Inevitable crisis del 'modelo bolivariano'

La Revolución Boliviariana es una estafa, de acuerdo a lo que presenta la siguiente investigación. En verdad, oculta un atraso feroz y sería importante que los argentinos que la defienden expliquen con fundamentos por qué lo hacen. Aquí las explicaciones acerca de por qué se cuestiona a semejante experiencia.

La estabilidad de Hugo Chávez en el poder está cada vez más amenazada por los desórdenes y la corrupción, que aumentan sin cesar paralelamente a la incapacidad de su Gobierno para proveer los bienes públicos esenciales.

Ese caos es lo que está llevándolo hacia modelos de conducta como los que hoy se observan en Nigeria, el mayor ejemplo mundial de un Estado petrolífero en bancarrota.

En el año 2005, aprovechando el aumento de los precios del crudo, Chávez emprendió una serie de iniciativas destinadas a consolidar su "revolución bolivariana" y se dedicó a predicar un "socialismo para el siglo XXI" y a extender con agresividad su influencia en Latinoamérica.

A Chávez se le critica cada vez más por dedicarse demasiado a difundir su revolución en el extranjero y olvidarse de los problemas de Venezuela.

Chávez elaboró una audaz estrategia contra una supuesta trama de USA para invadir Venezuela y un plan de la CIA para asesinarle. Chávez inició una purga sistemática de todos los oficiales sospechosos de deslealtad. La nueva Ley de Fuerzas Armadas sitúa a todas las tropas regulares y a una nueva reserva civil de 2,6 millones de voluntarios bajo el mando operativo del presidente en tres posibles casos:

> la defensa frente a una invasión estadounidense, con tácticas guerrilleras "asimétricas",

> un conflicto con Colombia, y

> un levantamiento interior.

Chávez ha creado grupos militares de élite que dependen personalmente de él, al margen de las fuerzas de seguridad regulares.

Ha realizado encargos a proveedores extranjeros de armas para superar las malas condiciones operativas de los 82.000 miembros del ejército, que sufren escasez de uniformes, botas, cascos, chalecos antibalas, alimentos, camiones y munición.

Ha encargado 100.000 fusiles de asalto y una flota de helicópteros de transporte y de ataque a Rusia, cazabombarderos de turbopropulsión avanzada a Brasil y patrulleras a las que puede instalarse misiles y aviones militares de transporte a España.

Una de las ventajas de Chávez entre todos los altibajos de su turbulenta carrera política es que sus adversarios siempre le han subestimado. Además, los líderes de la oposición tienen escaso contacto con las masas de pobres, el sector de la población en el que Chávez está tratando de construir su base política mediante generosas inversiones en proyectos sociales.

No obstante, los esfuerzos de Chávez para crear una base popular sólida se han visto perjudicados por acontecimientos recientes que han aumentado su vulnerabilidad en cuestión de

> legitimidad política,

> desmoronamiento de las infraestructuras y

> corrupción:

Las elecciones de diciembre en las que Chávez obtuvo el control absoluto de la Asamblea Nacional estuvieron viciadas por una abstención del 75% de los votantes inscritos, que pone en duda la legitimidad de su mandato. Parte de la abstención se debió a las sospechas de que el sistema de voto electrónico permitía al Gobierno averiguar cómo votaba la gente y por desconfianza frente al control oficial de la Comisión Electoral Nacional (CEN).

Pero más grave para la cotidianeidas de los venezolanos fue lo ocurrido en enero de 2006: el cierre de la superautopista que era el único enlace entre Caracas, la capital, a 1.000 metros de altura y con 4,5 millones de habitantes, y el puerto de La Guaira, y el aeropuerto principal de Venezuela, Maiquetía.

La autopista, con dos túneles y tres viaductos, fue uno de los proyectos de prestigio del dictador Marcos Pérez Jiménez (1948-1958). El cierre se debió a la amenaza de derrumbe del viaducto más próximo a Caracas, por encima de un enorme barranco, dentro de los 17 kilómetros de escarpado descenso hacia la costa del Caribe. Los grandes pilares que sostenían el viaducto habían cedido y se habían agrietado debido a la presión de los movimientos de tierra causados por décadas de filtración de aguas residuales procedentes de los ranchos, las chabolas que llenan las colinas a ambos lados de la autopista.

El peligro que amenazaba a la autopista se detectó por primera vez en 1987. Desde entonces, es un problema que han abordado, en los 5 últimos Gobiernos, 18 ministros de Infraestructuras; Chávez ha tenido 6 en los 7 años que lleva en el poder.

Ni las 2 comisiones ni los 3 procesos de subasta pública, con propuestas de varias empresas de ingeniería y construcción, han dado ningún resultado, en un clima de intensa rivalidad e intriga. Mientras tanto, la autopista era cada vez más peligrosa, debido a las fallas de la iluminación pública y los frecuentes atracos a mano armada que sufrían los viajeros nocturnos. La única ruta alternativa es la vieja carretera Caracas-La Guaira, en la que hay que superar curvas cerradísimas, corrimientos de tierra y bandoleros.

Fue un símbolo de la absoluta incapacidad del Gobierno de Chávez para completar un solo proyecto importante. Pese al precio del petróleo, el país está cayéndose a pedazos, y la economía sufre daños estructurales de largo alcance.

El cierre de la autopista es un síntoma del abandono generalizado de infraestructuras básicas como las autopistas, los puentes, los puertos y la red eléctrica.

Al mismo tiempo que la infraestructura de Venezuela se echa a perder, Chávez utiliza los ingresos por petróleo para hacer gestos espectaculares como la compra de bonos del Gobierno argentino.

Mientras tanto, Chávez no asegura el abastecimiento básico de los hospitales públicos de Venezuela. En el centro de salud pública Leonardo Ruiz Pineda, situado en las viviendas públicas 23 de enero de Caracas -una zona de apoyo popular a Chávez-, no hay placas de rayos X, ni sustancias químicas para los análisis de laboratorio, ni palillos de madera para examinar la garganta, ni medicinas. Hay 40 empleados que sólo ven a 50 pacientes diarios.

Los 20.000 médicos y entrenadores deportivos cubanos que viven y trabajan en comunidades pobres gracias al programa 'Barrio Adentro' han tenido un enorme efecto propagandístico, tanto dentro como fuera de Venezuela. Pero esos médicos cubanos están preparados sólo para hacerse cargo de los achaques más simples. Los pacientes con enfermedades o lesiones más graves tienen que incorporarse a las largas listas de espera de los hospitales públicos.

Venezuela tiene el índice más elevado de asesinatos con arma de fuego por 100.000 habitantes de 57 países estudiados por la Unesco, por encima de Brasil. El número de asesinatos se triplicó en los 10 años anteriores a 2003; a partir de ese año, el Gobierno dejó de publicar las estadísticas sobre homicidios.

El declive del sistema de salud pública de Venezuela se remonta a hace cuatro décadas. El gasto en salud pública pasó de US$ 175 per cápita en 1978 a US$ 60 per cápita en 1987. Y a todo eso hubo que añadir la corrupción. Se pagaron salarios a empleados inexistentes, mientra los líderes sindicales firmaban recibos por artículos vendidos a precios inflados y nunca entregados. Nada de esto ha sido revisado.

Pero el símbolo más llamativo del deterioro de la administración pública en Venezuela es el que constituyen las torres gemelas del Centro Simón Bolívar, otro proyecto gigantesco de la dictadura de Pérez Jiménez, que albergaba varios ministerios y era un elemento fundamental del paisaje de Caracas en los años '50 y '60.

Las torres cayeron en ruinas.

El desorden que se extiende por Venezuela, tanto en el Gobierno como en la sociedad, está perjudicando a la industria del petróleo, el soporte fundamental del sistema político y la principal esperanza de poderse recuperar de décadas de pobreza arraigada.

Las repercusiones del declive de la industria petrolera venezolana están enmascaradas por los elevados precios actuales y los gestos políticos del presidente Hugo Chávez. En los casi 7 años (rumbo a 8) desde que Chávez fue elegido, en 1998, PDVSA ha tenido 6 presidentes; en ese mismo periodo, la producción ha descendido un 22%.

En este contexto ocurre el anuncio de expropiación de inmuebles en alquiler. Un país millonario que podría tener un plan de obras públicas importante, termina en un anuncio de expropiación de lo ya construido.

La Alcaldía Mayor de Caracas anunció la expropiación de inmuebles en alquiler en la capital, luego de que el presidente Hugo Chávez amenazara el domingo con expropiar o regular los precios de viviendas secundarias para enfrentar un agudo déficit habitacional en Venezuela.

El alcalde capitalino Juan Barreto anunció que serán expropiados los edificios de entre 10 a 30 años de construcción, cuyos precios han sido cancelados más de cinco veces de su valor con la suma de los alquileres por los arrendatarios.

"Creemos que el negocio del alquiler es válido, pero no puede ser eterno porque entonces se convierte en usurería. Pagas y pagas cuotas, no te lo venden nunca, y después que pasas años con él y le haces arreglos, el dueño te lo pide", explicó el intendente municipal.

La alcaldía pretende expropiar "casi 400 inmuebles en alquiler" en Caracas para que sus inquilinos puedan adquirirlos con facilidades de pago, señaló.

La alcaldía ya expropió 7 edificios en una parroquia al sur caraqueño "por solicitud de los propios vecinos", recordó.

El anuncio del alcalde se efectúa después de que Chávez instara a su ministro de Vivienda, Luis Figueroa, a expropiar viviendas cuyos dueños las utilicen "para alquilarlas, venderlas bien caras o engordarlas" y no quieran venderla a los precios regulados por el gobierno.

"Le aplicamos un decreto de expropiación por causa de utilidad pública y le pagamos lo que vale de verdad la vivienda", dijo Chávez en su programa radiotelevisado 'Aló, Presidente'.

El déficit habitacional en Venezuela es de más de 1,6 millón de viviendas, según la cámara de la construcción local, que sostiene que para paliar el problema es necesario construir 180.000 unidades al año durante 15 años

Una propuesta de los partidarios del presidente Hugo Chávez que apunta a proteger a aquellos arrendatarios incapaces de comprar viviendas, acentuaría la escasez habitacional en lugar de ayudar a resolver el problema, advirtió el mayor gremio empresarial de Venezuela.

José Luis Betancourt, presidente de la Federación de Cámaras de Venezuela (Fedecámaras), dijo que la inversión privada en el sector de la construcción de viviendas se desplomaría si el gobierno apoya la propuesta del alcalde mayor de Caracas, Juan Barreto.

"El sector privado reitera que tiene toda la intención y quiere seguir invirtiendo, trabajando en el país, pero necesita que el marco de ello se cree un clima adecuado y que no se irrespete los derechos de los ciudadanos", indicó el líder empresarial a la televisora Globovisión.

"El afectar la propiedad en Venezuela, es afectar el interés social... quienes han impulsado la evolución inmobiliaria, necesitan que haya respeto y que haya un marco jurídico en donde no se le afecte su derecho", agregó.

El gobierno construyó el año pasado 41.500 viviendas, cifra que está muy por debajo de la meta trazada que era de 100.000 casas por año.

En las montañas que rodean Caracas se alzan barriadas pobres con viviendas inestables. Fuertes lluvias y deslaves arrastran con frecuencia algunas viviendas y dejan cientos de personas sin hogar.

El presidente Chávez prometió ahora construir unas 150.000 casas para los pobres este año, con el fin de enfrentar el déficit habitacional.
El mandatario agregó que su administración construyó 15.921 viviendas en el 1er. trimestre de 2006.

Chávez, que buscará la reelección en diciembre, dice que la solución de la crisis habitacional es uno de los principales objetivos de su "revolución" socialista

Hace un siglo, antes del petróleo, los 2,4 millones de habitantes que tenía entonces Venezuela habitaban en un 85% en zonas rurales y trabajaban como comuneros, con parcelas de subsistencia, o como peones en los latifundios.

Venezuela había perdido casi el 40% de su población en las guerras latinoamericanas de independencia (1811-1824) y estaba agotado y desmoralizado por un siglo de levantamientos regionales, guerras civiles y dictaduras.

El presidente de USA, Theodore Roosevelt, había llamado al presidente venezolano, Cipriano Castro, un "monito indescriptiblemente malvado", y buques británicos y alemanes se disponían a bloquear los puertos venezolanos para cobrar deudas impagadas. Todo cambió el 14 de diciembre de 1922, cuando Shell perforó Los Barrosos número 2, debajo de la cuenca del lago Maracaibo, y halló un pozo que escupía del orden de 100.000 barriles diarios.

En 1929, Venezuela pasó a ser el 1er. exportador mundial de petróleo, y siguió siéndolo durante 4 décadas.

Cuando el Gobierno de Eisenhower dictó cuotas de importación de crudo para proteger a los productores estadounidenses, se creó un exceso mundial de oferta que obligó a Venezuela a vender su petróleo a US$ 1,40 el barril en 1959, cuando un volumen semejante de agua mineral se vendía por US$ 5.

El superávit mundial empujó a Juan Pablo Pérez Alfonzo, el sabio y austero ministro de Petróleo de Venezuela, a viajar por los países productores de Oriente Próximo y el norte de África para formar la OPEP.

Hoy día, en contraste con la vida rural de hace un siglo, el 90% de la población venezolana vive en pueblos y ciudades y depende en gran medida de una industria petrolera en declive que produce la mayor parte de las exportaciones y los ingresos oficiales por petróleo, pero da trabajo a muy poca gente.

"Para mantener la producción en su nivel actual, Venezuela debe invertir US$ 4.000 millones al año. Pero PDVSA no está cumpliendo los objetivos inversores, mientras que dedica US$ 4.000 millones anuales a proyectos sociales. Acaba de publicar un plan de inversiones a 5 años que es totalmente iluso", dicen en Caracas.

Y aún así los programas sociales son endebles, insuficientes y plagados de corrupción.

Sin tener en cuenta los problemas económicos, técnicos y de mano de obra de la industria venezolana del petróleo, Chávez ha hecho la osada propuesta de construir un gasoducto de US$ 20.000 millones, Gasur, a lo largo de 8.000 kilómetros, desde Venezuela hasta la Argentina, que prevé tener que importar necesariamente sus provisiones de gas antes de 10 años.

Gasur atravesaría todo el territorio de Brasil, con ramales que abastecerían a las ciudades de Amazonia y el noreste del país. Los Gobiernos brasileño y argentino han aceptado la propuesta de Chávez, un viejo sueño de los ingenieros que siempre se ha considerado poco práctico y para el que aún no se dispone de estudios de viabilidad.

Un experto venezolano destaca que los ingenieros tendrían que hacer frente a una estación lluviosa de 8 meses en diversas áreas de Amazonia, y que el gasoducto tendría que atravesar numerosos ríos, torrentes y pantanos. Dado que las inundaciones estacionales suelen alcanzar hasta 12 metros de altura, dice, sería difícil contar con rutas de acceso a todo el recorrido para poder realizar labores de mantenimiento.

El costo del gas llegado a Argentina mediante Gasur, incluido el transporte, sería de US$ 134 por barril de combustible, mucho más que el costo de otras alternativas, como la de importar más gas de Bolivia o construir barcos especiales e instalaciones industriales para la importación de gas natural licuado (lng) de Venezuela a la Argentina.

La propuesta de Chávez sobre Gasur se basa en los 4,27 billones de metros cúbicos demostrados de gas natural que posee Venezuela, la mayor reserva de Sudamérica y la novena del mundo. Sin embargo, el 90% de esas reservas está asociado a depósitos de petróleo.

El 70% de la producción actual de gas se reutiliza en los trabajos para mantener la presión en los depósitos. Hasta ahora, Venezuela ha explorado muy poco la existencia de gas que no esté asociado, y hoy dispone de tan poco gas utilizable que la producción de crudo en los viejos campos que rodean el lago Maracaibo está disminuyendo rápidamente por la falta de gas para inyectar en los depósitos.

Además, Pequiven, la filial petroquímica de PDVSA, ha anunciado su propio plan de expansión por un valor de US$ 26.000 millones, a pesar de que no tiene suficientes reservas para alimentar su producción actual. Si las exploraciones marinas que realizan en la actualidad Chevron y la compañía noruega Statoil son positivas, es posible que Venezuela tenga a su disposición gas apenas suficiente para cubrir la escasez actual en su mercado interno. Existen negociaciones bilaterales para construir un gasoducto que permita importar gas de Colombia.

Venezuela tiene varias perspectivas para incrementar su producción de petróleo y gas. Su recurso más espectacular es el de los aproximadamente 700.000 millones de barriles de crudo extra pesado, una de las mayores concentraciones mundiales de hidrocarburos, que se encuentran bajo una amplia franja de sabana al norte del río Orinoco.

La región, en otro tiempo denominada La Faja de Alquitrán del Orinoco pero cuyo nombre pasó a ser después Faja de Petróleo del Orinoco, produjo 570.000 bd de crudo mejorado en 2004, gracias a las recientes innovaciones tecnológicas incluidas en un plan de inversión de US$ 13.000 millones realizado en los años '90 por PDVSA y empresas extranjeras como Conoco-Phillips, Exxon-Mobil y Statoil. Estas operadoras lograron hacer crudo sintético entre medio y ligero a base de quitar átomos a moléculas de betún y, en algunos casos, añadir hidrógeno.

La newsletter VenEconomy Monthly escribió: "Se calcula que la Faja del Orinoco [la Faja] contiene 1,2 billón de barriles de porquería, lo que antes se llamaba betún pero ahora se denomina crudos extra pesados. De ellos, se cree que es posible recuperar alrededor del 22% con la tecnología actual. Se confía en que otras tecnologías nuevas (diluyentes, sistemas de extracción a base de fuego, etcétera) permitan aumentar significativamente los índices de recuperación. No obstante, ese 22% representa aproximadamente 264.000 millones de barriles, suficiente para permitir la producción de 10 millones de bd durante más de 70 años".

En vez de hacer una gran inversión en el Orinoco para garantizar la producción durante las próximas décadas, PDVSA ha firmado contratos con empresas petrolíferas estatales de otros países -Petrobrás, la iraní Pterosaur, la india ONOC, la rusa Gasport y la Corporación Nacional China de Petróleo (CNPC)- para medir y aumentar las reservas demostradas de la Faja. Ninguna de estas empresas posee experiencia previa en crudos extra pesados. Está por ver cuántos recursos técnicos y financieros se dedicarán a la futura producción de Venezuela.

Chávez encaja en los estereotipos arcaicos de Latinoamérica, habla una jerga de líder estudiantil y actúa como un dictador militar, con todos los adornos populistas que hemos visto en otras ocasiones pasadas.

Sin embargo, hay argentinos que dicen admirar la Revolución Bolivariana, con un optimismo similar al que dicen sentir por la Revolución Cubana. Resultaría interesante conocer algún fundamento sólido de su elogio, para conocer mejor qué le pasa a la sociedad argentina.

Dejá tu comentario