Para frenar la inflación hay que generar inversiones (nadie elige a la Agentina)

Michael Rake, ejecutivo de la consultora KPMG, cuestionó los acuerdos de precios y aseguró que es fundamental que la Argentina plantee reglas claras y planifique seriamente sus políticas a "largo plazo". "La inflación es una amenaza y el único remedio efectivo es más inversión y aumento de la productividad", dijo el experto, mientras el ranking mundial que elabora el grupo editorial británico The Economist sobre clima de inversiones, volvió a ubicar a la Argentina en el puesto 57º (de 82 naciones), detrás de Chile, Brasil, México y hasta El Salvador. La tendencia continúa, y el país no está en las preferencias de los inversores cuando eligen dónde colocar su dinero. Claro que, atentan contra el ingreso de capitales la inestabilidad política, la falta de competencia y necesarias reformas profundas de la economía.

El CEO mundial de la consultora KPMG, Michael Rake, aseguró que para generar inversiones es fundamental que la Argentina planifique seriamente sus "propiedades y políticas a largo plazo". Se necesitan "reglas claras", sostuvo.

"La inflación es una amenaza y el único remedio efectivo es más inversión y aumento de la productividad", señaló Rake en una entrevista concedida al diario Ámbito Financiero.

El británico dijo que para septiembre habrá en Buenos Aires una reunión de los socios de KPMG.

Sigue "habiendo temas que habrá que atender". "Si se estabiliza la situación económica, las inversiones directas regresarán. Nosotros también tenemos una perspectiva de largo plazo".

"Hay muchas empresas muy preocupadas por algunas medidas oficiales", señaló Rake y agregó que "en general las empresas quieren reglas claras".

En este sentido, el ejecutivo fue muy claro: "La Argentina tiene impuestos indirectos altos. Un impuesto claro y sencillo es más fácil de recaudar. Los impuestos a la riqueza son siempre negativos en lo que hace a la inversión y a la creación de empleos".

Además, Rake destacó el potencial que tiene el país para generar condiciones para mantener la competitividad, pero advirtió: "Si se disparan la inflación y los costos salariales, se corre el riesgo de perder eso (la competitividad) en la sustitución de importaciones y frente a los mercados externos. Por eso habrá que ver si el país seguirá siendo competitivo sin devaluar más".

Claro, que costará mucho trabajo, y mucho cambio atraer nuevas inversiones. O más bien, cambiar la tendencia. Hasta el momento solo atendemos a las partidas.

Es que la Argentina sigue relegada como país elegido para invertir, incluso debajo de Chile, Brasil, México y hasta El Salvador, según el ranking mundial (entre 82 naciones) sobre clima de inversiones que elabora el grupo editorial británico The Economist, que la ubicó en el puesto 57° para el período entre 2006-2010 (que no debería sorprender, claro).

Si bien el país se mantuvo en esa posición en el último año, sólo está por encima de Perú, República Dominicana, Ecuador, Venezuela y Cuba en las preferencias de los inversores cuando eligen dónde colocar su dinero. Obvio, atentan contra el ingreso de capitales la inestabilidad política, la falta de competencia y necesarias reformas profundas de la economía.

Basta de consuelo que la Argentina mantuvo su posición, a diferencia de lo ocurrido con la mayoría de los países latinoamericanos analizados, que han retrocedido. El ranking tiene en cuenta más de noventa factores, entre ellos, su contexto político y su estabilidad.

En la región, el primer lugar lo ocupa Chile, que igualmente desciende del puesto 20 al 22; seguido por México, que baja del 40 al 42; y Brasil, que retrocede del 42 al 45. Luego se encuentra Costa Rica, que ocupa el puesto 49; Colombia, en el 55; y El Salvador, en el 56; todos superando a la Argentina.

De esta manera, en el continente, nuestro país sólo está por encima de Perú (59), República Dominicana (66), Ecuador (72), Venezuela (77) y Cuba (81).

En la punta de la tabla, como el país con mejor clima empresarial del mundo, fue elegido Dinamarca. El segundo lugar del ranking lo ocupa Finlandia, seguido por Canadá, Singapur, Holanda, Irlanda, el Reino Unido y USA.

La división de análisis de The Economist, la Economist Intelligence Unit, atribuye el descenso de las economías latinoamericanas en gran medida a la falta de "entusiasmo" de las empresas para volcar capitales en la región. La inversión extranjera "será más selectiva que antes debido al desencanto percibido en la zona con muchas de las reformas liberales", informó.

Asimismo, añadió que la falta de competitividad es un "problema creciente" en estas economías y que "muchos de los países se enfrentan a posiciones políticas complicadas que no permitirán fácilmente las reformas".

El ranking sobre clima empresarial abarca a las 82 mayores economías del mundo, que reúnen más de 98% de la producción global. En su estudio tiene en cuenta las oportunidades del mercado en esos países, el contexto político y la estabilidad macroeconómica. También toma en consideración las políticas hacia las empresas privadas, el sistema fiscal, el mercado de trabajo y el desarrollo de la infraestructura.

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