'La misión de Google es organizar la información del mundo'

Un mundo nuevo para lectores, autores y editoriales y bibliotecas. En coincidencia con la Feria del libro, el italiano Marco Marinucci llegó a Buenos Aires para exponer las bondades de Google Book Search -GBS. ''Trabajamos con editores y bibliotecas para digitalizar libros y que se puedan realizar búsquedas de ellos a través de Internet'', explicó.

(Especial para La Bitácora) Dijo que el 60 por ciento de los libros del mundo están descatalogados o fuera de circulación y que a la mayoría de ellos sólo se los puede encontrar buscando en los anaqueles de las bibliotecas. ''La forma en que se leen los libros no va a variar mucho, sí va cambiar el modelo de negocios, que será digital''. Ya tienen 12 mil editoriales asociadas, 350 millones de usuarios y convenios para colocar online las colecciones de Harvard, Stanford, Oxford y hasta la Biblioteca pública de Nueva York. El futuro de la palabra escrita, entre el papel y los bits.
¿Qué encuentra hoy el usuario de Internet en la GBS?
Si alguien busca un libro le mostramos lo más importante de este libro, una página junto a las dos que la anteceden y a las dos que le siguen. Le mostramos a uno de nuestros 350 millones de usuarios un escaparate pequeño del libro. Y a eso le agregamos toda la información de dónde se puede comprar: el sitio de la editorial o todo posible punto de venta. Mostramos la información que sea relevante según sea el lugar desde el que se conecte el usuario.
¿Participan de las ganancias?
No, es gratuito para las editoriales que ponen los libros de manera gratuita, gratuito para los puntos de venta que nosotros mostramos automáticamente en la columna izquierda del sitio. Si a un usuario le interesa lo que leyó en esta breve muestra del libro que nosotros le ofrecemos, irá y lo comprará en el punto de venta que elija, ya sea Cúspide, Amazon, o cualquier otro. Nosotros no cobramos por ese servicio. La idea de esta primera parte del proyecto es esa, hacemos comunicación y marketing gratuito para las editoriales y por supuesto para los autores que también se ven beneficiados.
¿Y cómo financian el proyecto?
Lo hacemos porque tenemos una situación financiera favorable. Es un proyecto central. No podemos hablar de números pero estamos invirtiendo muchísimo. El 80 por ciento de la información relevante no está en Google, está en el mundo offline. Lo vemos, cada vez más, las búsquedas de Google arrojan respuestas con información sobre libros entre los resultados. Y esto es muy relevante.
¿Qué sucede con los libros de dominio público que digitaliza Google?
Hemos sufrido muchísimos malentendidos porque es un proyecto gigantesco. Tenemos dos líneas: una para editoriales donde sólo mostramos los libros que nos proporcionan las editoriales. Es una plataforma de promoción, no tenemos los derechos sobre el contenido, vamos a mostrar sólo lo que ellos quieran. La otra línea del proyecto es el trabajo que estamos haciendo con las bibliotecas, por el que obtenemos libros de dominio público. Se pueden leer en su totalidad y se pueden realizar búsquedas sobre un mismo libro.
¿Los usuarios pueden descargarlos o imprimirlos?
En ninguno de los dos casos. No es una herramienta para leer en Internet sino para saber que lo que se está buscando existe y existe en un libro. Y que ese libro existe físicamente en tal o cual biblioteca del mundo.
Esta es la primera parte del proyecto, ¿qué viene después?
Hace tres semanas comunicamos la fase 2 de la GBS en Londres. Les ofrecemos a nuestros socios, las editoriales, la posibilidad de experimentar modelos de negocios diferentes. Por ejemplo, vender el acceso en línea a los libros que han proporcionado. Ellos eligen qué libro venderán, a qué precio y de qué modo. La idea es ser el iTunes, ofrecer una plataforma donde ellos tengan el control total, donde puedan empezar con un modelo de ventas que es el que se impone en el mundo de la música.
Y en ese punto sí comparten el beneficio económico con la editorial...
Nosotros tendremos que poner la infraestructura tecnológica, manejamos también el pago, así que si hay una compra con tarjeta de crédito, por ejemplo, cobraremos la comisión estipulada para este tipo de transacciones. Lo mismo está pasando con los videos. Pero no vamos a ser Amazon, no nos importa serlo. La misión de Google es organizar la información del mundo y ponerla de manera accesible. Nosotros ganamos en tráfico. Mientras más información de diversos canales podamos integrar, mejor será.
¿Cuál ha sido la repercusión entre las editoriales?
Hemos montado todo con ellos. Es un proyecto en el que nosotros somos la base tecnológica, con 7 mil ingenieros que pueden darle a las editoriales el plus de la tecnología. El paso más importante es que sepan que no haremos nada que ellos no nos digan.
¿Es una manera de que las editoriales se prevengan del trauma que sufre la industria musical con los P2P?
Es una plataforma que ellos pueden aprovechar. Queremos que pase lo que ha pasado con la industria discográfica ahora, no lo que sucedió primero con Napster. Queremos ofrecerles el manejo de los posibles beneficios de modelos digitales. Ellos tienen el control, vamos directamente al modelo de iTunes sin pasar por todo el rollo que vivió la música. Eso va a pasar, independientemente de que lo haga Google u otro. Es solo cuestión de tiempo. El futuro del mundo editorial esta delante de nosotros, las editoriales pueden dejarlo en manos de otros o ser parte activa de esta revolución.
¿Cuál es el paso que sigue, el futuro próximo?
Disfrutar las posibilidades del mundo digital. Bajar música desde Internet es algo que a mí me gusta. Esto es lo que se vendrá, seguramente, la posibilidad de imprimir bajo demanda en tiempo real y de manera legal. Te vas a la esquina, te tomás un café y si te gustó un libro te lo imprimen en el mismo tiempo, tal cual sucede con la fotografía digital. Aunque todavía falta que tengamos un volumen aceptable de libros en formato digital.
¿Y cómo están trabajando en eso?
Hoy por hoy las editoriales nos envían sus libros, unos pocos en formato digital y otros en soporte físico. Luego entonces viene el escaneo, que es la parte sencilla, y lo más difícil, la indexación. Entender cada palabra en chino, árabe o español y darle un valor de contexto para que pueda responder a las búsquedas que se hagan en Google. El valor agregado es que nuestro motor enseña lo que es relevante, esté en la primera o en la última página. Por eso es que digitalizamos todo el libro.
¿Cuál imagina que será el impacto de estas bibliotecas digitales en el futuro del mundo editorial?
El impacto ya lo vemos e involucra a todos. Desde el lector al autor, pasando por los agentes de los autores, la editoriales y nosotros. No creo que se pueda variar el medio en el que se leen los libros, los libros se leen en papel, tal vez el e-paper en 15 años. Pero lo que de verdad va a cambiar, y lo vamos a ver en un año, será el aprovechamiento del modelo de negocios digital, que es el mismo que el de la música.
¿Ejemplos?
Tener la posibilidad de vender por capítulos, por página. Aunque no todos los libros valen la pena de leer así. Se pueden personalizar los libros de texto, con un capítulo de uno, otro de otro y así. Lo dispones tú con los derechos que te pasan las editoriales, manejando el costo por página. Así se combate la piratería, se puede recuperar lo que hoy se está perdiendo en fotocopias por ejemplo. Las escuelas mismas pueden participar en esto.
Esto implica un cambio cultural, ¿cómo lo ven desde Google?
La manera de acceder a la información en la era digital es diferente. Las editoriales mismas están debatiendo esto. Sus competidores ya no son las otras editoriales. Su principal competencia es el acceso a Internet, el hecho de que los niños pasen el 30 por ciento de su tiempo conectados a la red. La lucha es por el tiempo de los usuarios, por el interés de los usuarios. Las estadísticas son increíbles, cambian cada año, Internet se impone a los libros y también a la TV. La pregunta es cómo dotar de interés a los libros o a parte de esto libros para que puedan competir.
¿Y qué efecto tendrá esta competencia feroz sobre la calidad de la información sobre la calidad de los libros?
Los árbitros de la calidad no son los tecnólogos ni Google, los árbitros de la calidad en materia de libros siguen siendo las editoriales. El valor de las editoriales en el año 2010 como en el 2050 tendrá que ser el arbitrio sobre la calidad y su capacidad para comunicarlo. Nosotros podemos darle sentido en el mar de información, darles la visibilidad que ahora no tienen.
¿No habrá una traslación de ese poder a los usuarios?
De hecho sí. Eso es lo que nosotros denominamos la "democracia de Google". Le da a los usuarios el poder de la masa, la información compartida con gran parte de la humanidad. Las dos cosas son importantes, es fundamental saber de dónde viene la información para conocer su relevancia y es crucial saber también qué piensa la masa de usuarios.
¿Cómo hacen para que la GSB no infrinja las leyes de los tantos países de los que se accede?
Google sale en 106 dominios del mundo y en 112 idiomas. Buscamos reglarnos por las leyes de cada lugar en el que estamos, algo que no es fácil porque claro, hay muchas diferencias entre ellos. Pero la base de datos es común. En cuanto a los libros debemos controlar que los derechos territoriales sean respetados. Cada país tiene su ley y nosotros tenemos que respetarla. Si un país tiene una lista negra de sitios que no se pueden mostrar la tenemos que respetar. No somos un Gobierno, somos una empresa y debemos manejar la información de manera legal.
¿Vamos hacia una Internet con más o menos restricciones de las que tenemos ahora?
El mundo está divido en 2, los que quieren experimentar y los que tienen miedo de lo que pueda venir. La revolución digital ha traído esto. Hay oportunidades y hay riesgos. Pasa con los libros y ha pasado con la música. Ahora hay más oportunidades para organizarse y aprovechar una infinidad de herramientas. Un ejemplo claro es cómo se van a manejar los posibles derechos digitales. En la industria editorial los autores venden derechos y pueden hacerlo de varias formas. Los convenios están cambiando. En muchos casos los derechos digitales están siendo tratados de manera diferencial. Hay derechos sobre el papel, sobre el digital y también vocales, con los llamados audiobooks.
Libros más accesibles, usuarios que los encuentran más rápido y distribución más sencilla, ¿será todo más barato?
Quién sabe. Yo espero que sí. Los CDs bajaron. Es el efecto de la era digital y de la piratería. Lo que cambia es el ciclo de producción y de distribución. Las editoriales envían libros que las librerías almacenan y que, si no venden, suelen regresar a la editorial. Eso impacta en el precio del libro. Lo que impacta es la ineficiencia. El hecho que se pueda imprimir en tiempo real y respondiendo a una demanda va a acabar con la ineficiencia.
¿Y qué sucederá con los autores, cómo evolucionará su relación con las editoriales y con sus propios lectores?
Los autores con Internet ya tienen la posibilidad de promocionar sus propios libros. Lo están haciendo y hay una dinámica de desintermediación del proceso editorial. Algunos autores que tienen una marca fuerte empiezan a incursionar en esto. Yo creo, y aquí hablo como ex editor y no como tecnólogo, que el valor de las editoriales sigue siendo el mismo. Poder arbitrar entre lo que vale y lo que no vale y poder comunicar y promocionar los libros que tiene algo que nosotros ni los autores podrán hacer. Los que mandan son los usuarios, los que eligen la marca de calidad, y la marca de calidad pasa por la infraestructura, la confianza que generan editoriales. Ese marco de calidad y de confianza no lo pueden tener los autores directamente. Y eso es bueno para nosotros, que tenemos algo confiable dentro de una marea informativa.
¿Cómo hace la palabra escrita para competir en Internet?
Es una pregunta de 500 millones de dólares. El rango de edad es un condicionante muy fuerte. Habrá que saber fragmentar la información entre niveles de informatización. Algunos de los contenidos de los medios en general tendrán que ser reorganizados sabiendo que la lucha es diferente. Se juega con armas diferentes. Va a ser muy difícil promocionar un libro de miles de páginas. Hay que poderlo comunicar y expresarlo bien.
Resumiendo, ¿qué gana cada uno de los actores con la GBS?
Las editoriales ganan porque es comunicación, popularidad y marketing gratuito. Incluso de libros que están descatalogados. Van a vender más. Lo mismo para los autores, que promocionan contenido que antes era difícil de encontrar. Los puntos de venta porque la idea es que la gente que encuentra un libro pueda ir al punto de venta de su ciudad que lo tenga. Google también porque organiza mejor su información y le da relevancia.
¿Y el usuario, el fetiche de Google?
(Risas) Saber que hay mucha más información que está a su disposición. Nosotros no podemos controlar la calidad de toda la que circula. Por eso mantenemos nuestra versiones en etapa beta por años, aunque haya miles de ingenieros trabajando detrás. De verdad no es nada sencillo y siempre tenemos que mejorar.

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