Cáncer: Días decisivos en la búsqueda de nuevos tratamientos

Algunos científicos, clínicos y ejecutivos de distintas compañías farmacéuticas afirman que, en los próximos 5 a 10 años, la integración del diagnóstico molecular revolucionará el desarrollo de nuevos fármacos más eficaces y seguros lo que, junto al tratamiento individualizado de los enfermos, podría dar un giro a las estadísticas asociadas al cáncer.

Pese a que en la actualidad aún conviven las viejas armas (radioterapia y quimioterapia) con nuevas y más sofisticadas herramientas (anticuerpos monoclonales, isótopos radiactivos, inhibidores de la aromatasa y de las proteinkinasas o, incluso, vacunas), "pocas compañías farmacéuticas están invirtiendo ya en investigación de agentes quimioterápicos. Ahora se buscan nuevos productos, basados en dianas moleculares específicas", según Ricardo Cubedo, adjunto del servicio de Oncología del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, España.

Robert Bast y Gabriel Hortobagyi escribieron, en 'The New England Journal of Medicine': "(...) durante las dos últimas décadas, los biólogos moleculares han diseccionado la heterogeneidad del cáncer en el hombre. De hecho, los oncólogos han podido apreciar que pacientes con tumores de estadíos e histología similares pueden evolucionar de formas muy distintas".

En un futuro, el diagnóstico y análisis genético de los mismos permitirá predecir el pronóstico vital de cada enfermo, estimar cuál es la terapia más adecuada para cada caso y calcular la respuesta de cada modalidad de tratamiento para un tumor concreto. Además, se podrán prever las posibles complicaciones y planificar así el tipo de seguimiento que debe tener un enfermo en previsión de que su tumor reaparezca. Todo ello repercutirá en aumentar la esperanza de vida de los afectados.

Sin embargo, algunas de las nuevas promesas como Iressa, un novedoso agente para pacientes con cáncer de pulmón y con una determinada mutación genética, no logran los beneficios exigidos por las autoridades sanitarias, lo que dificulta su permanencia en el mercado y su rentabilidad.

De hecho, la misma FDA (Foods and Drugs Administration) estadounidense que aprobó este producto por la 'vía rápida' se plantea ahora retirarlo del mercado al no haber podido constatar que prolonga la supervivencia de los enfermos.

"Se necesita cambiar, y se modificará en un futuro, la forma en la que se hacen los ensayos clínicos porque es anacrónica. Además, se tienen que introducir modificaciones en la regulación de los nuevos fármacos para que no sucedan casos como el de gefitinib (nombre genérico de Iressa). Sobre todo, hay que alentar a las empresas e incentivarlas, para que se retraigan de invertir en el desarrollo de productos que sólo podrían ser aplicables a grupos pequeños de pacientes, como es el caso de herceptin, útil solamente para los tumores mamarios en los que está sobreexpresada la proteína her2/Neu", agregó el investigador, integrante de la junta directiva del Grupo Español de Investigación en Sarcomas.

En 2004, el tamoxifeno, el fármaco 'estrella' con el que se trata a las mujeres posmenopáusicas con receptores positivos de estrógenos, parece que podría ser desbancado de su liderazgo en un futuro próximo por una nueva familia de medicamentos: los inhibidores de la aromatasa.

Tras cinco años de seguimiento, un estudio ha constatado que anastrozol fue más eficaz que el viejo producto a la hora de reducir las recaídas en las mujeres que ya han padecido un tumor en la mama, además de tener menos efectos secundarios y lograr mejores tasas de supervivencia.

Éste es un ejemplo sobre los cambios que está viviendo y vivirá la lucha contra el cáncer.

Otro dato alentador es que las últimas investigaciones demuestran la eficacia del trasplante de células de cordón umbilical, no sólo en la población infantil, sino también en adultos con tumores hematológicos.

Similar es el caso de bortezomib, un inhibidor del proteasoma que ha constatado su eficacia en el mieloma múltiple refractario y que es protagonista de ensayos clínicos en tumores sólidos y de Glivec, útil contra la leucemia mieloide crónica y los tumores del estroma gastrointestina (GIST).

También en los próximos años veremos los resultados de la primera vacuna preventiva contra el cáncer, de acuerdo a Cubedo.

Dos laboratorios están ultimando una forma de inmunización que impida la infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH), responsable de la mayoría de los cánceres de cuello de útero.

Los resultados obtenidos hasta el momento -ya se han probado en miles de mujeres e, incluso, en niñas sin efectos adversos--son muy alentadores.

Pero la posible revolución en la lucha contra la enfermedad vendrá acompañada de la capacidad para diagnosticar los tumores precozmente a través del uso de las cada vez más mejoradas técnicas de imagen.

Se está confirmando la utilidad de la resonancia magnética para visualizar el cáncer de mama en estadíos muy iniciales de las mujeres con alto riesgo de padecerlo debido a que poseen mutaciones genéticas; la capacidad de la colonoscopia virtual y la del escáner, para las personas con probabilidades de desarrollar un tumor en el pulmón.

Los centros monográficos para el tratamiento específico del cáncer son asignaturas pendientes. Pocos dudan de que la mejor forma de luchar contra los tumores es con equipos multidisciplinares que trabajen en centros especializados. Es necesario elevar el nivel de educación biomédica de la población, "los cambios que se están produciendo están provocando que los enfermos se enfrenten a términos desconocidos que nos cuesta explicarles. Un ejemplo claro es el consejo genético", añade Cubedo.

Y, sobre todo, apostar por la mejor estrategia que hay frente al cáncer: la prevención. Con una vida sana (dieta, ejercicio, no fumar ni beber) se puede evitar hasta el 80% de los tumores.

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