Fin del ciclo alcista para los commodities alimenticios

Reproducimos la siguiente nota de opinión remitida a la redacción por el UR Marcelo D. Ferrer (*)

En la economía se suceden ciclos de expansión y contracción. Una adecuada política fiscal implica atesorar recursos en la expansión para morigerar la escasez que ocasiona la contracción. Realizamos un análisis comparativo del desenvolvimiento de algunas economías latinoamericanas. 
El alto precio de los commodities lleva 56 meses durante los cuales duplicaron su valor. Otros procesos alcitas anteriores duraron la mitad con incrementos de apenas 40%. Este auge excepcional se debe a la demanda agregada que impulsaron los procesos expansivos de las economías de China e India, fundamentalmente.
Debemos sin embargo realizar una distinción: mientras los productos minerales metálicos y los energéticos experimentaron un alza significativa con respecto al año anterior (2005), los productos alimenticios y bebidas muestran un estancamiento con tendencia predominante a la baja.
Este tiempo de altos precios de las materias básicas exportables (commodities) se vio a su vez favorecido por un contexto de bajas de tasas de interés que impulsaron en los capitales financieros una desaprensión al riesgo.  
Tal confluencia de factores benefició, fundamentalmente, a los países denominados "emergentes", que en la generalidad, experimentaron una expansión de su Producto Interno Bruto.
Una culminación del ciclo alcista en el precio de los commodities (a excepción de algunos como el oro y el petróleo), conllevaría hoy, sin embargo, a un estado de equilibrio en las economías de esos países, dado el cambio que sus estructuras fiscales y macroeconómicas experimentaron en este largo proceso.
Una culminación del ciclo y una baja en el precio de los commodities implicaría la consecuente reaparición de déficit en algunos países de la región que, en lugar de ahorrar los excedentes del ciclo, los dilapidaron.
La adecuación de las emergentes entre ciclos expansivos y retractivos de la economía mundial, es posible sin mayores sobresaltos para sus habitantes, en la medida que el ahorro realizado permita superar la coyuntura hasta la adaptación.
Esto es debido a la inercia que impone el gasto público ante una caída -aguda o no- de los ingresos fiscales.
De contraerse el precio de los commodities, aunque impensablemente a valores anteriores al del inicio de su ciclo alcista, algunas economías se verían seriamente afectadas. Es esperable la reversión del ciclo alcista dado los serios desequilibrios que enfrenta el mundo, tanto en el orden económico como en el geopolítico, y el cómo ello incidirá en el consumo global.
Damos algunos datos estadísticos del desenvolvimiento de ciertas economías de la región, período comparativo 2004-2005:

País

Variación de los ingresos fiscales

Variación del gasto público

Variación de las reservas internacionales

Variación de la deuda pública

Deuda pública(SPNF) sobre PIB

Saldo del Balance Comercial año 2005

Tasa de desempleo

Variación del PIB

Índice de Precios al consumidor IPC

Fuente

 

En %

En %

En %

En %

En %

Millo  U$S

En %

En %

En %

 

Argentina

20,3

22,5

2,9

-4,4 (1)

84,5

12.805

14,1

9,2

12,3

www.mecon.gov.ar

Brasil

16

14,8

1,6

-9,8

50,9

44.760

9,9

2,3

5,7

Cepal

Chile

22,5

8,3

5,91

-3,44

40,8

10.179

8,05

6,3

3,7

Cepal

Colombia

5,2

4,98

10,5

11

46,7

13

11,7

5,1

4,9

www.banrep.gov.co

México

5,2

2,9

6

0,01

23,1

15.951

4,8

3

3,3

www.economia.gob.mx

Venezuela

64

43

25,44

7,7

48

26.791

12,4

9,3

14,4

www.bcv.org.ve/

1.- Disminución neta de deuda sin computar reducción por canje y computando pago al FMI.

# De ahorro y dilapidación
Como primera lectura del cuadro que antecede surge de resalto que el presente ciclo de expansión de la economía mundial indujo el crecimiento de casi todas las economías de la región, con altos superávit del balance comercial, moderados índices de inflación, con una reducción sostenida de las deudas públicas en relación al PIB , un consecuente aumento de las reservas internacionales y una disminución en la tasa de desempleo. También debemos señalar que la mayoría de las economías atravesaron el ciclo con superávit de sus cuentas fiscales.
Un ejemplo de manejo fiscal austero puede verse con claridad en Chile. Mientras sus recursos aumentaron más allá que los del resto de los países detallados, sus gastos lo hicieron en la menor proporción en relación a ellos (22.5/8.3). Al tiempo, disminuyó su deuda y aumentó sus reservas, apuntando un buen crecimiento de su PIB con baja inflación.
En el otro extremo debemos poner a Argentina. Argentina viene aumentando su gasto público por encima del incremento de sus recursos, con el agravante de que estos son dependientes de las retenciones impuestas al sector exportador. De convalidarse el final del ciclo alcista del precio de sus materias básicas exportables y una contracción de la economía mundial como consecuencia del aumento del costo de la energía y el financiamiento, incurriría nuevamente en déficit presupuestarios.
Como agravante, debemos hacer notar la incidencia que posee su deuda pública respecto del PIB (84.5%). Tal circunstancia implica un esfuerzo fiscal adicional, con mayor ahínco luego de cinco default desde 1824; y la torpe salida del último, con las terribles pérdidas sufridas por los prestamistas.
En otro orden, debemos señalar el exiguo superávit de su balance comercial (US$ 12.805 millones) en relación a otras economías menores de la región (Chile U$S 10.179 millones), computando el daño que la sobrevaluación cambiaria produce en distorsiones a la economía en su conjunto. A este respecto debemos señalar que la globalización propende a una amortización de los precios relativos, a excepción del salario.
Si, el precio del salario real alcanzara el valor relativo de los 90', se apreciarían en relieve las serías falencias estructurales de la economía Argentina, solucionadas de manera temporal con la exacción habida mediante la devaluación de 2002.
En síntesis, deseamos poner de resalto que a pesar de la enorme sangría que produjo la crisis devaluatoria de 2002 con default de deuda mediante, lejos de atesorarse recursos durante el ciclo excepcional de auge económico, ha habido una dilapidación que, culminado el mismo y agotado el diferencial de precios relativos, nos devuelve nuestras serias falencias estructurales de siempre.
Es por esta circunstancia que en la provincia de Buenos Aires retornan los déficit presupuestarios al tiempo de recuperarse el valor de los salarios. Y existirían ya en la nación de no contarse con los recursos extraordinarios que provienen de las retenciones a los exportadores y demás impuestos distorsivos. Con mayor agudeza, entonces, cuando esos recursos mermen ante la lógica indetenible de los ciclos.
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(*) Economista.

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