Si Gualeguaychú es un aperitivo del 25, entonces no hay impostores

¿Cómo se explica la presencia de gobernadores como Felipe Solá (Buenos Aires), Arturo Colombi (Corrientes), José Alperovich (Tucumán), entre otros, en el acto convocado por Néstor Kirchner en Gualeguaychú? Claros 'impostores en materia ambiental', según algunas definiciones. Simplemente, entendiendo que Gualeguaychú es hoy una prueba política del poder de convocatoria del presidente antes del acto clave de 25. Entonces, las incoherencias se desvanecen.

Cuando Néstor Kirchner convocó a los gobernadores en Gualeguaychú, el Gobernador de Tucumán, Jose Alperovich, confirmó casi de inmediato su asistencia.
Lo que no develó fue su particular interés para asistir. Es que según cuenta el sitio Primera Fuente, será un infiltrado en el acto porque es un "impostor en materia ambiental".
"Expulsó de nuestro máximo organismo ambiental (el CPEA, Consejo Provincial de Economía y Ambiente) como Ministro de Economía del ex gobernador Julio Miranda, a ONG ambientalistas y colegios profesionales para lograr un objetivo largamente acariciado por su codicia: el medio ambiente y los recursos naturales ya no son propiedad de la sociedad como manda la ley, sino del gobierno de turno", publica el sitio.
De esta manera, viola la ley ambiental 6.253 restándole competencia decisoria al CPEA en la minería, la explotación más contaminante. "Vetó proyecto de ley ambiental para posibilitar la utilización del arsénico y mercurio en minería, cuya infiltración en napas subterráneas importará la muerte productiva y social de nuestro pueblo: todas las ciudades del pedemonte tucumano viven exclusivamente de agua subterránea. Dio 20 años de plazo a los cañeros para que dejen de quemar su caña, siendo un delito del Código Penal: las cenizas lesionan córnea y pulmones, provocando asma y alergias invalidantes, especialmente en nuestros niños".
"Los ingenios azucareros siguen contaminando el ambiente, pese a vencerse el plazo otorgado por ley para que implanten filtros adecuados", finaliza luego de manifestar la "indignación" por el doble discurso de Alperovich que dice "solidarizarse con nuestros comprovincianos afectados por las papeleras uruguayas, mientras tolera y tutela normativamennte la insoportable polución ambiental de nuestra provincia, cuyos niveles superan largamente lo admitido por organismos mundiales de la salud". 
Pero si de impostores hay que hablar, no sería justo citar solo el caso del mandatario tucumano.
La presencia del correntino Arturo Colombi en Gualeguaychú también habla de la delgada línea de coherencia de los funcionarios, y también de hasta qué punto las administraciones provinciales están sometidas a las decisiones del santacruceño.
"Un acérrimo defensor de la instalación de las industrias de la madera en la provincia de Corrientes, que marcó diferencias, junto al diputado nacional, Ricardo Colombi, incluso con sus socios en el gobierno, ejemplo: Eduardo Galantini, estará mañana haciendo ondear la bandera contraria a aquello que había sostenido públicamente en la provincia", publica CorrientesNoticias.
Y agrega: "Hasta los asambleístas de Gualeguaychú que por un año mantuvieron cerrado el paso hacia Fray Bentos, en Uruguay, comenzaron los preparativos para hacerle entender al mandatario correntino (que los medios de la provincia de Entre Ríos hacían polemizar con Jorge Busti) que estaba equivocado cuando impulsaba la instalación de papeleras en esta provincia".
Tan evidente es la contradicción en la que cae el gobernador correntino, dice el sitio, que ya tuvo que ensayar algunas fórmulas para interpretar la postura del Néstor Kirchner con respecto a las pasteras uruguayas.
"El presidente de la Nación no está en contra de las papeleras sino de la contaminación", se defendió Arturo Colombi, sin explicar que tanto el gobierno de Uruguay, como otros organismos internacionales e incluso Finlandia y claro, las empresas que están instalándose ya expresaron que los estudios realizados determinan que no hay riesgo grave de contaminación.
La tarea será dificilísima para el correntino que tendrá que traducir ese mensaje para aquello potenciales inversores que los están observando, sobre todo, tendiendo en cuenta la reciente visita a Chile, donde paradójicamente, fue a buscar inversiones del tipo que mañana va a cuestionar con su presencia.
¿Alguien puede creer que si empresarios chilenos decidieran instalarse en la provincia con una industria del tipo de las pasteras uruguayas presentarán garantías diferentes o superiores a lo que hicieron Botnia y ENCE en el país vecino?
Pocas dudas quedan entonces, que la presencia de Arturo Colombi en Gualeguaychú se relaciona exclusivamente con el cumplimiento del compromiso para con Néstor Kirchner, haciéndole sentir que Corrientes sigue siendo un aliado político, aunque pague los altos costos por ello ante potenciales inversores que hace poco tiempo fueron visitados.
 
Es que, tal como afirma también el diario La República, "es de público conocimiento el interés correntino por atraer capital chileno para que en un mediano plazo se pueda levantar una planta de celulosa en Corrientes".
Por otra parte, desde la localidad entrerriana de Gualeguaychú también se ha criticado mucho a Corrientes ya desde la gestión de Gobierno anterior que conducía Ricardo Colombi, por el interés en las plantas de celulosa en pleno conflicto con Uruguay.
Es por eso que hoy, según informa La República, miembros de la Asamblea Ambientalista de la ciudad entrerriana y legisladores de esa provincia podrían emitir -tal como se rumoreaba ayer por la tarde en algunos medios de Entre Ríos- un mensaje (indirecto pero duro), para Colombi y su par misionero Carlos Rovira, quienes hace tiempo manifiestan su intensión de que las inversiones foresto-industriales tendrán lugar en Corrientes y Misiones.
En la provincia de Misiones, además, hay por lo menos seis papeleras en funcionamiento con tecnología anacrónica.
Sin embargo, las incoherencias y los 'impostores' dejan de serlo cuando se entiende que el acto que tiene lugar hoy en Gualeguaychú, es uno de los actos proselitistas más importantes de Néstor Kirchner en vistas a las elecciones del año próximo.
Tal como publicó el sitio La Calle On-line, "la excusa será el tema de las papeleras y la necesidad de unir todo el arco político detrás de la acción que se interpondrá ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Lo que todos silencian, como si en realidad la política fuera 'el arte de mentir', es que si la situación con el Uruguay llegó hasta aquí fue por la impericia e improvisación de la gestión de este Presidente".
Afirma el sitio en su editorial "Han dispuesto feriado en la provincia para permitir que se trasladen todos aquéllos que de alguna manera serán movilizados. La pregunta que deberían haberse hecho todos los que se mueven detrás de esto es la de si en algo contribuye este acto a la solución del conflicto. La respuesta obviamente es que no. El Uruguay mirará el acto como un acto partidario, que en realidad lo es. Nada modificará su política y ellos retrucarán de alguna manera. No estaremos más cerca de nada, sólo más próximos a la agudización del desencuentro. A las imprudencias cometidas por Kirchner y sus ministros durante este proceso se le agrega ésta, que es otra más de las que todavía nos toca sufrir a los argentinos".
Sin embargo, los políticos si supieron guardar la verdad. "Y esta es que de parte de las autoridades argentinas ha habido un cúmulo de errores tan grande que ello permitió que todo llegara hasta aquí. Claro, al que se atreva a decirlo no le llegarán los fondos del Gobierno Nacional, será tenido como opositor y hasta se lo mirará como 'vendido al imperialismo uruguayo'".
Así son las reglas de la Argentina K, donde el personalismo es la regla.
"Lo real" dice el editorial "es que solo es un acto proselitista donde el presidente Kirchner aparece como abanderado de una causa que, en realidad, nunca debió haber existido de no ser por su culpa".
En tanto, para los hombres de la Casa Rosada dados a la tarea de organizar el acto del 25 de mayo, en el que Kirchner aspira dar el puntapié inicial para la construcción de una gran fuerza política propia a nivel nacional, "la concentración de hoy será un aperitivo de lo que puede ocurrir en la fecha patria", según el diario la La Nueva Provincia.
El matutino rescata el siguiente dato: los organizadores nacionales y entrerrianos del acto de hoy calculan una asistencia de unas cien mil personas y de no menos de una docena y media de gobernadores, entre peronistas y radicales, además de las más altas autoridades políticas del Poder Ejecutivo y del Congreso. Esa cifra, según los organizadores de la Plaza de la Esperanza, como la llaman ahora, "deberá quedar chica" a la hora de contar quienes asistan al homenaje a Kirchner en la Plaza de Mayo. "Tenemos que juntar el doble largo de esa cantidad que irá a Gualeguaychú", decían ayer cerca de Carlos Zannini.
O sea, Gualeguaychú es hoy una prueba política del poder de convocatoria del presidente antes que una protesta.    
Y en efecto, esa visión de un acto político fue lo que decidió al gobernador neuquino, Jorge Sobisch, a declinar la invitación personal que le formuló el lunes el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Lo concreto es que, mientras el entrerriano Jorge Busti se entusiasma hasta el éxtasis con el espaldarazo a su figura que significará hoy la presencia de Kirchner en Gualeguaychú, "muy lejos de esas tierras, más precisamente en altos despachos de la Casa Rosada, se aprestan a medir la demostración con ojos mucho menos dirigidos hacia Uruguay o la pelea con Tabaré Vázquez, y mucho más hacia lo que esta demostración de convocatoria política del santacruceño pueda permitirles orejear con optimismo las cartas mayores que se jugarán en el acto del 25 de mayo", afirma el diario bahiense La Nueva Provincia.
Pocos creen además, en la preocupación ambiental del Gobierno, y menos los propios entrerrianos.
El 28 de abril pasado, en el blog Bustismos ("Un espacio oriental dedicado a escrachar las incoherencias del gobierno argentino) expresaba un entrerriano su indignación:
"(...) El gobierno argentino acusa a Uruguay de violación del Estatuto del Río Uruguay (controlado por la CARU), mientras la propia Argentina lo ha venido violando sistemáticamente desde el mismo día en que se firmó el tratado. El río Uruguay está siendo gravemente afectado por la industria argentina, no sólo las instaladas en la costa argentina, sino también por la altísima contaminación proveniente del río Paraná. Además, Argentina está violando los tratados que protegen el Río de La Plata (controlado por la CARP). Y el problema no es sólo con nuestro país, Paraguay ha denunciado que las plantas de celulosa instaladas en la provincia de Misiones están contaminando el río Paraná, un río protegido por tratados firmados por Paraguay y Argentina.
A los asambleístas K no les importa si en todo el territorio argentino hay contaminación o no. Tampoco les importa si en su propia provincia existen cientos de industrias que no respetan las normas medioambientales. Incluso, no les importa si en su propia ciudad hay un polo industrial, llamado Parque Industrial de Gualeguaychú, con decenas de fábricas instaladas y funcionando, muchas de ellas utilizando o produciendo productos altamente tóxicos y contaminantes.
¿Entonces? La verdad no está en un planteo ambientalista, porque rompe los ojos que el gobierno argentino no respeta (ni hace respetar) las normas medioambientales y los asambleístas de Entre Ríos, más allá de las buenas intenciones de algunos, no tienen idea de lo que significan los movimientos ecologistas.
La verdad se encuentra en una mezcla de varios ingredientes, la mayoría de ellos políticos y económicos, sumados a una total falta de fuerza del gobierno argentino a la hora de obligar a un grupo de prepotentes a que respeten las normas y las leyes.
Como si la incoherencia no fuera suficiente y el conflicto entre ambos países no estuviera ya al rojo vivo, el presidente Néstor Kirchner sigue echando leña al fuego, intentando que el objetivo primordial de los asambleístas K, nacionalizar el conflicto contra Uruguay, se cumpla.
(...)
Néstor Kirchner invitó a ese acto político justicialista a todos los gobernadores provinciales de Argentina. ¿Será tal la incoherencia argentina que tendremos que ver, protestando contra las plantas de celulosa de Uruguay, a los gobernadores de Buenos Aires, Corrientes o Misiones, donde bajo su juridicción se han instalado (y están funcionando) varias plantas de celulosa obsoletas y denunciadas innumerables veces por contaminación del medio ambiente, ya que ninguna respeta las normas medioambientales y varias de ellas aún utilizan cloro elemental?
En mi opinión, viendo al gobernador entrerriano oponerse tenazmente a las plantas de celulosa de Uruguay, mientas en su propia provincia está instalada la planta de celulosa IBY (ya denunciada por contaminación ambiental), estimo que el próximo viernes los orientales seremos testigos de otra muestra más de la incoherencia de los políticos argentinos".
El concejal de Parána, Aldo Bachetti (Concertación Entrerriana) también manifestó que el acto en Gualeguaychú "se trata de una sobreactuación que raya con la hipocresía". 
En declaraciones realizadas ayer a APF, dijo que "lo de este viernes se va a transformar en un acto del PJ, que deberemos pagar todos los entrerrianos, ya que habrá un gran gasto para movilizar gente y se llevará en colectivos a gente que no sabrá a qué va a ir".
"Considero que institucionalmente es importante pero creo que hubiese bastado con la presencia del presidente de la Nación y del canciller. El resto está demás", aseveró.
"Creo que el viernes habrá una sobreactuación de todos los se van a subir al palco con el Presidente, ya que el 90% de los gobernadores e intendentes no tienen políticas ambientales en sus propias provincias y localidades. Incluso estarán presentes gobernadores que estuvieron en contra de la Asamblea y de su lucha, como Felipe Solá (Buenos Aires), Arturo Colombi (Corrientes) y Carlos Rovira (Misiones)".
"Todos van a ir por mera conveniencia". Y lamentablemente, eso es lo único que explica la incohencia de los mandatarios.

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