Para aceitar la relación con Rusia, Bravo llegó de Moscú y Alperovich no le perdió la pista

Apenas puso un pie en el país, y al sanjuanino Leopoldo Alfredo Bravo ya lo tratan como embajador en Rusia, cargo en el que está nominado y que mañana tendrá un día clave en el Senado. Según dijo el bloquista, ayer lo llamó el secretario de la Producción de Tucumán para invitarlo a reunirse con el gobernador José Alperovich en diez días, con la idea de conocer qué ofrecen las tierras moscovitas para el intercambio comercial. Bravo aceptó gustoso: "Yo voy a ir a donde me inviten", dijo.

"Polo" pasó su primer día en la Argentina de oficina en oficina. Apenas pudo tomar una ducha al llegar, tras volar cinco horas desde Moscú a Madrid, esperar tres en el aeropuerto, y aguantar catorce más desde España a Buenos Aires.
La llegada de Bravo se produce en momentos de alta sensibilidad familiar, a sólo diez días de la muerte de su padre, Don Leopoldo, líder del Partido Bloquista y a quien se consideraba el último caudillo sanjuanino.
Sin embargo, la urgencia pasa por cumplimentar los trámites para su pronta designación como embajador: desde análisis para certificar su estado de salud, hasta balances de lo actuado en territorio ruso, donde el sanjuanino ya cumple una asesoría financiera.
Bravo esperaba transitar una nutrida agenda por el Ministerio de Economía y Cancillería en la víspera a un hecho clave: mañana a las 10 tiene cita en el Senado, donde lo entrevistarán los miembros de la Comisión de Acuerdos, que es la que tiene en sus manos el pliego del sanjuanino como candidato a embajador en Rusia.
Ayer temprano, Polo estuvo por el Ministerio de Economía, repartición de la que depende hasta que sea nombrado (entonces pasará a ser del staff de la Cancillería). "Me traje un maletín lleno de papeles con las rendiciones de cuentas del último trimestre", contó. Y agregó que desconoce qué será del futuro de la oficina financiera que hoy ocupa -Economía sólo tiene unas cuatro en todo el mundo-: si se cerrará o se nombrará un sucesor.
Polo se instaló en la oficina que su hermano, el escribano Federico Bravo, para delinear su futura performance como embajador. La idea es llamarle a todos los gobernadores de las provincias para juntarse en Buenos Aires y llevarse una carpeta de la oferta comercial de cada una. Y Tucumán será el punto de partida.

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