No tenemos la culpa que Aníbal Fernández se encuentre distraido... o desinformado

En la mañana del jueves 16, Aníbal Fernández, ministro del Interior de la Nación, desmintió la información proporcionada anoche por U24 acerca de su posible salida de esa cartera. Al respecto, el director periodístico de U24 cree conveniente aclarar lo siguiente. POR EDGAR MAINHARD

1. En U24 no tenemos la culpa de que Aníbal Fernández desconozca las versiones que sí comentan los jefes de las 3 fuerzas de seguridad que dependen de él: Policía Federal Argentina, Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina, con sus subordinados inmediatos. Tampoco tenemos la culpa de que Aníbal Fernández se haya sumergido, desde hace algunas semanas, en un silencio más apropiado para los sepulcros, no impartiendo directivas a sus subordinados, lo que alienta comentarios. En especial, cuando en la Federal funciona la 'radiopasillo' a volumen estridente con la versión del arribo de León Carlos Arslanián a Interior, y las consecuencias 'negativas' que esto provocaría en esa repartición.

2. No tenemos la culpa de que Aníbal Fernández haya desatendido desde hace semanas su función territorial de ministro del Interior. En verdad, luego de su fracasado intento de mediar en la crisis de Tierra del Fuego, donde no logró reponer al gobernador, y se quejó de haber sido agredido físicamente, Fernández no regresó a escena. Y pasaron acontecimientos diversos: desde los cortes de rutas y puentes en Entre Ríos a la sucesión de escándalos en Santa Cruz, que acaba de explotar.

3. No tenemos la culpa de que Aníbal Fernández integre un Ejecutivo Nacional donde los ministros y secretarios de Estado, con excepción de algunas excepciones, son los últimos en enterarse de cualquier acontecimiento, aún de aquellos que los involucran.

4. No tenemos la culpa de que Aníbal Fernández no integre el grupo íntimo del Presidente de la Nación. La situación de Aníbal Fernández con Néstor Kirchner es similar a la que Daniel Filmus o Jorge Taiana o Nilda Garré mantienen con el Presidente. Muy inferior a la de Carlos Zannini o Julio De Vido. También inferior a la de Alberto Fernández.

5. No tenemos la culpa de que Aníbal Fernández quiera ser candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires, y no haya conseguido aún el aval del presidente Kirchner para tal evento. Ni que él crea que alguna vez recibió una promesa al respecto mientras que en el 1er. piso de la Casa Rosada no recuerden aquella supuesta promesa, o bien no acostumbren cumplir todas las promesas que hacen.

6. No tenemos la culpa de que Aníbal Fernández haya pretendido imponer un sistema de Registro Nacional de las Personas que no coincide con el sistema pretendido por el grupo multimedios más grande del país, ni que Alberto Fernández haya coincidido con las ideas de este multimedios.

7. No tenemos la culpa de que Aníbal Fernández resulte el responsable político del Municipio de Quilmes, donde han ocurrido tantos desatinos que terminaron erosionando la propia precandidatura a gobernador de Aníbal Fernández.

8. No tenemos la culpa de que Aníbal Fernández haya establecido alianzas con todo el ex 'duhaldismo' más primitivo y retrógrado que lo reconocen como un par y un amigo desde los días de Eduardo Duhalde en la ciudad de La Plata. Aún cuando se haya dado un abrazo con Alfredo Atanasof y haya aceptado los deseos de éxito de Osvaldo Mércuri, no es el perfil que Néstor Kirchner pretende para la próxima campaña electoral bonaerense porque él sabe que esos votos ya los tiene asegurados y busca los otros, los que no tiene, que se encuentran en la clase media no 'duhaldista'.

9. No tenemos la culpa de que Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner tenga su propia visión de la Provincia de Buenos Aires. Tampoco que José Octavio Bordón tambalee en la embajada argentina en USA, y que Héctor Timerman aún no haya podido imponer, como cónsul general en New York, su proyecto para Washington DC.

10. No tenemos la culpa que Aníbal Fernández se haya interesado con excesiva minuciosidad en conocer hasta la infraestructura disponible en cierta embajada muy importante, y para colmo se lo haya preguntado a un periodista que estuvo destinado a esa delegación y quien reflexionó en voz alta: "No pude preguntarle nada de lo que fui a averiguar, solamente preguntó él".

-------------

U24, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2006.

Dejá tu comentario