Un crítico del gobierno, el Arzobispo de La Habana, encabezó el rezo por Fidel

La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) llamó en las últimas horas a orar por la recuperación del presidente Fidel Castro. El cardenal Jaime Ortega, rezo en la misa dominical "para que Dios acompañe en su enfermedad al presidente Fidel Castro e ilumine a quienes han recibido provisionalmente las responsabilidades del Gobierno". Ortega mantiene tensas relaciones con el Estado y se caracteriza por un silencio prudente. En marzo de 2003, tras la detención de 75 disidentes, la Iglesia cubana pidió respeto a los derechos humanos y fue duramente criticada.

La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) llamó este fin de semana a orar por la recuperación del presidente Fidel Castro, quien anunció el pasado lunes que fue sometido a una intervención quirúrgica.
En una carta a todos los fieles católicos del país, la COCC pidió a las comunidades "que ofrezcan oraciones para que Dios acompañe en su enfermedad al presidente Fidel Castro e ilumine a quienes han recibido provisionalmente las responsabilidades de gobierno".
''Los obispos de Cuba pedimos a todas nuestras comunidades que ofrezcan oraciones para que Dios acompañe en su enfermedad al presidente Fidel Castro e ilumine a quienes han recibido provisoriamente las responsabilidades del gobierno'', indica la nota del clero de la isla que fue leída el domingo en todas las parroquias cubanas.
Según subrayó el cardenal Jaime Ortega y Alamino, arzobispo de La Habana, quien ofició la misa dominical por la salud del líder cubano en la Catedral de La Habana, el delicado estado de salud del presidente Fidel Castro es objeto de especial preocupación para todo el pueblo cubano.
Además, dijo que la Iglesia católica de Cuba "jamás" admitirá una intervención extranjera.
Al final de la celebración, Ortega contestó algunas preguntas de reporteros, entre ellas una sobre la posición de la Iglesia católica en la isla frente a una eventual intervención extranjera.
"¿Cuál va a ser la posición?", replicó el prelado. "Jamás la iglesia en Cuba estaría no solamente respaldando, sino ni siquiera aceptando mínimamente cualquier intervención extranjera. Eso jamás".
Las relaciones entre las autoridades cubanas y la Iglesia en los 47 años revolucionarios atravesaron distintas etapas: desde un encarnizado conflicto a comienzos de la década del 60 hasta una coexistencia indiferente en  los años 1970-1980.
El Arzobispo Jaime Lucas Ortega y Alamino, de 69 años, fue presidente de la COCC y su opinión es una referencia para la jerarquía católica. Defensor de mayores espacios para la Iglesia en Cuba y crítico de las negativas oficiales a concederlos, también ha sido un interlocutor del gobierno en momentos clave, como en los preparativos de la visita del Papa Juan Pablo II en 1998.
En abril de 2005, Fidel Castro por vez primera durante los años de su gobierno visitó la misión del Vaticano en La Habana, donde expresó condolencias con motivo de la defunción del Sumo Pontífice y asistió a la mesa fúnebre en la Catedral de La Habana.
# Algunos antecedentes de Ortega y Alamino
Jaime Ortega Alamino, Arzobispo de La Habana, nació el 18 de octubre de 1936 en Jaguey Grande, en Matanzas y estudió en el Seminario de Sacerdotes de las Misiones Extranjeras, en Quebec (Canadá).
Su trabajo pastoral se inició en la diócesis de Matanzas y de 1966 a 1967 estuvo internado por el Gobierno cubano en un campamento de trabajo. En 1978 fue elegido obispo de Pinar del Rio y en 1981 promovido a la sede de San Cristobal de La Habana.
Juan Pablo II lo nombró cardenal en el Consistorio del 26 de noviembre de 1994 y ese mismo año inició el tercer período como presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC).
La visita del Papa, en 1998, contribuyó a consolidar la presencia de la Iglesia Católica y fijó la posición del Vaticano en defensa de la apertura del sistema.
En sus relaciones tensas con el Estado ha mantenido distancia y un silencio prudente. En marzo de 2003, tras la detención de 75 disidentes, la Iglesia cubana pidió respeto a los derechos humanos.
El cardenal era uno de los favoritos en las apuestas para la sucesión de Juan Pablo II, y se consideraba que de ser papa podría significar para los cubanos católicos lo mismo que significó Wojtyla para los polacos. Ortega no sólo ha desafiado al régimen de Fidel Castro, sino que también es un conciliador entre éste y los exiliados cubanos.
Durante una entrevista el pasado 14 enero de 2004 hizo referencia a la situación de la Iglesia en Cuba y afirmó: "En Cuba ya no hay escuela católica, no podemos enseñar en la escuela pública, no tenemos acceso a la prensa. Publicamos nuestros documentos, pero no tenemos ningún eco en los medios de comunicación. Tenemos alguna respuesta indirecta, manifestaciones de estupor oficiales porque tal vez encuentran duro el mensaje. Es paradójico: una carta pastoral nuestra es más conocida en el extranjero que en el país. Así que el gobierno nos acusa de hablar para el exterior".
Cuando fue consultado sobre un posible escenario sin la presencia de Castro consideró: "Es una preocupación común a todos, pero no lo sabemos. Las leyes de la historia, la vida misma y el mundo cambian. Será por lo tanto imposible quedarse como hoy, pero las modalidades del cambio no podemos conocerlas".
Hoy esa posibilidad suena más fuerte que nunca por lo que cada palabra a favor o en contra del presidente de Cuba y de cómo realizar una posible transición repercute necesariamente en todos los sectores. La Iglesia, es una institución de peso y este pronunciamiento de parte de la COCC y particularmente de Ortega y Alamino es fundamental para comprender cual su situación en la Cuba actual.
Entrevista completa a Ortega y Alamino en Zenit
Sitio de la COCC

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