De Vido saca provecho de Menem para desviar la atención de las denuncias de Carrió

El ministro de Planificación, Julio De Vido, debería agradecer al ex presidente Carlos Menem el hecho de retener la atención de la mayoría de los medios de comunicación. Luego de la seguidilla de denuncias que Elisa Carrió venía realizando en contra del ministro, comenzaban a movilizarse algunos fiscales para revisarlas. De ahí que el crecimiento de Menem en los medios ha sido directamente "funcional" a la estrategia de desviar la atención de Carrió y sus filosas denuncias mediáticas (denuncias de pedido de coimas a empresas y manejos oscuros de "la caja" ministerial), contra el ministro.

A continuación, U24 reproduce la nota publicada en La Nueva Provincia sobre el desembarco del ex presidente Carlos Menem en los diarios y la oportunidad de Julio De Vido para ocultar las filosas denuncias de Elisa Carrió:

"El desembarco de Carlos Menem en la primera plana de los diarios con motivo de la eximición de prisión que pesaba en su contra y su promocionado regreso esta noche con bombos y platillos a su tierra natal, lejos ha estado de incomodar a los estrategas comunicacionales de la Casa Rosada. Por el contrario, en esos laboratorios subterráneos del poder se sostiene que esa presencia del ex presidente en los medios desde hace por lo menos una semana logró tapar otro tema que venía creciendo y gastando alguna tinta en los matutinos locales: la seguidilla de denuncias de Elisa Carrió contra el ministro de Planificación, Julio De Vido, a quien ya en ocasiones anteriores la dirigente había calificado como el funcionario "más corrupto" de la era Kirchner.

Esa renovada ofensiva de Carrió contra su peor enemigo político actual, más algunos datos reservados que llegaron esta semana a la Casa Rosada que alertaban sobre la posibilidad de que un par de fiscales, uno de ellos de alto perfil mediático, empezaran a husmear en esas denuncias de pedido de coimas a empresas y manejos oscuros de "la caja" ministerial, elevaron el nivel de preocupación oficial por las consecuencias de una probable investigación judicial contra uno de los hombres del más estrecho entorno del patagónico.

Más aún: en el colmo de las interpretaciones de algunos gestos de la líder del ARI hechas en los despachos donde se sigue de cerca todos sus pasos, se dijo que su abandono momentáneo de las últimas horas de aquella embestida contra De Vido, para subir el tono y salir a denunciar directamente un pacto entre Kirchner y Menem cuyo resultado es el regreso del riojano desde su exilio chileno, ayudó a descomprimir al menos durante unos días aquella presión sobre el ministro de Planificación.

Queda claro que en la superficie, desde el presidente Kirchner hasta el último de los hombres de su entorno consideran a Carrió una fabuladora y mentirosa contumaz, del mismo modo que calificativos idénticos le dedicaron desde la vereda menemista el senador Eduardo Menem y el propio ex presidente. Pero en los análisis privados, la fuerte exposición de De Vido en esos comentarios de la ex diputada y en otros que se hacen reservadamente en empresas y despachos del Congreso, han provocado una llamada de atención.

De allí que se dijera en las últimas horas en áreas vinculadas a la comunicación oficial que el crecimiento de Menem en los medios ha sido directamente "funcional" a esa estrategia de desviar la atención --se verá si a futuro el paso se muestra exitoso-- de Carrió y sus filosas denuncias mediáticas contra el ministro.

No son sólo esos dardos externos contra el hombre que no abandona su idea de algún día reemplazar a Roberto Lavagna los que han llamado la atención de la cima del poder. Una sorda pelea que De Vido viene manteniendo con el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, se ha colado por estos días entre las monumentales preocupaciones presidenciales.

No se trataría apenas de una cuestión de protagonismo entre ambos funcionarios lo que los separa. De hecho, De Vido mira con recelo la atención que Kirchner ha puesto en su secretario de Transportes, a quien sentó a la mesa de la firma de acuerdos con China y Corea del Sur, entre otras tareas de relevancia. "Propias de un ministro", meten cizaña los que conocen de estos enjuagues palaciegos. También se ha entablado una fuerte puja entre ellos por el manejo de los cuantiosos fondos que generará la aprobación en el Congreso de la ley del impuesto al gasoil, que Jaime pretende manejar desde su secretaría sin reportar a nadie que no sea el propio presidente de la Nación.

Las miserias propias de la política de estos y otros tiempos ya han dejado entrever la existencia de las famosas "carpetas" con las que buscarán enlodarse desde ambos bandos. La pelea, aseguran espectadores imparciales de uno y otro lado, recién está comenzando."

Dejá tu comentario