La Argentina es Matrix

A continuación, el análisis de un usuario registrado quien afirma que la Argentina se ha convertido en un verdadero "país de ciencia ficción".

Merced a sus prolongados y constantes esfuerzos los habitantes de la Argentina han logrado convertir al proverbial granero del mundo en un verdadero país de ciencia ficción en el que la los dirigentes simulan gobernar, los jueces simulan administrar justicia y la gente congelada en su mishiadura ve pasar la vida como si fuera una película que cada vez se parece más a "Los Miserables" mientras sigue ocupada en sus propios, pequeños, mezquinos y cotidianos menesteres .

Pocas, muy pocas personas tienen conciencia de que, aunque sus engañosos sentidos propios de las limitaciones humanas le hagan ver una apariencia de realidad, sólo están como los personajes de Matrix trajinando sobre las ruinas de una civilización que han contribuido generosamente a demoler con su soberbia ignorancia .

En este contexto virtual el hecho de que congresistas que fingen representar al pueblo en un simulacro de sesión le entreguen a un sinuoso político clavadista como Alberto Fernández los restos mortales de sus facultades legislativas no pasa de ser un acto más de esta sórdida comedia de prostíbulo de final abierto cuyo guión escribe diariamente a los apurones una sociedad alienada que sin darse cuenta se ha transformado en el conejo de Alicia en el País de las Maravillas siempre apurado para llegar a ningún lado.

Las instituciones de la República son espectros de sí mismas que deambulan patéticas pretendiendo existir mientras una masa de entes que se llaman a sí mismos ciudadanos pretenden que existen para justificar su estulticia.

Todo es virtual. El Estado que tiene por función primordial evitar las chicanas de los particulares es el rey de la chicana. Si de repente tuviera que pagar todos los juicios que la estupidez y la chambonería de los funcionarios supieron conseguir,si los bancos tuvieran que devolver de golpe el dinero que robaron a sus clientes, si repentinamente desaparecieran las tarjetas de crédito, el estallido de la Argentina sería tan grande que las esquirlas llegarían hasta Júpiter.

Millones de niños y jóvenes pueblan las escuelas y universidades para aprender que nada vale la pena de ser aprendido y que la ciencia, el estudio y la sabiduría de todos los filósofos del mundo que se gastaron los sesos tratando de encontrarle un mínimo sentido a este aquelarre. valen un pepino al lado de la sabia sabiduría del Viejo Vizcacha.

Y por si todo esto fuera poco para obtener el certificado de manicomio en este contexto de incertidumbre existencial y estructural salen personas a la calle con velas en la mano como zonbies a pedir seguridad en un país donde las amenazas de Bin Laden sonarían como canciones de cuna porque en la agonía cotidiana el miedo es el rey de las vidas, el miedo al desalojo, a la AFIP, al Veraz, a no poder pagar la tarjeta, a perder el trabajo, a no poder encontrar trabajo, a ser expulsado del sistema, a no poder comer mañana.

Pero a no desesperar, porque según el imaginario colectivo un mediocre presidente del país creado por la maquinaria partidocrática y sus alcahuetes ministeriales tienen capacidad para sacar al pueblo de esta pesadilla, pero como se decía con De la Rúa "hay que darles tiempo"....¿Para que terminen de destruir todo?.

Por Juan Ruiz

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