Informe Especial Kirchner 2007 (1): Telerman vs. Ibarra (y encima Scioli)

El llamado 'espacio progresista' tiene problemas para explicar la batalla entre Aníbal Ibarra y Jorge Telerman, pero muchos más dificultades tendrá si debe fundamentar porqué Daniel Scioli es su candidato. Y encima, para perder porque es muy difícil que los porteños comulguen con la hegemonía 'a la venezolana' que propone Néstor Carlos Kirchner.

Sergio Moreno en Página/12:
"A medida que pasan los meses y se acerca el tiempo electoral de 2007, el Gobierno observa con una cierta preocupación –aún contenida– cómo se complejizan los escenarios en varios distritos, a pesar de la ganancia que comienza a obtener en otros donde hasta hace meses tenía pocas chances. Por motivos bien diferenciados, el oficialismo encuentra hoy escollos en los cuatro principales distritos electorales del país: provincia de Buenos Aires, Capital Federal, Santa Fe y Córdoba; a la vez, cosecha a favor en las provincias donde gobiernan los radicales K, todos (excepto los chaqueños) tributarios de la estrategia y la victoria del Presidente. Una consecuencia secundaria, pero no menor, es el reagrupamiento de la derecha, súbitamente preocupada por su supervivencia a partir de la aparición y el desafío que les representó en un primer momento la salida al ruedo del ex ministro Roberto Lavagna.
Un tándem conformado por Mauricio Macri como candidato a presidente, Juan Carlos Blumberg, aspirante a la gobernación bonaerense, y Ricardo López Murphy, para la jefatura de gobierno porteña, si bien no pondría en riesgo las posibilidades de triunfo de Kirchner, podría conseguir la suficiente masa crítica parlamentaria para erigirse en la segunda minoría nacional, verbigracia, la principal fuerza de oposición a partir de 2007, y parar a Macri como un referente de peso nacional.
(...) La Ciudad de Buenos Aires devino, esta semana que pasó, en un campo de batalla que difícilmente favorezca al "espacio progresista" que quieren reconstruir tanto desde la Casa Rosada como en el Palacio Municipal. La confrontación directa entre el depuesto jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, y su sucesor, Jorge Telerman, después de que la Justicia en primera instancia sobreseyera al ex fiscal en la causa Cromañón, y tras la inquietante toma de un barrio Fonavi en Flores (frente a la villa 1-11-14 y el barrio Rivadavia), reveló una pelea donde no faltaron las acusaciones más duras y la aparición de personajes patibularios y punteriles. Parece que ambos campamentos decidieron romper relaciones y atacarse. Ibarra cuenta con el apoyo del jefe de gabinete nacional, Alberto Fernández, quien el miércoles presentó a su agrupación –rodeado por dirigentes y ministros del gobierno de Kirchner– y nominó como candidatos potenciales a la jefatura de gobierno porteña al vicepresidente Daniel Scioli, al ministro de Educación, Daniel Filmus, y al diputado nacional Miguel Bonasso.
Horas después, ante Fernández, Telerman, Scioli, el gobernador entrerriano Jorge Busti y otros mandatarios y funcionarios nacionales, tras el acto de traspaso del Renar, Kirchner hizo aspaventosamente una teatralización donde le dijo a Telerman: "Este es mi candidato". Para morigerar el gesto, que congeló a todos los presentes, le dijo a Scioli: "Vos también sos mi candidato". Kirchner estaba sonriente.
Con esa escena –a cuya repetición es adepto– Kirchner no hizo más que ratificar su autoridad como elector único de los candidatos oficialistas, sea en el distrito que fuere. También siguió con su gimnasia de darle coraje a todo el mundo para tentar suerte electoral y así tener, cuando llegue el momento, varias alternativas para elegir, encuestas en mano.
Kirchner, además, está convencido de que el episodio de Flores fue armado, y ve que si la confrontación entre sus huestes mantiene el nivel de salvajismo de esta semana que terminó (casi todos los días hubo algún episodio de tensión en la ciudad), la derrota en 2007 está garantizada (...)".
Eduardo van der Kooy en el diario Clarín:
"(...) La Capital le fue adversa en octubre a Kirchner aunque el volumen de votos obtenidos por Rafael Bielsa no haya sido despreciable. Pero el Presidente no ignora —porque lo olfatea y lo indican las encuestas— que la comunidad porteña es una de las que recela de su estilo confrontativo y teme por una derivación autoritaria.
El Gobierno optó por desplegar un paraguas gigantesco. Alberto Fernández, el jefe de Gabinete, cocinó la semana pasada un menjunje político que apuntó a diluir los pobres antecedentes que condenan al peronismo porteño. De un extremo al otro estuvieron en un mismo acto el kirchnerista Miguel Bonasso y Daniel Scioli. Entre ambos emergió Daniel Filmus, el ministro de Educación. ¿De esa terna saldría el futuro candidato porteño? Puede ser. Pero en ese espacio generoso también tendría su lugar Jorge Telerman. Al menos así lo pensaría Kirchner.
Telerman no estuvo en aquella exposición aunque sí estuvo uno de sus ministros. ¿Alberto Fernández lo excluye? Existe entre esos funcionarios una tregua débil pero nunca una paz duradera. La última semana volvieron las escaramuzas. El sobreseimiento de Aníbal Ibarra en la causa por Cromañón fue traducido también como un mensaje político elíptico contra el jefe de la Ciudad. Algunas palabras de Ibarra sudaron sospecha. Telerman lo embretó con una supuesta responsabilidad por la ocupación repetida de edificios en el bajo Flores.
La candidatura oficialista en Capital no dependerá sólo de las bondades de los aspirantes. También habría que atender las circunstancias. Esas circunstancias tienen vínculo con el destino de la oposición. ¿Lavagna catapultará un candidato con el radicalismo? ¿O Mauricio Macri terminará peleando por el distrito y no por el sillón presidencial? El ingeniero no hará nada hasta no conocer el juicio final del ex ministro de Economía. (...)"
Eugenio Paillet en el diario La Nueva Provincia:
"(...) En la Capital Federal, el presidente ha vuelto a poner todo en manos de Alberto Fernández. Le ha pedido que construya un espacio kirchnerista y tiene un candidato para pelear la intendencia en 2007, producto del espanto a una derrota antes que del amor a la figura: Daniel Scioli. El vicepresidente acredita los mejores sondeos de imagen. Sólo algún desaguisado inimaginable entre ambos a estas alturas haría al presidente mutar hacia Daniel Filmus. (...)"

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