ETA declara alto al fuego pero el Gobierno de Zapatero no confía

ETA anunció el miércoles un "alto el fuego permanente" que fue recibido con prudencia por el gobierno español. ETA afirma que su objetivo es "impulsar el proceso democrático en Euskal Herria para construir un nuevo marco en el que sean reconocidos los derechos que como pueblo".

ETA difundió el miércoles un comunicado en el que declara un alto el fuego permanente que entrará en vigor este viernes.

Euskadi ta Askatasuna (en español, Euskadi y Libertad), más conocida como ETA, es una organización terrorista que aspira a conseguir la creación de un estado vasco independiente a partir de la independencia y unión de diferentes territorios actualmente pertenecientes a España y Francia.

En el documento que la organización leyó por TV se afirma el "compromiso de seguir dando pasos" hacia la paz y emplaza a los Gobiernos de España y Francia a reconocer los resultados del proceso "sin ningún tipo de limitaciones".

El texto concluye afirmando que "la superación del conflicto, aquí y ahora, es posible".

La vicepresidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, ha dicho que "es una buena noticia para todos los españoles" pero llama a ser "más prudente que nunca".

ETA afirma que su objetivo es "impulsar el proceso democrático en Euskal Herria para construir un nuevo marco en el que sean reconocidos los derechos que como pueblo nos corresponden y asegurando de cara al futuro la posibilidad de desarrollo de todas las opciones políticas".

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) adelantó la noticia al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. El mandatario habló con el lehendakari, Juan José Ibarretxe, y con el líder del PP, Mariano Rajoy.

Zapatero había expresado el pasado 10 de febrero su convicción de estar "ante el principio del fin de ETA", aunque aseguró también que el Ejecutivo no había negociado ni mantenido ningún contacto con los terroristas. Con anterioridad, el 16 de mayo del año pasado, el Congreso de los Diputados aprobó una resolución que autoriza "a los poderes del Estado" para que establezcan un diálogo con quienes decidan abandonar la violencia, sin pagar "precio político". Esta moción fue apoyada por todos los grupos excepto el PP.

Desde que comenzó su actividad terrorista en 1968, ETA ha asesinado a 851 personas. Los policías Bonifacio Martín Hernando y Julián Envit Luna, asesinados el 30 de mayo de 2003, fueron sus últimas víctimas.

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