo en el sector denominado ‘piquetero’ (por algunos; ‘luchadores sociales’, por otros; también ‘protestones prebendarios’), con el objetivo de articular listas, alianzas y llevar adelante el lanzamiento de candidatos.

En política, iniciar primero un proselitismo no asegura el triunfo pero al candidato que se duerme puede llevárselo la corriente.

Que los candidatos con mejor imagen en los grandes partidos aún no hayan explicitado sus aspiraciones, incentiva las apetencias de lo que a fines de los ’80 -entre militares que se atrevían a manifestar su descontento-, se conoció como ‘la perrada’.

Alguien podría argumentar que los ‘piqueteros’ o ‘luchadores sociales’ o ‘protestones prebendarios’, prefieren –ante una evidente dificultad para comunicar su producto, si Enrique Albistur no los ayuda desde la Secretaría de Medios-, imponer nombres de candidatos antes que lanzar un movimiento de ideas.

Pero si todo se personaliza se puede convertir a las notas que conceden a la prensa, las marchas y las arengas durante sus movilizaciones, y las polémicas en que se involucran, en parte del marketing.

Ocurre que se viven tiempos muy individualistas, donde el candidato precede al partido político. Tiempos de ausencia de idearios, y un partido precisa de ideología mientras que a un candidato le basta con su atuendo personal o la medicina reparadora o el nutricionista adecuado.

Un análisis de las ‘alianzas piqueteras’ que se articulan en estos días, y la política de acercamiento/enfrentamiento con el gobierno de Néstor Kirchner demuestra que ‘the piketers’ (innovación lingüística de Roberto Lavagna en el prospecto de reestructuración de deuda que le aprobó la Securities and Exchange Commission, de USA) procuran cambiar su ‘status quo’ socioeconómico y sociopolítico. En ‘argentino’ antes que en español, intentan ‘institucionalizarse’, o sea proyectarse hacia el largo plazo, superando la coyuntura.

En el peculiar mercado político del presente, ‘institucionalizarse’ es ganar un espacio político, arrebatar una porción de poder, quizá lograr participar de la discusión de los grandes temas del país, siempre acceder a la gran ‘caja’ K.

Resulta una paradoja para un movimiento que nació en las rutas argentinas, se mudó a los centros urbanos y hoy tiene imitadores en varias sociedades del mundo global.

El espacio que ocupan, progresivamente, ‘the piketers’, se lo ofrece una izquierda melancólica, sin contenido ni continente, que repite su discurso hasta el hartazgo... y más allá.

Sus consignas se limitan al reclamo por los ‘derechos humanos’ de los terroristas de los ’70-’80, a despotricar contra el pago de la deuda pública y el bendito Fondo Monetario Internacional (¿qué harían Izquierda Unida o el Partido Obrero si no existiese el FMI? Vilma Ripoll y Jorge Altamira correrían a crearlo).

Así, el movimiento ‘piquetero’ surgió como una idea novedosa: reclamar por algo del aquí y ahora (antes de irse al demonio, cortando calles en apoyo de Cuba o de Saddam Hussein).

Los MTD (movimientos de trabajadores desempleados) desempolvaron conceptos extraviados en la post-Guerra Fría como ‘opción original’, ‘rupturismo’ y ‘causa popular’. No pocos nostálgicos sospecharon que al fin podía concretarse aquel albur "Arriba los de abajo...".

Cuando se comenzó a investigar la génesis del fenómeno sociocultural, se sostuvo que la ocupación de espacios urbanos por los marginados, pauperizados y otros damnificados "por las políticas de los ‘90", sustituyó a los sindicalistas, engordados durante el ‘menemismo’.

Otra interpretación fue que, amparados en el lema "Que se vayan todos" (invención del propio Fernando De la Rúa para ocultar su derrota legislativa en el año 2001, previa al descalabro), ‘the piketers’ se convirtieron en una opción a los políticos convencionales.

Así –crisis y devaluación mediante- pasaron de Aldo Rico, Ramón Ortega y hasta Alberto Albamonte, al movimiento nacional, popular y social nacido entre los neumáticos chamuscados de la Ruta Nº 3.

Sin embargo, el ‘nuevo’ movimiento social tiene antiguos orígenes. Sus líderes ocuparon segundas o terceras líneas en los movimientos ‘de protesta’ o ‘insurreccionales’ en los ’70, y no pocos de ellos son sospechados de haber sobrevivido por ‘colaboracionistas’ durante los ’80.

Varios de ellos fueron desplazados de sus organizaciones durante los últimos meses; otros, desilusionados, participaron de las divisiones que han ocurrido recientemente.

Por cierto que existen las víctimas de la represión cívico-militar pero estos líderes sociales fueron los ‘perejiles’ de los ’70. La mayoría eran jóvenes, algunos hasta imberbes –como apuntó Juan Domingo Perón-, aunque dicen haber empuñado un arma (cargada con cebita, probablemente).

Puede argumentarse que les falta historia. Los actuales líderes ‘piqueteros’ sufrieron el exilio interno antes que el externo, y casi nada de prisión. Pero esto queda oculto entre tanta pirotecnia verbal.

Reconstruyendo la biografía de los cortes de rutas y puentes, el gran éxito de los ‘piqueteros’fue lograr participar del diálogo con el poder durante la Mesa del Diálogo Argentino, creada por la organización Cáritas –de la Iglesia Católica Argentina-.

Pero luego, con su demanda ya incorporada al Presupuesto Nacional, abundaron las diferencias ideológico-operativas, y la búsqueda de mayor reconocimiento gubernamental, y así obtener más planes sociales, definiendo en consecuencia una relación cercana / lejana con el gobierno de Néstor Kirchner. A esto se ha dado en llamar "discusiones metodológicas". Es la lucha por el bolsón de alimentos.

Resulta interesante observar una divisoria: ‘the piketers’ próximos al oficialismo (los que obtienen más planes sociales y otros mecanismos asistenciales) aceptaron la ‘recomendación’ del ministro del Interior, Aníbal Fernández, de no ocupar espacios públicos en forma imprevista, y abandonaron las rutas, calles y puentes. Cuanto más lejos se encuentra un ‘piketer’ de la Casa Rosada, y menos beneficios obtenga del Estado, más violento será su accionar.

Mientras Luis d’Elía logró zafar de la obligatoria prisión por ocupar una comisaría policial (la 24ta., en el barrio porteño de La Boca), e integraba la comitiva oficial a Venezuela, Raúl Castells permanece detenido en Resistencia, Chaco, y se somete a una huelga de hambre para presionar por su libertad.

La reunificación ‘piquetera’, luego del asesinato de un colaborador de D’Elía en La Boca (¿fue o no un incidente de tráfico de sustancias tóxicas?), ha resultado efímera. Así, con el transcurso de los días, el abanico ideológico y operativo se amplió, aún cuando el público que concurre a las movilizaciones decrece, y la imagen de los grupos se derrumba en las encuestas.

En la Casa Rosada abundó el alborozo, creyendo que los ‘piqueteros’ han sido quitados de las calles, rutas y puentes. Es más: se festejó que no hubiese ninguna protesta importante por la prisión de Castells, y el lanzamiento político de Saturnina Peloso, la mujer de Castells, para así "desnudar sus aspiraciones políticas y su verdadero caudal electoral".

Pero, sin embargo, a la vez se ha cambiado y reforzado la seguridad personal de Kirchner y de la Casa Rosada.

Entonces, ¿ realmente se cree que ’the piketers’ ha renunciado a las marchas o que sólo es una transición a la espera de que pase el buen momento mediático de Kirchner? Los ‘luchadores sociales’ también leen encuestas, y cambian los ciclos de su actividad.

Desde hace un mes, las marchas han pasado a un segundo plano y, en menos de una semana, las aguas se dividieron frente a la elección del año 2005. ¿Qué ocurrió? Muchos grupos ‘piqueteros’ tomaron posición frente a lo que vendrá.

Además, las políticas de alianzas confirman que las negociaciones se desarrollan desde hace varios meses.

Primero fue el lanzamiento, en el vetusto Luna Park, de la Mesa Coordinadora para un Nuevo Proyecto Nacional (según su nombre en los comunicados de prensa antes del acto de presentación) o Frente de Organizaciones Populares (nombre que asumió luego del bautismo de fuego) para "coordinar políticas de apoyo al programa global de Néstor Kirchner".

Formaron parte del encuentro:

>la Federación Tierra y Vivienda, del diputado provincial bonaerense Luis D’Elía (un político de carrera antes que un desempleado),

>el Movimiento Barrios de Pie, de Jorge Cevallos (en verdad, el viceministro de Acción Social de la Nación, área que conduce Alicia Margarita Kirchner, o sea un funcionario público de la nómina de la Administración central),

>el Frente Transversal Nacional, de Edgardo de Petris (de la Central de Trabajadores Argentinos, muy cercano al ministro Julio De Vido, quien insiste en alcanzar la presidencia del Consejo del inexistente Partido Justicialista porteño),

>el Partido de la Revolución Democrática, sello de goma del diputado nacional Miguel Bonasso, dicen que en la nómina gubernamental desde que Hugo Anzorreguy ocupaba la Secretaría de Inteligencia de Estado; y

>Eduardo Luis Duhalde, secretario de Derechos Humanos de la Nación a quien Carlos Menem ascendió en el Poder Judicial.

¿Cuántos votos suma toda esa turba?

También estuvieron presentes:

>el Polo Social, de Francisco Gutiérrez –vinculado al poco idóneo Daniel Carbonetto, quien de asesor de Alan García y mantenido de Carlos Menem pasó a ideólogo de Eduardo Alberto Duhalde y simpatizante de Néstor Kirchner-, y

>una división del Movimiento de Trabajadores Desempleados que se llama MTD Evita, conducido por Emilio Pérsico.

>Ni Gutiérrez (pese a Luis Farinello) ni Persico se encuentran muy convencidos de involucrarse con el nudo del ‘mundo K’. Fieles al aire fenicio que invade los barrios populares del GBA, Gutiérrez y Pérsico escuchan propuestas y ofertas de cargos antes de ‘mudar de convicciones’.

Una semana más tarde, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, presentó Propuesta Popular (apodado en la Casa Rosada PPK, para diferenciarlo de Peronismo Popular, de Carlos Menem. ¿No es poco creativo Alberto F., ahora tan mermado en las encuestas?). PPK desea competir en las elecciones internas del PJ.

Los del Luna Park estuvieron en el acto de Alberto F. y prometieron colaborar con él.

En ‘the piketers’ enfrentados al Gobierno de Néstor Kirchner hay una atomización aún mayor. Raúl Castells, titular del Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados (Mijd), se encuentra preso en Chaco, en un confuso episodio en el que fue acusado de extorsionar a un casino de Resistencia, que debió donarle $ 11.000, aunque Castells dice que, cuando con ese dinero, concurrieron a un supermercado mayorista a comprar alimentos, la cajera llamó al casino a pedir el CUIT y desde el templo del juego de azar lo dieron.

Castells, desde la prisión y en huelga de hambre, logró articular el Frente de los Trabajadores y el Pueblo (¿los trabajadores no pertenecen al pueblo?) para participar, en un comienzo, de las elecciones para controlar la obra social Pami (Programa de Asistencia Médica Integral), del Instituto de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, la mayor ‘caja’ del país.

Del lanzamiento participaron Convergencia Socialista (un pequeño partido político ubicado a la izquierda del diputado Héctor Polino), los legisladores porteños Rubén Ángel y Tomás Alberto Devoto (ex compañeros de ruta de Luis Zamora, quienes pertenecían a Autodeterminación y Libertad, otra atomización de las ideas de izquierda), el Movimiento por un Pueblo Libre (¿?), y algunas ‘asambleas barriales’.

Con Castells preso, su esposa Saturnina Peloso, apodada Nina –al igual que Marina Mercedes Aragonés de Juárez- ya anunció su candidatura para competir con Cristina Elizabet Fernández de Kirchner en la provincia de Buenos Aires, mientras que su esposo iría en la lista de candidatos a legisladores provinciales.

En tanto, Néstor Pitrola, titular del Polo Social e inspirador de la Asamblea Nacional de los Trabajadores (al fin de cuentas, él viene del ex Partido Socialista de los Trabajadores), se acercó a Castells a la vez que buscó converger con los también trotskystas del Partido Obrero. Todos son hijos de Nahuel Moreno (Hugo Bressano Capacete), con quien rompió Roberto Mario Santucho y los suyos, quienes terminaron en el Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo.

Néstor Pitrola –a quien sacó de quicio la acusación de "ex masserista" que le hizo el diputado nacional Guillermo Cantini, en el programa A Dos Voces, de TN- podría ser acompañado por la agrupación Cuba, de Oscar Kuperman, y el Movimiento Socialista de los Trabajadores Teresa Vive, que tantos problemas provoca a quienes deben cruzar a diario el Nuevo Puente Pueyrredón, sobre el Riachuelo, para ingresar o salir de la Ciudad de Buenos Aires hacia el sur.

Pitrola ha participado, recientemente, de los comicios internos del Sindicato de Obreros Gráficos, al frente de la lista Naranja, y si bien tuvo un inicio triunfador en los talleres gráficos Morvillo y Quebecor, fue derrotado nuevamente por Raimundo Ongaro, próximo a cumplir 80 años. Luego, intentó suerte en el sindicato alimentario, pero otra vez fue derrotado. Ahora busca otros sindicatos en los cuales incursionar, aunque sus posibilidades son escasas.

Unificar un nicho de jubilados con otro de desempleados y trabajadores que simpatizan con la lucha de clases, no es fácil pero, además, no provocará un movimiento de masas.

Alicia Castro, diputada nacional y delegada de los proyectos políticos de Hugo Chávez en la Argentina, también ofrece colaboración a Kirchner para el año electoral.

La sindicalista de los aeronavegantes se asoció al diputado nacional ex ARI, Mario Cafiero –quien ahora parece querer regresar al peronismo- y al dirigente ‘combativo’ Roberto Manuel Martino, del Movimiento Teresa Rodríguez, de Florencio Varela, una de las divisiones del MTR.

Juntos con Castro, Cafiero y Martino se ubicaron pequeños grupos de izquierda y ‘piqueteros’ como el MTD 20, el Frente Desocupados Unidos y el Movimiento Unido Popular 29 de mayo, todos interesados en sumarse a la ‘caja’ kirchnerista, pero desde una óptica ‘independiente’ (¿?) que ingrese al PJ desde la izquierda.

Todavía se desconoce qué hará Juan Cruz Daffunccio, del MTD Aníbal Verón, un grupo que exhibió cercano a la ‘caja’ del kirchnerismo pero una merma en la masa de planes Jefas y Jefes, y otras decisiones gubernamentales, volvió a alejar.

Daffunccio siempre trabaja en asociación con Amancay Ardura, coordinador nacional de la Corriente Clasista y Combativa; Mariano Sánchez, coordinador nacional del MIJP; y Freddy Mariño, de la Mesa Nacional de Desocupados de la CCC.

Precisamente, la Corriente Clasista y Combativa, con Juan Carlos Alderete como líder máximo, ya que Carlos Santillán se ha recluido en Jujuy, es una de las organizaciones más extendidas en el país, pero también víctima de divisiones y éxodos internos.

La CCC tiene una oferta en firme de D’Elía, otra de Castells-Pitrola, pero ninguna con lo que pretende la CCC: ir arriba en cualquier lista, cuando Alderete quiere convertirse en diputado nacional.

Sin embargo, quienes han hablado con Santillán, alias ‘el Perro’, afirman que Alderete es ya el pasado de la organización.

Los sellos de partidos y ONGs no terminan ahí. También se encuentra el Movimiento Socialista de los Trabajadores, el Frente de Trabajadores Comunistas y lo que quedó de la Agrupación Teresa Vive, quienes esperan prebendas que definan su ideología.

Y las ‘asambleas barriales’ que destruyeron el movimiento "Que se vayan todos", del año 2001. En la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires quedan ‘operativos’, aunque con escasa participación popular, unas 200 agrupaciones, aunque los de las ‘asambleas’ afirmen que son 800 núcleos. Esto no fue verificado en las movilizaciones más recientes.

Para quienes padecen de exceso de memoria, el reagrupamiento alrededor de K o frente al gobierno trajo una conclusión: los hombres cercanos al presidente Kirchner se conocen desde Montoneros, y otras agrupaciones de la izquierda peronista de los ’70.

Quienes confrontan al Gobierno provienen del comunismo o del trotskysmo o del maoísmo-guevarismo (excepto Carlos Zannini. El secretario Legal de la Presidencia, ex Vanguardia Comunista, se ‘quebró’ en el trayecto de Córdoba a Río Gallegos).

Un antiguo militante del nicho ideológico respectivo, dijo: "Parece el viejo choque entre izquierda nacional o izquierda ideológica. Eso nos mató en los ’70, quien nos hizo frente fue Juan Domingo Perón, pero si Néstor Kirchner se entera que él es el culpable de una divisoria, no va a entrar en su traje aunque tenga el saco abierto..."

El problema es que los ’70 fueron años de sangre (igual que los ’80) y las discusiones se dirimieron con violencia. Otros fantasmas en un país donde el pasado se repite periódicamente.

Más allá del vasto museo de ciencias naturales que ha crecido en torno a las miserias y necesidades de los humildes en la Argentina, todos desean fueros y más privilegios, por lo que los comicios legislativos son una oportunidad.

La necesidad de institucionalizar a los hijos del "Que se vayan todos", el stress en el movimiento, el agotamiento de las consignas y el límite en la obtención de los beneficios sociales quitados al Gobierno nacional desde el año 2002, confirman que hay una transición hacia ‘algo’.

El Ejecutivo Nacional ha aclarado que en el Presupuesto 2005 la partida para planes Jefas y Jefes de Hogar será de $ 3.337,7 millones (dos 7, ¿será para responder al dictado de la moda esotérica de la kabala?), un incremento de $ 400 millones.

El dato fue descubierto por el economista y periodista Daniel Sticco, y resulta una paradoja para un Gobierno que promete que bajará el desempleo a partir de noviembre, y que en el año 2005 la tasa de desocupados será tres puntos porcentuales más baja que hoy día.

Sticco estimó que el Ejecutivo Nacional aplicará el plus de dinero a otorgar un ‘aguinaldo piquetero’ de entre $ 50 y $ 100, y quizá subir los honorarios actuales de $ 150 a $ 170 (casi 8%), o bien conceder 230.000 planes más. En un año electoral todo es posible aunque la experiencia de Kircher en la provincia de Santa Cruz afirma que él es partidario de subir la masa salarial pública antes de un comicio.

La paradoja es que el Gobierno ha reducido el total de beneficiarios de los planes Jefas y Jefes, al ritmo del enfrentamiento con los ‘piqueteros’. Durante todo el año 2004, el número de subsidios cayó en casi 205.000 planes/personas. Hoy reciben $ 150 por mes 1.623.000 personas.

En el bimestre agosto-septiembre se redujeron en 44.000 los beneficiarios de planes Jefas y Jefes, aunque en octubre sólo se recortaron 6.700 planes. Unos opinan que el amesetamiento en la creación de nuevos empleos, frenó la reabsorción de mano de obra que recibe planes sociales. Otros dicen que los recortes ocurrieron en los momentos más difícil de la relación entre ‘the piketers’ y Kirchner, pero ahora todo se ha calmado.

De todos modos, la aspiración de los ‘piqueteros’ es duplicar el monto del beneficio de $ 150 y un ‘aguinaldo piquetero’ de entre $ 50 y $ 100.

Para esto habría que reducir el número de beneficiarios en casi 40%, es decir 500.000 personas.

En un país que en diciembre del año 2005 promete una tasa de desempleo del 12% de su población económicamente activa, no tendrá lógica destinar $ 3.300 millones a planes sociales. Correspondería reducir el número de beneficiarios y la masa presupuestaria destinada a ese fin.

Los líderes ‘piqueteros’ son experimentados en la política de la prebenda. Ellos saben que sin planes sociales, el movimiento se agota, y hay que tener alternativas a mano. O el Pami o un sindicato o la política partidaria o los cargos electivos: todas son opciones.
Los ministros Carlos Tomada, de Trabajo; y Alicia Kirchner, de Acción Social, han ‘alambrado’ la distribución de planes y beneficios sociales.

Sería fácil derrotarlos si la política se hiciera con política, pero la Argentina ha degenerado a formas de hacer política sólo con dinero.

Es el verdadero motivo por el que no se ofrece una mejor oferta a los acreedores externos. Se prefiere el Estado paria del capitalismo global para privilegiar al Estado que administra el ‘voto cautivo’.

La ‘transversalidad’ es una fuerza posible mientras haya superávit fiscal aplicable.

La opción ‘piquetero-política’ es un programa bastante detallado en la Administración K.

Atención: Durante el año 2005 se le reconocerá a los partidos políticos $ 19 millones. Sin embargo, sobre 696 partidos con personería jurídica en todo el país, 242 no recibirán fondos por incumplimiento en forma o plazo con las correspondientes rendiciones de cuentas ante la Justicia Electoral.

Entre los ‘sellos de goma’ que no podrán cobrar sólo hay dos agrupaciones importantes: el Modin, que fue de Aldo Rico, y la Confederación Movimiento Federal, un grupo de partidos políticos provinciales.

Así, el Fondo Partidario Permanente acumulará dinero para quienes cumplan con las normas. Hay agrupaciones que no cobran desde el año 2003.

Aunque a nivel nacional sólo hay 41 partidos políticos reconocidos, el total nacional es de 696.

Hay 655 agrupaciones distritales que adhieren o integran alguna fuerza nacional.

Pero en la provincia de Buenos Aires hay 35 grupos inhibidos, 30 en Chaco, 24 en Entre Ríos, 20 en Mendoza, 17 en Río Negro, 15 en Tierra del Fuego, 14 en Catamarca, 15 en Corrientes, 11 en la Ciudad de Buenos Aires. Y 10 más en el resto del país.

El mensaje es claro: "¿Quieren el dinero? Ingresen a una agrupación más grande que se encuentre en regla". Sólo 138 agrupaciones distritales están habilitadas para cobrar.

Para muchos ‘piqueteros’ es una oportunidad: creer que se pueden cobijar bajo el sol de Néstor Kirchner, asociarse a un teórico triunfo electoral, y alcanzar la representatividad institucional.

Así se lograría prolongar cuatro años más la actividad, una vida en la Argentina volátil. Gente que milita sin llegar al poder podría participar de la gran ‘caja’ del oficialismo. Sin dinero, habrá que regresar al ostracismo de los ’80 o ’90. O ir a trabajar. Así, del "Que se vayan todos" se pasa a "Dejen un lugar para nosotros". La nueva política está en marcha.

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